En un contexto donde el rock argentino se gestaba en las entrañas de la clandestinidad, Mar del Plata emergió como un epicentro cultural clave. Los años 70 y 80 marcaron un hito en la historia del género, y la ciudad costera no fue una mera espectadora, sino una protagonista activa de esta revolución musical.
Por Ian Punter
Almendra, la mítica banda liderada por Luis Alberto Spinetta, irrumpió en la escena del rock nacional con su debut en el boliche Matoko’s (Constitución entre Chubut y López y Planes, donde hoy hay locales comerciales) en enero de 1969, un hito que resonaría en la historia del género. Mar del Plata fue testigo privilegiado de este momento trascendental, que sentaría las bases del sonido característico del rock argentino.
El debut de Almendra en Matoko’s no solo marcó el inicio de una carrera legendaria, sino que también simbolizó el espíritu de rebeldía y expresión que caracterizó a toda una generación. En un contexto de censura y represión, la música se erigió como un arma poderosa de resistencia, y Mar del Plata se convirtió en un bastión de esta lucha por la libertad de expresión.
Boliches como Mandioca y Matoko’s se convirtieron en incubadoras de talento, proporcionando un espacio vital para bandas emergentes y artistas consolidados por igual. Estos lugares se erigieron como santuarios donde la música resonaba con fuerza y donde la comunidad rockera encontraba un refugio en medio de un contexto social y político tumultuoso.
El impacto de Almendra y otras bandas pioneras no se limitó solo al ámbito musical, sino que también influyó en la cultura y la identidad de Mar del Plata. La ciudad se convirtió en un símbolo de resistencia y creatividad, un lugar donde las letras combativas y los acordes rebeldes resonaban con fuerza en las calles y en los corazones de aquellos que anhelaban un cambio. La presencia constante de figuras como Luis Alberto Spinetta no solo elevó el perfil del rock en Mar del Plata, sino que también inspiró a una generación de músicos locales a seguir adelante y dejar su huella en la historia del género.
A lo largo de los años, la ciudad costera continuó desempeñando un papel fundamental en la escena del rock nacional. Desde la realización de festivales emblemáticos hasta la presencia de figuras icónicas como Queen y Rod Stewart, Mar del Plata se consolidó como un epicentro cultural ineludible.
Sin embargo, a pesar de su importancia histórica, la ciudad enfrentó desafíos y obstáculos en su camino hacia el reconocimiento internacional. Incidentes como los ocurridos durante los últimos shows de Los Redonditos de Ricota en 1999 pusieron de manifiesto las tensiones y contradicciones que aún persistían en la escena musical local.
A pesar de estos desafíos, el legado de Almendra y otros pioneros del rock argentino perdura hasta el día de hoy. Su música sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas y aficionados, y Mar del Plata sigue siendo un faro de creatividad y rebeldía en el panorama cultural argentino.
En un país donde la música es sinónimo de identidad y resistencia, el debut de Almendra en Matoko’s representa un capítulo crucial en la historia del rock nacional, un recordatorio de la importancia de la expresión artística en tiempos de adversidad y un tributo a la eterna búsqueda de libertad y autenticidad.