En la zona de Los Seismiles se concentran unas veinte cumbres, con mayoría de volcanes, casi todas de más de 6.000 metros sobre el nivel del mar y otras que superan los 4.000, donde se destacan entre las primeras las del Ojos del Salado y del Pissis, los volcanes más altos del mundo.
Por Gonzalo Pérez Bustamante
Los Seismiles, un conjunto de picos de la Cordillera de los Andes que superan los 6.000 metros de altura en Catamarca, constituyen un imán para amantes del montañismo y un atractivo para turistas que disfrutan con su imponente vista y el ambiente del desértico y pintoresco camino que lleva a ellos a lo largo de casi 200 kilómetros desde el último lugar habitado.
En la zona de Los Seismiles se concentran unas veinte cumbres, con mayoría de volcanes, casi todas de más de 6.000 metros sobre el nivel del mar (msnm), y otras que superan los 4.000, donde se destacan entre las primeras las del Ojos del Salado y del Pissis, los volcanes más altos del mundo.
Fiambalá es la localidad base para las excursiones a Los Seismiles, por la Ruta Nacional (RN) 60, que llega al paso San Francisco en la frontera con Chile y forma parte de la propuesta La Ruta Natural del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, que promociona los más singulares y atractivos caminos del país.
La ruta, que zigzaguea entre valles, salares, cumbres y lagunas, está asfaltada y atraviesa escenarios diversos, con paisajes de colores, contrastes, formas y texturas.
En el kilómetro 43, en la Quebrada de las Angosturas, serpentea por una zona montañosa y escarpada, bordeada por numerosas geoformas de variados colores, con prevalencia de rojos y amarillos, entre las que se elevan las especies cactáceas de la zona.
Casi 20 kilómetros después se encuentra el Valle de Chaschuil, con sus ríos de agua mansa y cristalina pobladas de truchas, y en cuyas costas pueden verse cangrejos.
En medio de ese desierto está la posibilidad de hacer una parada gastronómica y de descanso, o pernoctar en el hotel del paraje Cortaderas, que posee una laguna artificial alimentada por las aguas del río Chaschuil en la que habitan gallaretas y otras aves acuáticas.
El Valle de Chaschuil es de clima seco y frío, barrido por fuertes ráfagas de viento, con vegetación herbácea, pastos amarillentos y yuyos aromáticos que caracterizan el paisaje de ese valle de altura.
A partir del kilómetro 120, ya se pueden avistar los picos de Los Seismiles, entre los que se destaca el Pissis, que con sus 6.882 msnm es el volcán inactivo más alto del mundo, y el nevado Ojos del Salado, de 6.879, considerado el volcán activo de mayor altura en el planeta, y el segundo de los picos de Argentina, detrás del Aconcagua.
Estas montañas son visitadas por escaladores de todo el mundo que, para tener acceso a ellas, deben primero llegar al Paso de San Francisco o tomar alguno de los caminos alternativos a la ruta, sin pavimentar, y sólo aptos para vehículos 4×4.
Uno de los sitios más visitados es el Balcón del Pissis, que es un mirador panorámico a 4.550 msnm, al que se llega tras recorrer unos 55 kilómetros de ripio por un camino que parte a la altura del kilómetro 100 de la RN 60, y que se recomienda hacer con guía autorizado.
Más adelante -por la RN- aparecen los volcanes San Francisco, El Incahuasi, Tres Cruces, Bertrand y Los Patos, sobre cuyos fondos de diversos colores es habitual divisar manadas de vicuñas, guanacos y llamas, junto a lagunas de aguas claras u oscuras, donde posan parinas, o flamencos andinos, y gallaretas.
Las excursiones a las cumbres y los volcanes parten, en todos los casos, desde Fiambalá, llamada la «Puerta de los Seismiles», y algunos grupos de turistas y andinistas utilizan el refugio Las Grutas para la aclimatación antes de los ascensos a las cumbres.
En el kilómetro 180 se encuentran el puesto de Gendarmería, 20 kilómetros antes del Paso Internacional San Francisco.
Fiambalá es también famosa por sus aguas termales y dispone de unas 2.000 plazas de distinto tipo, aunque ahora se redujeron debido a que las empresas mineras que ingresaron a la zona alquilaron muchas del sector cabañas para su personal, según explicó a Télam Luis Reales, a cargo de la Secretaría de Turismo de ese municipio.
El desarrollo del turismo de montaña, aventura y de «a pie» en el camino de Los Seismiles generó un flujo constante y «nosotros ya no tenemos temporada baja, la temporada es media y alta todo el tiempo, porque un fin de semana largo (como el actual), tenemos toda la hotelería completa», sostuvo Reales.
«Eso también ocurre con el recorrido del Balcón del Pissis -continuó-, ya que hay momentos en que no se consiguen las camionetas 4×4 que hacen las expediciones todos los días», pese a que aclaró que disponen de 20 de esos vehículos.
Las autoridades turísticas recomiendan realizar este recorrido entre mayo y octubre, para evitar las lluvias y sus riesgos, aunque en el invierno puede haber acumulación de nieve en el camino.
Reales destacó que desde ese mirador «se pueden divisar todas las lagunas que rodean el lugar, lo convierten en un paisaje majestuoso y una vista panorámica para todos los demás cerros de Los Seismiles».
El funcionario recordó las recomendaciones para los turistas: «que vayan con guías y con camionetas que están preparadas para eso, con primeros auxilios, radio, oxígeno y sobre todo los guías. A veces los turistas no avisan a nadie que se dirigen al lugar y van con vehículos de tracción simple y eso no es recomendable».
Para situaciones de emergencia, dijo que «en el paraje las Grutas tenemos un nuevo hospital que se inauguró este año; también están la Aduana, Migraciones, Gendarmería y Vialidad de la Nación, todos están instalados en ese paraje».
«En La Ruta 60 tenemos cuatro refugios dotados con radios que se comunican directamente con Gendarmería», apuntó, y advirtió que «en estos momentos sólo se puede llegar hasta el campamento Las Grutas».
Por otra parte, se refirió al complejo termal de Fiambalá, que es ideal para disfrutar antes o al terminar la excursión de aventura a Los Seismiles, cuyas aguas surgen a 1.750 msnm, a más de 70 grados de temperatura, y se van enfriando hasta llegar a las 14 piletas de piedra natural, donde verían entre los 28 y los 51 grados.
«También en Las Grutas tenemos, a dos kilómetros de este paraje, unas termas, una pileta techada con aguas termales, que también son elegidas por los turistas como parada para descansar», contó a esta agencia.