En un mercado donde el 80% del tabaco es manejado por grandes tabacaleras industriales, Puros Figueiras emerge como un emprendimiento familiar con una misión de rescate: revalorizar el arte del puro artesanal y ofrecer una alternativa premium al cigarro industrial. Nano Figueiras, uno de sus fundadores, dialogó con Bacap y nos introduce en el riguroso proceso que los ha convertido en los únicos en Mar del Plata y la zona con anilla propia.
La búsqueda del tabaco perdido
La idea surgió de la necesidad de establecer una mejor relación con el tabaco, pero el camino fue un desafío. «Averiguar dónde comprar tabaco fue una tarea más que difícil,» explica Figueiras. La dominación industrial obliga a los pequeños productores en provincias como Salta, Jujuy, Tucumán y Misiones a utilizar el tabaco como un complemento agrícola en lugar de una dedicación exclusiva.
Tras una intensa búsqueda, el proyecto se consolidó al encontrar un socio estratégico: un productor con viñedos en Catamarca y Tucumán, que además era un aficionado al rubro y elaboraba puros a pequeña escala desde 2015. Este fabricante maneja tabaco criollo tucumano y la variedad Burley de Misiones, además de cultivar de forma exclusiva y en baja producción semillas de gran calidad como la variedad Criollo Cubano y Habana 2000. La fábrica, que antiguamente producía los puros «Don Libardo», se encuentra en Huasa Pampa, una comuna de productores agropecuarios en Tucumán, y dedica parte de su capacidad a la producción de Figueiras.
El Arte del cultivo: sosecha manual y procesos milenarios
Puros Figueiras se distingue por ser un Puro de tripa larga Premium de confección 100% a mano, utilizando hoja completa de tabaco en tripa, no picadura ni hebras. Su proceso, detallado en su ficha técnica, es una sinfonía de paciencia y precisión:
Cultivo y Plantines: Los plantines provienen de almácigos flotantes, realizados en un medio hidropónico. En el mes de octubre se realiza el trasplante a campo en un marco de plantación específico según el destino final de la hoja (capa o tripa capote).
Cosecha: La cosecha se realiza de manera manual, hoja por hoja, en 3 o 4 pasadas de acuerdo a la maduración. Se comienza por las hojas bajeras y se asciende. Cada hoja se mantiene en cujes individuales, ya que su posición en la planta determina una característica particular al puro: combustión, aroma o sabor.
Curado y Fermentación: El curado es un proceso natural a campo con aireación que dura entre 30 y 40 días, donde la hoja pierde humedad. Le sigue la fermentación: doble para hojas de tripa y capote, y una única para la hoja de Capa. Este paso, que dura unos 25 días cada uno, elimina impurezas y permite al tabaco adquirir matices, aromas y sabores particulares.
La arquitectura de las cinco hojas
El corazón de Figueiras reside en su elaboración, completamente a mano por torcedores especializados. En este proceso de ingeniería artesanal, se utilizan cinco hojas para crear la arquitectura del puro:
Tripa (3 Hojas): Tres hojas de tabaco (bajeras, medias y superiores) se combinan para conformar la tripa o zona interna, buscando un balance perfecto para entregar combustión, aroma y sabor.
Capote (1 Hoja): Una hoja destinada a envolver la tripa.
Capa (1 Hoja): La quinta hoja, que constituye la envoltura final del puro.
Finalmente, se coloca la perilla en un extremo y todos los puros se conforman en moldes de madera de cedro para que adquieran su formato específico de cada vitola.
Estacionado
La calidad de Figueiras no se negocia con el tiempo. El tabaco es estacionado durante 24 meses en fardos preclasificados antes de la elaboración. Una vez torcidos, los puros atraviesan un estacionado adicional de 12 meses en humidores antes de su comercialización. Algunos blends de reserva incluso son estacionados hasta 6 meses en barrica. Este riguroso ciclo de maduración permite que los puros lleguen a la humedad correcta, logrando la conformación y redondez final de sus aromas y sabores, un compromiso que lo distingue en el mercado nacional