La cirugía genital femenina o “cirugía de la intimidad” cada vez tiene más adeptos y ha dejado de ser un tabú o un tema acotado a un grupo limitado de mujeres.
Por Juan Manuel di Diego
Sin lugar a duda en los últimos años nuestra sociedad ha experimentado una gran cantidad de cambios socioculturales, siendo la mujer protagonista de la mayoría de ellos, alcanzando los conceptos de “autopercepción”, “autoconocimiento” y “autovaloración” también a la cirugía estética.
Parte de estos cambios, se ven reflejados en la cirugía estética, ya que con la evolución y deconstrucción societaria han ido variando las demandas quirúrgicas tanto en el tipo de cirugía, así como en la edad o momento de la vida donde se realicen.
Tal es así que, hace 15 años, una cirugía del contorno corporal (lipomodelación, liposucción, abdominoplastías, etc.) eran realizadas más frecuentemente en mujeres de entre 25 y 35 años principalmente solteras y sin hijos; y hoy ese grupo etario se ha extendido hasta mujeres de 50 años que luego de haber completado su maternidad y aun siendo casadas y con una vida autosuficiente se animan al “Mommy Makeover” solo por el hecho de sentirse plenas para sí mismas sin pensar demasiado en la mirada del entorno.
Es en este oleaje de cambios y evolución donde la mujer actual ha empezado a focalizar la atención en sus genitales. La cirugía genital femenina o “cirugía de la intimidad”, como se la conoce desde lo técnico y académico, cada vez tiene más adeptos y ha dejado de ser un tabú o un tema acotado a un grupo limitado de mujeres para convertirse en un motivo muy frecuente de consulta.
Estar más cómodas
Años atrás la preocupación por el aspecto estético de los genitales podía ser juzgado como frívolo o como un acto de rebeldía o liberación frente a un quiebre de una relación o promiscuidad, pero hoy son cada vez más las mujeres que solicitan este tipo de cirugías con el solo objetivo de estar más cómodas consigo mismas a la hora de lucir un traje de baño, enfrentar una nueva relación o simplemente mantener una vida sexual libre sin sentir que sus genitales se interponen como una barrera al momento del placer.
Los genitales externos femeninos sufren cambios con el correr de los años sobre todo en aquellas mujeres que han tenido partos vaginales. Los más significativos o frecuentes son la acumulación de grasa en el monte de venus, que se traduce en un traje de baño o ropa interior abultado; el adelgazamiento y caída de los labios mayores, que trae aparejada una exposición de los labios menores y un desdibujamiento visual del introito (orificio de entrada a la vagina); y la elongación de los labios menores, que además de emerger y sobresalir entre los labios mayores pueden intervenir negativamente durante la penetración ya que generan pliegues y dobleces.
El procedimiento
Cada uno de estos cambios tiene una cirugía específica, pero lo más frecuente es combinar varias técnicas para lograr un rejuvenecimiento integral. Para el adelgazamiento del monte de venus la técnica más utilizada es la lipoaspiración, que actualmente se realiza con técnicas láser para generar no solo la eliminación de los depósitos de grasa sino para mejorar la tensión de la piel y evitar la flacidez.
En los casos en que el envejecimiento genital se acompañe de un adelgazamiento de los labios mayores, esta grasa puede ser reutilizada para transferirla a los mismos obteniendo como resultado su engrosamiento, devolviéndoles turgencia y juventud.
En los casos en que no se pueda obtener grasa del monte de venus, la misma puede ser adquirida de otros sitios como abdomen, cintura, piernas a rodillas a través de una lipoaspiración controlada.
Para la elongación o exceso de labios menores el procedimiento quirúrgico consiste en resecar la piel sobrante con el objetivo que no se expongan por fuera del nivel de los labios mayores, esta resección es segura y no tiene interferencias ni riesgos de pérdida de la sensibilidad en las zonas de placer.
El riesgo de complicaciones de estas cirugías suele ser muy bajo cuando es realizada por un cirujano plástico calificado y con experiencia sobre todo en contorno corporal. Se debe tener en cuenta que estos procedimientos por más sencillos que puedan parecer, deben realizarse en quirófanos habilitados, bajo control anestésico y cardiológico a fin de disminuir los riesgos comunes a cualquier acto quirúrgico.
La cirugía
El tiempo de cirugía no suele superar los 90 minutos cuando se realiza de forma independiente o exclusiva, situación cada vez más frecuente en la mujer actual, ya que años atrás este tipo de procedimiento solía acompañar a una cirugía completa de contorno abdominal.
El dolor postoperatorio se maneja bien con analgésicos convencionales, no requiere reposo ni pérdida de días laborales y la actividad sexual puede ser retomada a partir de los 21 días.
Como dijimos con anterioridad, tampoco existen riesgos de perder sensibilidad en las zonas erógenas ni alteraciones en llegar al orgasmo, de hecho, en las ocasiones en que se asocia un lifting o levantamiento de los genitales, la nueva posición del clítoris favorece el placer sexual.
Los cirujanos plásticos nos sentimos muy a gusto con estos procedimientos ya que observamos cada vez con más frecuencia el alto índice de conformidad que producen en nuestras pacientes, resaltando de la entrevista médica que estos cambios ya no son por seguir un estereotipo de belleza socialmente adquirida, sino el cumplimiento del deseo de verse o sentirse bien por propia e íntima decisión.
(*): Cirujano Plástico (MN 103503). Director Médico de CRENYF. Referente en cirugía de contorno corporal. Miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (SCPBA).