Acaba de publicar «Todos se escondieron ya» de un autor que usa el seudónimo Yuri V. El texto reivindica la tradición de vacacionar en la costa argentina.
Por Leila Torres
Ganadora del Premio a la Librería del año otorgado en 2021 por la Feria de Editores, la marplatense El Gran Pez se convirtió también en sello editor y lanza ahora su libro inaugural, “Todos se escondieron ya”, del escritor encubierto bajo el seudónimo Yuri V, cuya narración reivindica la tradición de vacacionar en la costa argentina y que forma parte de un proyecto editorial que se consolida a pesar de las crisis.
Ubicada en San Luis al 2100, a cincuenta metros de la avenida Colón y a ocho cuadras del Casino y la Rambla, El Gran Pez fue ganadora en 2021 del Premio a la Librería de la Feria de Editores por ser una iniciativa que va más allá de la venta de libros en tanto ofrece ciclos y talleres de lecturas, música, teatro y pintura.
Desde su apertura, el emprendimiento atravesó numerosas vicisitudes: se fundó después de dos años consecutivos de caída del mercado editorial y, luego, atravesó la pandemia.
“Vivimos una crisis tras otra. Si algo sabemos con seguridad, es que no hay momento adecuado”, cuenta Esteban Prado, fundador de la librería, en una entrevista con Télam.
“En todo este tiempo, aprendimos a trabajar en conjunto con otras editoriales, apoyarnos en el proceso y producir incluso con la actual crisis del papel. Nuestra manera de resistir es subiendo la apuesta”, acota.
La novela del verano
Con esta premisa, la editorial presenta el primer título de su catálogo editorial propio: “Todos se escondieron ya”, de Yuri V, una novela que transcurre en tres días durante un viaje a Mar del Plata y en la que los personajes se ven inmersos en todo tipo de problemas: rupturas amorosas, mudanzas, discusiones familiares, un accidente en la ruta y más.
El texto forma parte de la colección “La novela del verano” y actualmente la librería se encuentra en la búsqueda del siguiente título a través de un concurso literario. “Por fuera de esta colección, proyectamos libros ilustrados y ensayos, todo con el ritmo que se vaya dando y garantizando que a cada libro le daremos todo, desde el trabajo sobre el contenido, el diseño, la producción”, anticipa Prado sobre el proyecto.
Para la editorial, en esta nueva colección no hay misterios. “Somos un proyecto en la ciudad con mayor tradición de turismo popular en Argentina, los marplatenses hemos estado un poco renegados con esto. Esta colección es lo contrario, una manera de decir: sean bienvenidos”, cuenta Prado.
Sin embargo, el misterio está en quién es el autor detrás de la novela firmada con el seudónimo Yuri V. “Decidí esta opción porque me divierte y porque me parece un imán. Alguien desestimará el libro por la falta de firma ante escribano, pero muchos más se divertirán”, dice él en una entrevista a Télam vía mail.
Yuri V: el humor y los extraterrestres
Yuri V también agrega que tiene un motivo barrial para apelar a un nombre de fantasía: “Mis vecinos no saben que escribo y prefiero que así sea. Quiero seguir hablando boludeces, que nadie pase la barrera de los dramas existenciales. A ver, para que se entienda: que se pase la barrera cuando se tiene que pasar, pero no que vengan a manijear con sus dramas con la apenas solapada intención de convertirse en personajes. Me gusta ser uno más”, explica.
Como en la modernidad, “Todos se escondieron ya” avanza de manera vertiginosa y caótica. Pero un hecho rompe la presunta cotidianidad que viven los protagonistas: llegan extraterrestres al planeta Tierra. Aunque la aparición de estos personajes podría resultar apocalíptica, la novela conserva el humor que presenta desde el comienzo.
– ¿Cómo aparece tu interés por los extraterrestres? ¿Hubo lecturas de ciencia ficción que te hayan influenciado a la hora de escribir esta novela?
– Los extraterrestres son la sal de la vida. A mí no me va ese pudor terrestre de avalar la existencia de vida en otras galaxias por el argumento moral de que no podemos considerarnos únicos en semejante universo. Hubo lecturas de todo tipo, «Cosmos», obvio, de Carl Sagan. Para mí los extraterrestres son una personificación de la inquietud y de la curiosidad. Para los que nos aburrimos con la astronomía, ahí están ellos. Con ellos hablo. Cada tanto me llaman para saber cómo estoy.
– ¿Cómo empezó tu relación con la literatura y tu deseo por escribir?
– Con el parate de 2020. Ahí empecé a escribir como un desaforado. Pensé en ir al psicólogo. Había pasado muchos años tapando dramas a base de trabajar, construir mi casa, construir una habitación más, arriba, y había esquivado cosas fuertes. En los primeros meses, aquellos abril y mayo, estuve muy mal. Ahí, sin trabajo y sin muchas cuentas pendientes, apareció una llanura enorme delante mío y unas ganas de galopar que nunca había sentido y me puse a escribir. También estuvieron los talleres, hice muchos talleres, algunos antes de todo esto y otros después, con eso agarré la técnica. Pero el deseo, lo que se llama deseo, apareció ahí. Con la literatura, desde que tengo memoria. Vivimos en un país que es literatura pura. Nos gusta contar cuentos, somos buenos contando cuentos.
– El título hace eco en una canción de Él mató a un policía motorizado, ¿cómo se relaciona con el libro?
– El libro reúne a dos docenas de personas que se cruzan en tres días. Según el ritmo y la situación, los momentos del viaje hacia Mar del Plata y los líos en los que se van enredando, algunos personajes ganan más protagonismo. En la última noche, justo antes de que declararan el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, una nena perdida camina horas junto con una treintañera bastante desorientada, charlan hasta por los codos y en un momento hablan de “La noche eterna”, esa canción que mencionás. El verso que elegimos con los editores es el que mejor funciona como título. A mí el que más me gusta es ese que dice “Sé que el cosmos cuida a todos por igual”. Yo me hago la película con esa frase, como si un parpadeo del cosmos pudiese desvanecer nuestra existencia.
Historias, motivos, pasiones
– El escenario de la mayor parte de la novela es Mar del Plata o el viaje hacia la costa, ¿de qué se trata esta decisión? ¿Era una forma de ligarlo a El Gran Pez o a experiencias de quienes viajan a la costa argentina?
– Yo creo que los chicos de El Gran Pez quisieron publicar la novela porque les hice trampa y les puse algunos guiños. Pero más allá de eso, me gustan fantasear con todos los universos paralelos que puede haber en una ruta como la 2. En fracciones de segundo, de auto en auto, cambian las historias, los motivos, las pasiones y lo que sea que atraviesa cada uno cuando va viajando a ciento veinte kilómetros por hora rumbo a una ciudad monstruosa y leal como Mar del Plata.
– A medida que se lee la novela, las historias de cada personaje se van uniendo por eventos en común, ¿cómo trabajaste el tiempo narrativo de la novela?
– Acá tengo que reconocer que la versión inicial de la novela era una galleta, no se sabía dónde estaba el anzuelo, no se podían acomodar las líneas. Por suerte, la paciencia de los editores, el armado de mapas y gráficos y el trabajo con papelitos y marcador en un pizarrón me ayudaron a encontrar el orden para que funcionara el relato.
– La publicación de la novela coincidió con el resurgimiento de noticias sobre la existencia de ovnis y extraterrestres a partir de los objetos derribados por Estados Unidos, ¿cómo pensás que dialoga tu novela con este tema?
– A mí me gusta la Coca-Cola, me gusta los autos que hace la Ford y desde que tengo 7 años quisiera ser Clint Eastwood, no me da la altura. Podría ser Richard Dreyfus en esa de Steven Spielberg, «Encuentros cercanos del tercer tipo«. Pero tampoco. Ahora, si fuera por esa gente y su diplomacia intergaláctica, iríamos muy mal.
En la novela, los vínculos son mucho más felices, los extraterrestres hacen sus desastres, pero por error, y después pasan sus vidas tratando de repararlos. Esa parte de la historia les gustó particularmente a ellos. Esa es una manera de imaginar que escasea en la otra América.