Un tópico que entremezcla economía y política, que tomó injerencia volvió a formar parte del debate iniciado en el año 2000 por Mauricio Macri sobre la llegada de capitales privados al fútbol argentino. Un discurso del periodista Ernesto Cherquis Bialo generó una ola de repudio en los clubes.
Por Santiago Giorgini
La victoria de Javier Milei sobre Sergio Massa en las elecciones presidenciales, llevó al deporte argentino a mirar de reojo la designación del libertario. Una advertencia, una banca y un repudio masivo, son los tres temas que fragmentan a esta crónica, que cuenta con el puntapié inicial de la advertencia en del periodista uruguayo Ernesto Cherquis Bialo, quien estableció un análisis político indexándolo con la potencial privatización de los clubes argentinos: “si gana Milei, van a privatizar el fútbol”, expresó en aquella premisa. Esto, llevó a recurrir al archivo no muy lejano, cuando el líder de La Libertad Avanza, mencionó estar de acuerdo con el modelo inglés que le da la derecha a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Ahora que ganó, todo es una incógnita.
"Apoyen a Massa ahora, no me vengan con la tibieza pusilánime"
Ernesto Cherquis Bialo les pidió a los dirigentes del fútbol que acompañen la candidatura de UxP desde ahora, exigió terminar con el "alcahueterismo" y elogió al ministro de Economía: "Es el presidente del fútbol". pic.twitter.com/QCnB3yKWr7
— Corta 🏆 (@somoscorta) November 10, 2023
¿Qué son las Sociedades Anónimas Deportivas?
Pero ¿qué son las SAD? Como su concepto propio lo indica, resulta una inyección económica de capitales privados hacia una entidad deportiva. Puede manifestarse en dos modos: en los que un propietario de forma individual administra el club y hace y deshace a gusto y piacere lo que considere más o menos fructífero; o bien, un grupo inversor conformado por una serie de empresarios, que realiza el mismo sistema y coloca a un representante al mando del club. Ejemplos sobran. A la hora de citar casos conocidos, podemos rememorar el del Paris Saint Germain, donde la empresa Qatar Sports Investments es propietaria del club y cuenta con Nasser Al Khelaifi como su principal dueño. Si vamos al caso de una compra individual, podemos citar la reciente inversión de Jim Ratcliffe, que se hizo del Manchester United por 300 mil millones de libras.
"Socios":
Por los comunicados de clubes del fútbol argentino contra las Sociedades Anónimas Deportivas pic.twitter.com/iOHHPtOSTb— ¿Por qué es tendencia? (@porquetendencia) November 11, 2023
Citamos estos modelos, porque son los que inspiraron al presidente electo a bancar aquella oportunidad en el fútbol argentino, “porque puede pasar que un equipo quiera ser el Manchester City” comentó en alguna que otra entrevista (NdR: Manchester City, al igual que PSG cuenta con un grupo empresario que administra al club llamado “City Football Club”).
Respuestas ante las Sociedades Anónimas Deportivas
“Acá nos vamos a pelear”, mencionó el comunicador Alejandro Fantino en el diálogo que mantuvo con el –en aquel momento- candidato a presidente. Sabía lo que se venía, tanto dentro como fuera de su programa; porque históricamente, los clubes en Argentina fueron asociaciones civiles sin fines de lucro donde cada chico, cada socio y cada dirigente construyó, de forma deportiva, material o económica hasta la actualidad. A cambio de aquella construcción, el club brindó y brinda hasta los tiempos presentes, contención, infraestructura y la satisfacción de necesidades para cada uno de sus integrantes. Eso, con las Sociedades Anónimas Deportivas, se terminaría.
En la previa de las elecciones, llegó la banca. La presentación de Mauricio Macri en la fórmula opositora durante la recta eleccionaria de Boca Juniors dejó como uno de los títulos más sobresalientes, la reafirmación de bancar el proyecto de Sociedades Anónimas. La gran mayoría de los clubes rechazaron rotundamente esta temática, que contiene una polémica de larga data en el fútbol y el resto del deporte argentino, ya sea de forma implícita o explícita. Clubes grandes, clubes chicos y medianos, que procedieron a rechazar lo que advirtió el comunicador uruguayo ante una posibilidad de inyectar clubes con economía empresarial. Macri ya tenía un antecedente al respecto.
También, como adelantábamos anteriormente se estableció una ola de repudio. Dice la frase popular que “la unión hace la fuerza”. Durante estas últimas semanas, miles de clubes del deporte argentino (sobre todo los de fútbol) lo hicieron sentir, con los comunicados, que no tardaron en llegar. Un 95% de las entidades, se proclamaron como asociaciones sin fines de lucro y con la idea de continuar su desarrollo como un club social y deportivo, perteneciente a sus respectivos socios. Dentro del 5% restante, podemos involucrar a Talleres de Córdoba. Conocido por los negocios de su presidente Andrés Fassi con el fútbol mexicano, que felicitó a Javier Milei por su designación como presidente de la Nación.
En Mar del Plata, Peñarol, Quilmes, Alvarado y Aldosivi fueron los casos más resonantes de rechazo, con la réplica a lo largo y ancho de toda la Argentina, como por ejemplo la de mismo Boca Juniors, con la política al rojo vivo, que ratificó su continuidad como asociación civil a pocos días del lanzamiento de campaña del referente del PRO como vicepresidente de la oposición en las próximas elecciones en el cuadro de la Ribera. Lo que ocurre, es que el expresidente de la Nación, fue uno de los que intentó impulsar este modelo allá por los inicios del 2000, en un proyecto que contó con la negativa rotunda de todos los dirigentes del fútbol argentino y el recordado reproche de Julio Grondona: “Mauricio, creo que perdimos”. Ahora, va por la revancha, con la especulación de lo que ocurra a nivel país y con la candidatura a tomar el mando de uno de los clubes más importantes de la Argentina.
Repercusiones
Quien se proclamó al respecto fue el presidente de la Unión de Clubes de Barrio Mar del Plata – Batán, Adrián Manzo, quien fue claro al manifestarse en contra de aquellos que avalan la propuesta privatista. Reforzando aquella rotunda negativa de los clubes sin importar su tamaño o llegada. “El deporte para nosotros es educación e inclusión”, mencionó el dirigente, quien recordó su antecedente con el gobierno de Mauricio Macri: “Tuvimos problemas con la luz y el gas. Teníamos que cortar las actividades a las seis de la tarde para ahorrar. Más allá de la infraestructura, perderíamos otros proyectos vigentes como los programas nacionales “Clubes en Obras” y el beneficio “Hay Equipo”.
Según la página oficial del gobierno nacional, “Clubes en Obra” es un proyecto donde se solicita un apoyo económico para la construcción o refacción de mejoras edilicias, para el desarrollo de la actividad deportiva. Entre sus objetivos, se destacan mejorar la infraestructura, fortalecer instituciones, generar trabajo y dinamizar la industria de la construcción. Por su parte, “Hay Equipo” funciona con el fin de garantizar el acceso de chicas y chicos entre 5 y 17 años a instituciones deportivas, consideradas espacios de pertenencia, recreación y desarrollo.
Continuando con Manzo, afirma que se esperaba una reacción masiva como la que hubo “porque ellos en sus comienzos fueron clubes de barrio. Después, fueron creciendo con la participación de sus socios y la presencia de un Estado que siempre acompañó con políticas públicas o sociales y créditos”.
Manzo continúa su argumento con la mención de que “los clubes de barrio son la última trinchera del deporte argentino. Son fundamentales en lo civil y lo social. Funcionamos como cobija para mucha gente y como centros vacunatorios en la pandemia. Si cierran los clubes de barrio, van a dejar muchos chicos y chicas en la calle”, concluyó.
Otra frase histórica es que “el dinero ayuda, pero no hace la felicidad”. Está claro que, si bien las SAD lograron mejorar algunos clubes a lo largo del mundo, hay otros casos en los que no garantiza “ser el Manchester City” como adjudican Milei o Macri. Por citar solo algunos ejemplos, así como nombramos a los citizens o al Paris Saint Germain, hay casos como el del Bahía de Brasil, que lucha por el descenso en el Brasileirao o el Valencia, que, durante la pasada temporada, con el asiático Peter Lim como dueño, también peleó por los puestos de abajo. El dinero no garantiza la felicidad. Pertenecer a un club y darle vida, quizá para los socios del fútbol argentino sí resulte un acto de plenitud, que, a lo mejor, no todos entienden.