Este martes 3 de junio se cumplen diez años de la primera movilización de Ni Una Menos, el grito colectivo que estalló en más de 80 ciudades argentinas para denunciar la violencia machista, exigir justicia y marcar un antes y un después en la historia social y política del país. En Mar del Plata, como en muchos otros puntos del país, una nueva marcha recorrerá las calles en un contexto que organizaciones feministas y de derechos humanos califican como “crítico y alarmante”.
La concentración local será a partir de las 16.30 frente a la Municipalidad, para luego movilizarse desde las 18 horas por el centro de la ciudad. Convocan el Movimiento de Mujeres y Diversidad de Mar del Plata y distintas agrupaciones de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), que este año vuelven a unirse bajo la consigna: “Ni Una Menos y ni un paso atrás”.
Una década de lucha feminista
La convocatoria del 3J de 2015 surgió como respuesta al femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años asesinada en Santa Fe. El caso, que conmovió al país, se convirtió en símbolo del hartazgo social ante la violencia por motivos de género y la impunidad. Desde entonces, el movimiento feminista argentino ha logrado importantes conquistas: la sanción de la Ley Micaela, la legalización del aborto, el fortalecimiento institucional de políticas de género y el reconocimiento de las tareas de cuidado como trabajo no remunerado.
Pero, a una década, las demandas siguen siendo urgentes. Según el Registro Nacional de Femicidios de la Corte Suprema, solo en 2024 se registraron 247 víctimas letales de violencia de género, de las cuales 228 fueron femicidios directos. En promedio, una mujer o disidencia es asesinada cada 36 horas en Argentina.
Un escenario que preocupa
A diferencia de años anteriores, esta marcha se da en un clima de creciente preocupación política. Desde el Movimiento de Mujeres y Diversidad apuntan al gobierno nacional y su “violencia discursiva e institucional” hacia mujeres y diversidades. Las críticas se centran especialmente en los intentos del oficialismo de eliminar la figura del femicidio del Código Penal, medida que las organizaciones consideran “un cruel intento de negar que existe la violencia por motivos de género”.
También señalaron al gobierno local de Guillermo Montenegro, a quien acusan de actuar en sintonía con la política nacional. En Mar del Plata, la emergencia en violencia de género –vigente desde 2016– permanece congelada desde hace un año en el Concejo Deliberante sin tratamiento ni avances.
“La lucha feminista no es ideológica ni partidaria: es una lucha por derechos humanos fundamentales que históricamente nos fueron negados”, remarcaron las organizadoras de la movilización, que denuncian un “desmantelamiento progresivo” de las políticas públicas conquistadas.
Presencia universitaria y compromiso colectivo
La comunidad universitaria marplatense también participará de la movilización. Estudiantes, docentes, trabajadoras y militantes de la UNMDP saldrán a las calles a reafirmar su compromiso con una universidad libre de violencias y con perspectiva de género. “Habitamos la universidad pública y aunamos esfuerzos para acompañarnos en los procesos de institucionalización de políticas de género”, sostuvieron.
Desde los espacios universitarios advirtieron que la violencia estructural se expresa no solo en los femicidios, sino también en el desfinanciamiento de la educación y la ciencia, la feminización de la pobreza y la criminalización de las juventudes.
“La ignorancia se manifiesta extrema cuando nuestra lucha es reducida a una ‘pelea ridícula entre el hombre y la mujer’, y se nos acusa de entorpecer la economía. Lo que defendemos es la vida, la libertad y la dignidad”, enfatizaron.
“Nos queremos vivas, libres y desendeudadas”
Diez años después, el grito de Ni Una Menos no perdió fuerza ni vigencia. Por el contrario, en un contexto de retrocesos, vuelve a cobrar una urgencia vital. Las cifras hablan por sí solas, y la falta de políticas eficaces –o directamente el desmantelamiento de las existentes– genera un escenario de alarma.
Frente a eso, la respuesta del movimiento feminista es clara: “La calle es nuestra. El grito también”.
Este 3 de junio, el reclamo vuelve a ocupar el espacio público con una consigna que se mantiene firme, potente y necesaria: “Ni Una Menos. Ni un paso atrás.”