Una cuenta de Instagram que se gestó en pandemia muestra un mapa de ferias americanas, vintage y de primeras marcas para fomentar el consumo de segunda mano.
Por Alejandra Bertolami
Adriana Badagnani es quien está detrás de Catando Ferias. Ella es docente, licenciada y profesora en historia y cuenta con una maestría en letras hispánicas, da clases en colegios y en la facultad y se dedica principalmente a la docencia.
En la pandemia le surgió una idea de llevar redes sociales con una amiga fotógrafa y algunos clientes le preguntaban por manejar las redes y así empezó a ayudarla con los textos. En un curso que realizó, le pedían desarrollar un proyecto de una red social desde cero y como a ella siempre la gastaban por ser la fanática de las ferias americanas, empezó a escribir reseñas de las ferias para amigas y para el ejercicio. Así empezó @catandoferias donde se la ingeniaba para ir de incógnita a la feria para luego llegar a su casa y escribir.
El proyecto creció tanto que este año junto al movimiento Fashion Revolution realizarán un vivo desde la ciudad para mostrar al mundo la movida local.
La idea del proyecto es mostrar lo bueno que tiene cada feria para ayudar a la gente a encontrar lo que busca:
– ¿Qué te llevó a buscar vintage?
– Yo consumo más second hand que vintage, me encanta, pero no me animo. Como profe de historia me parece fascinante la historia de cada prenda.
En lo particular, no me animo a salir vestida con onda `60 pero me fascina y me encantan las chicas que se animan a vestirse así
– ¿Cuál es la diferencia entre vintage y second hand?
– Segunda mano, lo que sería “feria americana” que muchas veces es de marca o no, pero con la condición que esté a la moda y en buen estado.
En general, se toma a consignación, que les sirve a todas, porque la mayoría son mujeres.
El tipo de público
– ¿Por qué el público es mayoritariamente femenino?
– Son todas mujeres las consumidoras y ahora se están animando un poco más los hombres. Son mujeres las que ponen las ferias, indagando en cada historia, por más que casi todas las ferias son distintas, muchas comparten muchas cosas y en general tener que congeniar maternidad y trabajo. Largan sus trabajos, muchas vienen del palo de los negocios de ropa, muchas también en algún momento compraron en Flores o afuera y también ven como es el sistema de producción de la ropa y lo que conlleva y te volvés crítico de eso. A mí, lo que me llevó a consumir en ferias de segunda mano, fue eso, por mis ideas y mi visión del mundo.
Bueno, “qué hago con eso”, qué horror los talleres clandestinos… pero compro en Flores o La Salada. Lo mismo que lo ambiental. Entonces está esa contradicción.
Te sentís como un pequeño acto de resistencia. No comprarle a tal marca, compro en la feria y beneficio a una mujer y su proyecto.
Un montón son mujeres separadas con toda la injusticia económica de las divisiones de bienes, entonces tienen que empezar de cero y por ahí, estuvieron fuera del mercado laboral muchos años y no se pueden reinsertar en sus profesiones o tienen hijos chicos que criar.
Detrás de cada feria hay una historia de la ropa y de la persona que la vende. (Catando ferias)
– ¿Cómo hiciste para armar el mapa de ferias y encontrar tanta cantidad?
– Porque una me fue llevando a la otra…Conocí Infinita, Ay amor, me puse a buscar ferias y las googleas y no están, pero a su vez en Instagram están todas. Entonces armé un listado en Catando ferias. Entre ellas hay buena onda y me cuentan de otras ferias. Los fines de semana los usaba para visitar las ferias de incógnita. En general, voy caminando y es mi paseo.
Variedad y precios
– ¿Alguna feria te llama más la atención por algo en especial?
– Son todas diferentes y divinas. Me fascina El galpón de Lara por la onda que tiene, por la casa, porque vende ropa de los ochenta y noventa y porque arma looks icónicos. Me parece valioso y original.
De las second hand, un montón. Lo que más me gusta es ir a Barrio Belgrano y ver la realidad, ves la gente que feria que tiene una estrategia de supervivencia.
– ¿Cómo son los precios que oscilan en las ferias?
– Son re variados. Un jean puede estar $1000, un jean de marca $2500. También hay ferias de primeras marcas. Hay para todo.
– ¿Qué se hace con la ropa que no se vende?
– Todas las ferias hacen mucho trabajo de donación porque uno tiene un montón de ropa que lleva a la feria al hacer limpieza de placard y al terminar la temporada lo que no se vende ya no lo querés de vuelta y entonces, por ahí, te dicen de buscarlo o la gente prefiere que lo pongas a donar.
Donan a comedores u hogares.
– ¿Cuántas ferias hay aproximadamente en la ciudad?
– Tengo relevadas en el mapa 140. Pero después hay muchas que son online o que van a feriar a distintos lados. Los eventos de fines de semana.
– ¿Existe un sentimiento de camaradería entre las ferias?
– Surgió hacer una reunión de las ferias y a partir de ahí, se juntaron todas y estuvo re bueno. Entre todas hicieron un grupo de WhatsApp y votaron un nombre que ahora se llama “Estilo sustentable” y la idea es hacer en septiembre, el mes de la moda de segunda mano, un evento y usar todo el mismo hashtag, identificar las vidrieras con el apoyo de Fashion Revolution.
La idea en octubre es hacer un evento, como una gran feria con ferias. Otra de las ideas es hacer un desfile y mostrar el estilo diverso de cada uno. La diversidad de edades, de cuerpos, de estilos.
– ¿Qué target abarcan las ferias?
– Desde las feriantes hasta las que compran. Hay un montón, van con las madres, la madre lleva las cosas old fashion y para las de 16 son la bomba.
En general cada una tiene clientas similares, hay muchas ferias de mujeres de 50 a 60, otras de 30 a 40, muchas ferias para chicos.
– ¿Y para hombres?
– Si. Hay una que es exclusiva de hombres que se llama Lo de Barbie, en Matheu y España. Después hay varias que tienen de hombre y de mujer. Varias que tienen ropa sin género.
Ping pong:
Feria para vestirse vintage: El galpón de Lara, Ferivintage, Ay amor vintage.
Feria para vestirse Second hand: Feria Las Lecas. Para la que se quiera vestir más top: Santa Feria, La ferie.