A través de un collage digital, la artista Mechi Moreteau recrea personajes icónicos y paisajes con miles de emojis de Instagram
Por Alejandra Bertolami
Mechi Moreteau, es quien está detrás de la cuenta @theemojional donde muestra su arte que define como “collage digital”. El cv de Mercedes es variado y atrapante: “tengo 36 años, soy artista digital y vivo entre Buenos Aires y Mar del Plata. Estudié varias cosas: Ciencias Políticas, después me pasé a la carrera de Administración, hasta que el arte me tomó por sorpresa, en realidad el séptimo arte. Trabajé en una publicidad y de ahí dije: “yo quiero ser maquilladora”. Así que, también estudié maquillaje y a su vez fui azafata, fui tripulante de cabina de pasajeros y me dediqué a eso durante tres años. Fue una gran experiencia para mí que me hizo crecer un montón. Pero, con respecto al arte digital, soy autodidacta” expresa .
Ida y vuelta con esta artista multifacética
– ¿Cómo surgió tu proyecto The emojional?
– Surgió de una tarde que fui a un parque, al parque Sarmiento, con unas amigas. Habíamos hecho una bicicleteada y un picnic, y, en el momento en que quise tomar una foto con mi celular, me di cuenta que no estaba funcionando, que se había roto la cámara de mi celu y decidí retratar ese momento, ese picnic con mis amigas, con cientos de emojis. Lo hice desde la aplicación Instagram, más específicamente usando Instagram Stories.
A veces, uno agarra un emoji, dos emojis, tres emojis, para decorar una historia, bueno, yo en ese caso utilice cientos de emojis para retratar ese momento. Hice varios retratos de esa manera, pensando que, si puedo retratar este momento que estoy viviendo, puedo hacer retratos de personas. Empecé a incursionar en el retrato de personajes icónicos, siempre trabajando desde Instagram Stories. Luego de haber hecho eso, empecé a estudiar, a tomar clases particulares de Photoshop, como para diseñar y manipular objetos. Ahora trabajo de la misma manera, pero en Photoshop.
Bordado y más
– ¿Qué significa un bordado digital?
– Un bordado digital es un término acuñado por mí para poder explicar qué es lo que hago, porque a simple vista, si uno mira rápido una de las imágenes, no puede darse cuenta que cada imagen que hago está compuesta por cientos de miles de emojis.
Entonces, un bordado digital, es básicamente eso: una forma de entregar pequeñas puntadas digitales con cada uno de los emojis, hasta terminar la figura completa, o el paisaje, o la figura que esté retratando. De la misma manera que uno agarraría un hilo de color y haría una puntada y otra y otra, sobre una tela, yo hago lo mismo, pero de manera digital, voy poniendo como pequeñas puntaditas con cada uno de los emojis hasta terminar la obra completa.
– ¿Cómo es tu proceso creativo?
– Mi proceso creativo arranca claramente con la inspiración. Me inspiran un abanico enorme de temas, como puede ser la botánica, como también me interesan los personajes icónicos de la cultura pop o personajes como santos paganos como es el caso de Gilda, y por ejemplo, lo que voy haciendo en el proceso creativo es buscar imágenes, hasta encontrar alguna que me guste y las voy modificando, muchas veces uso diferentes imágenes para crear un collage y a partir de ahí crear una nueva obra o reproduzco imágenes de esta manera con este bordado digital, utilizando el lenguaje emoji.
Pienso muchas veces o me inspiro pensando en una serie, como es la serie de Mar del Plata, que es una serie que quiero arrancar para fin de año. Estoy terminando unas obras y arrancó la serie de Mar del Plata que, claramente, es la ciudad que amo.
Es una oda a los íconos marplatenses.
Además, cada vez que empiezo a cranear una nueva obra lo que hago es empezar a pensar tal emoji o tal otro, así que también es parte de mi proceso creativo.
El trabajo
– ¿Cuántos emoticones podés llegar a usar para realizar una obra y cuánto tiempo te puede llevar?
– La cantidad de emojis utilizados varía en cada obra. Las primeras obras que había hecho desde stories de Instagram llevaban alrededor de 8.000 o 10.000 emojis y tardaba unos diez días en hacer cada una.
Luego, cuando empecé a trabajar en Photoshop, obviamente me hizo crecer un montón más y me permitió crecer en formato, porque, el Photoshop lo que te permite es hacer obras, hasta murales. Una vez, imprimí una obra que media mas o menos tres metros y medio de altura por dos metros de ancho, por lo que la calidad es alta la que te permite el Photoshop.
Por ejemplo, el cuadro de las flores, que se llama Blooming lleva más de 100.000 emojis. Ese cuadro tardé en hacerlo dos años, entre idas y venidas, con cinco meses que coincidió con el confinamiento del año pasado, entonces, me propuse terminar esa obra y seguir trabajando a full para poder terminarla. Tuvo un paralelismo esa cuestión de estar trabajando en silencio, en solitario y cada micro movimiento vas creciendo a la par de eso y yo lo sentí como un florecimiento interno. La pandemia nos hizo trabajar internamente a todos y siento que fue metafórico haber terminado ese cuadro justo para el día de la primavera del 2020 que fue muy esperada por todos.
Cuando me pongo a trabajar en un retrato nuevo puede variar en un mes, mes y medio poder llegar a hacer un retrato. Hay un cuadro que en breve voy a lanzar y ese cuadro tardé seis meses en hacerlo y supera la cantidad de emojis que el de las flores.
Las primeras obras que había hecho desde stories de Instagram llevaban alrededor de 8.000 o 10.000 emojis y tardaba unos diez días en hacer cada una.
– ¿Tenés algunos emojis que uses con mayor frecuencia?
– Creo que todos tenemos nuestros emojis, está bueno a veces pensar ¿cuál es tu emoji favorito? Pero el que más uso es el de la carita con corazones, hay uno que es una carita que te genera paz con los ojitos para abajo, el emoji nerd lo uso un montón, el emoji cohete, el emoji de los brillitos, esos creo que son los que más uso.
Retratos
– ¿Cuál es el retrato que realizaste que más conforme te dejó?
– Me cuesta la palabra “conformidad” porque soy muy exigente conmigo misma, y el momento de decir, “bueno, ya está listo el retrato”, el momento de dejar de trabajar en esa obra es un momento re difícil para mí.
El retrato, creo que el de Gilda, está bueno porque es una explosión de color y además invita al espectador a meterse como en un libro de “¿Donde está Wally?” y en cada micro partecita de una obra, uno puede encontrar diferentes universos y darle otro significado y encontrar diferentes signos y significados con respecto al personaje o asociaciones libres. Pero es un tema, la conformidad. El cuadro de flores también, no es un retrato, pero el significado para mí es fuerte y creo que a muchos les habrá pasado, ese momento de sentir donde uno logra florecer finalmente.
– Además, sos maquilladora ¿Cómo haces para fusionar los dos estilos de arte? ¿En qué se pueden complementar?
– El tema de haber sido maquilladora, estudiado maquillaje y haber ejercido durante más de doce años, lo que me permitió fusionar los dos estilos. Se complementan por el hecho de haber podido aprender y experimentar la morfología, los rostros, la luz, la sombra, la colorimetría, para poder utilizar a mi favor los emojis, los gradientes de los emojis, utilizar el color que necesito con el emoji específico.
En cuanto a la colorimetría, morfología, luz y sombra, han sido claves. Y también lo que fue clave es que fui a un colegio, en Mar del Plata, en donde tuve grandes profesores de plástica y es hasta el día de hoy que esos conocimientos los vengo aplicando en mis obras
– ¿Qué podés contarme sobre tu proyecto solidario que además se enlaza con tus ilustraciones en la etiqueta?
– Mi proyecto solidario es Compañerxs, una marca de vinos. Básicamente, surgió por pensar en el cuadro de Eva. Ella estaba focalizada en ayudar a los desprotegidos y dije “si hacemos un retrato de ella y es mi obra más vendida, si esto me ayuda a mí como puedo hacer para que su obra continúe”, entonces, lo que hice fue crear una marca de vinos y el 100% de lo recaudado va para instituciones o personas más vulnerables.