19.3 C
Mar del Plata, AR
noviembre 20, 2024
Claudia Piñeiro
Literatura

Claudia Piñeiro: “Quiero seguir inventando historias”

En una charla exclusiva, la escritoria cuenta los desafíos que afronta a diario y por qué está “en su ADN” escribir. 

Por Alejandra Bertolami

La escritura permite conquistar espacios y dar al lector la capacidad de interpretarlos e imaginarlos en el recorrido de un libro. La escritora, guionista de televisión, dramaturga y contadora argentina, Claudia Piñeiro, logró a través de los años describir en sus relatos la identidad del conurbano bonaerense. 

En diálogo con Bacap, conversamos sobre el desafío de ser escritora, la identidad que la marca y lo que se viene para este 2022. 

Mi Buenos Aires querido

– ¿Cómo crees que influye en la literatura la identidad bonaerense? ¿Qué libros tuyos llevan esta impronta?

– Casi todos mis libros transcurren en el conurbano bonaerense, con distintas características.

Las viudas de los jueves transcurría en un country allá por el 2001, Tuya, por ejemplo, también es una mujer que vive en el conurbano bonaerense, en el norte. Elena Sabe, es una mujer que vive ahí y se toma un tren a la mañana para viajar a la capital y es todo el recorrido que hace por el conurbano. Los que viven ahí lo sienten y se identifican mucho, porque es el recorrido que hicimos todos los que vivimos ahí. 

Un comunista en calzoncillos, que es la más autobiográfica, transcurre en Burzaco, que es de donde yo soy. En todas hay muchas referencias a Mar del Plata, sobre todo en Elena Sabe, que es una relación de madre e hija donde tienen muchos recuerdos de sus veraneos en Mar del Plata, como tantos de nosotros que hemos veraneado muchas veces en nuestra infancia. Hay varios pasajes dedicados a la ciudad ahí y en Un comunista en calzoncillos, como es autobiográfica, hay referencia a mi familia. 

Una suerte pequeña, transcurre en Turdera y Temperley, conurbano sur, así que digamos que, excepto Las grietas de Jara que transcurre en capital, las demás novelas transcurren en la ciudad de Buenos Aires. 

La escritura en el ADN

– ¿Qué es lo más desafiante de ser escritora?

– Yo no sé si hay un desafío en eso. Un desafío, en el sentido de que para mí es casi como una cuestión de que no puedo hacer otra cosa, algo que viene en el ADN nuestro y lo necesitas hacer. Para mí, es tratar de hacer cosas distintas.

Hay un texto que me encanta de Edward Said, un escritor palestino, que se llama “Estilo tardío” y expresa que hay escritores que cuando llegan a determinada edad empiezan a realizar sus obras completas, obras reunidas y hay otros, que siguen hasta último momento dando manotazos en el aire, tratando de sacar cosas diferentes y, a veces, les sale bien y a veces les sale mal. 

Está esa cosa vital de querer hacer otra cosa, algo distinto. Quiero seguir inventando historias y si puedo algo diferente. Espero que, a mí, la tercera edad me encuentre en ese estado, que el desafío sea ese y no pulir lo que hiciste para mostrarlo como un trofeo, sino seguir peleando hasta el final, aunque te equivoques.

– ¿Cuál es el momento en que te llega la inspiración y le das rienda a esa idea para desarrollarla?

– Puede venir en cualquier momento y viene como una imagen que se me queda en la cabeza y la dejo macerar. Se me vienen los personajes a hablar y hasta que no tengo en claro quienes son y cuál es su conflicto, no la empiezo a escribir.

El momento que aparece esa imagen, puede ser en cualquier momento, pero, generalmente, tiene que ver con momentos de sueño diurno, porque tiene mucho del material de los sueños, pero en estado de vigilia.

Capaz que vas manejando por la ruta y te aparece una imagen y empezás a pensar en esa imagen viendo que ahí puede haber algo. 

Es más fácil que aparezca cuando estás con la mente en blanco: en un transporte público, esperando que te atienda un médico, alguna cosa por el estilo. También puede ser leyendo, porque uno aprende mucho leyendo a otros y a veces decís: “yo quisiera escribir algo que tenga que ver con esto”.

– Tanto en Catedrales como en Tuya, se puede ver cierta crítica social y temas de discusión actual. ¿Sentís que la lectura, aunque sea ficción, tiene que invitar a la reflexión?

– Creo que la literatura es un acto de comunicación con la palabra donde uno inventa personajes y cuenta una historia.

Pasar un mensaje no es la función de la literatura, básicamente. Lo que pasa, es que uno es una persona única y las causas en las que estás metida se te meten dentro de tus pensamientos al igual que las películas que ves, los libros que lees y, en ese sentido, aparece a lo mejor en esa imagen disparadora los temas actuales porque están dentro de vos. Así como soñás con cosas que tienen que ver con lo que está pasando, esa imagen también puede tener por detrás algo. Pero a mí, no me aparece un llamado de “voy a tocar ese tema porque es un tema actual” sino que me aparecen imágenes. 

En Catedrales, me apareció una chica en una iglesia buscando un reparo que no encontraba, mojada y, cuando empiezo a pensar ¿qué le pasó a esa chica? ¿por qué está ahí? Me aparece lo que aparece en la novela, pero no es que dije “voy a escribir una novela sobre este tema” 

La literatura es un acto de comunicación con la palabra donde uno inventa personajes y cuenta una historia. Claudia Piñeiro

– ¿Para escribir te sitúas en el presente y en los hechos que te rodean?

– En general, todas las novelas que escribo transcurren en el aquí y ahora y en los lugares que me son cercanos. 

Un comunista en calzoncillos, no. Es una novela que tiene mucho de autobiográfico y transcurre en el pasaje de mi infancia a la adolescencia, pero, en general, todas las otras transcurren en un aquí y ahora cercano.

Me costaría bastante hacer una historia que transcurre en otro tiempo histórico, le tengo mucho respeto a la historia. Solamente una vez escribí una novela que tiene algo de novela histórica, pero es infantil, juvenil: “El fantasma de las invasiones inglesas”, que era un fantasma que había quedado atrapado, pero, que había vivido en las invasiones inglesas y volvía a ese pasado permanentemente. Era una serie de libros para chicos que nos pidieron varios autores.

Le tengo mucho respeto, porque tenés que saber para hacer una novela histórica y luego tenés que soltar, para poder ficcionalizar porque es una novela.

Claudia Piñeiro y lo que se viene

– ¿Qué proyectos tenés para el año? ¿Se viene la segunda temporada de El Reino?

– La segunda temporada de El Reino ya la escribimos y se está haciendo la preproducción que lleva mucho tiempo porque es encontrar locaciones, los actores que sean nuevos en esta temporada, un montón de cuestiones técnicas que tienen que ver con producir una serie que, probablemente, se empezará a grabar en abril. Esos son los planes así que esperemos que todas las circunstancias de la pandemia lo permitan hacer y esté todo dentro de lo previsto y, si es así, en un momento del año que viene se va a estrenar la segunda temporada. 

Por otra parte, estoy trabajando sobre una nueva novela que tiene que ver con Aquella tuya, que fue mi primera novela, 15 años después. Ese avance supongo que también estará este año.

– Siempre estás muy activa en cuestiones sociales. Ahora que ya se conquistó el derecho al aborto legal, ¿Qué otro derecho sentís que se debiera seguir o luchar?

– Más que un derecho en sí mismo, es un lugar en la sociedad.

Luchamos por ese derecho porque sin ese derecho nuestra situación como ciudadanas era de segunda.  Hay muchas cosas que una ve a diario permanentemente, la foto de los “10 mejores periodistas”, todos varones, “la reunión del presidente con empresarios”, todos varones, “la reunión del ministro con ambientalistas”, todos varones. ¿Por qué todos varones? En todas esas profesiones existen mujeres que deberían estar ahí en esas fotos.

Uno de los puntos que ponen para calificar es experiencia anterior y, si a las mujeres no las dejan estar en esos puestos, no tienen experiencia para mostrar, pero sí tienen otras cualidades.

A mí, con ese verso de que están más calificados los varones en algunos lugares no lo podemos aceptar más. Por eso, creo que más que un derecho en sí mismo tiene que haber una conciencia social de que los grupos de trabajo, los grupos humanos, los grupos de estudiantes, los grupos de lo que sea, son mucho más ricos si hay diversidad de género, de personas, mujeres, no binarios, hombres, lo que fuera. 

Como sociedad nos merecemos hacer una reflexión sobre eso y pedirlo, porque no me interesa ver un programa donde son todos varones, no me interesa lo que opinen seis economistas varones, no me interesa porque seguro es algo sesgado porque hay una parte del mundo que no están viendo.

Últimas Notas

Marissa Meyer: la Reina de los retellings

Malena

Conociendo a Alice Oseman, la autora de Heartstopper

Malena

Qué leer si te gustó “Una herencia en juego” de Jennifer Lynn Barnes

Malena

Deja tu comentario