En Integra Sport Mdp 30 profesores les enseñan deportes a 180 alumnos de los 3 a los 21 años con discapacidades intelectuales, síndrome de Down, niños sordos, con discapacidad visual y motriz.
Por Natalia Duhalde
«Compromiso, dedicación y pasión» son las palabras que utiliza Jonatán Laspina, vicepresidente y coordinador de «Integra Sport Mdp», para explicar la tarea que junto a 30 profesores de educación física lleva adelante desde 2012 en la única escuela multideportiva para niños y adolescentes con discapacidad de Mar del Plata.
Este grupo de profesionales realiza actividades multideportivas en la sede ubicada en la calle Colón y Avenida Champagnat, donde de lunes a viernes las canchas de básquet, jockey, futsal, golbol y la pileta olímpica se llenan de chicos con ganas de aprender y compartir haciendo su deporte favorito.
«Hace 10 años comenzamos con este sueño y hoy contamos con 180 alumnos de los 3 a los 21 años con discapacidades intelectuales, síndrome de Down, niños sordos, con discapacidad visual y motriz», contó en una entrevista con Télam Laspina, quien hace poco se recibió de Licenciado en Educación Física en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y ahora va por su maestría para perfeccionarse.
«En este espacio cada profesor tiene su grupo y su método de trabajo como lo hacen aquellos con niños y niñas con discapacidad visual que hacen deporte con pelotas con sonido para que se puedan guiar, aquellos con problemas auditivos con todo lo que sea visual y con discapacidad intelectual con todo tipo de estrategia didáctica que tienen que ver con la captación de la atención y la concentración» mientras que con la discapacidad motriz «es diferente porque hay que trabajar cada deporte con sillas de rueda aptas para la disciplina» relató.
«Cuando uno llega a su casa se lleva aprendizaje, enseñanzas que llenan el alma», contó.
Actividades
Además de realizar actividades multideportivas en la sede «organizamos y participamos de muchos eventos como competencias acuáticas en el mar lo que denominamos aguas abiertas donde se corren carreras de natación de 1.500 y 3.000 metros».
Laspina cuenta que la preparación de los chicos se hace a diario en la sede pero además cuentan con talleres de «patín carrera, natación, rugby, futsal, básquet, atletismo y nado sincronizado donde hay chicos que se van especializando en las diferentes disciplinas».
Este espacio único en Mar del Plata «pretende mejorar los aspectos físicos, sociales, afectivos y psíquicos de niños y adolescentes con discapacidad, procurando contribuir a su formación integral para que logren desenvolverse de la forma más autónoma posible en la sociedad y de esta forma puedan alcanzar una plena integración social, laboral, educativa y cultural», enfatizó.
El coordinador de este espacio manifestó: «nuestro sueño es poder tener un complejo propio y sillas deportivas especiales ya que los costos son muy elevados y no contamos con los fondos suficientes para poder llegar a cumplir esa meta».
Competencia
Cabes señalar que muy pronto estos chicos marplatenses estarán compitiendo en la semana del 19 al 24 de marzo en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) de Buenos Aires, en el marco del «Día Internacional del Síndrome de Down» que es el 21 marzo.
Clara Nievas, de 21 años, quien tiene síndrome de Down, es experta en nado sincronizado y ya ha obtenido varias medallas compitiendo en Brasil y Canadá. Dijo que compite «desde los 6 años y lo que más me gusta es que hago muchos amigos mientras practico mis bailes en el agua».
Clara dijo también que le «gustaría que todos se animen a hacer algún deporte porque es divertido y porque te hacés de muchos conocidos».
«Sé que siempre me espera un desafío por cumplir»
Mientras tanto, Joaquín Valentinuzzi, de 16 años, con discapacidad visual, manifestó: «Yo juego al golbol que es una competencia que se realiza entre dos equipos de tres personas, donde se lanza una pelota con la mano y se meten goles, además de hacer natación».
Valentinuzzi vive en el Barrio San Cayetano y todos los días lo lleva a entrenar algún integrante de su familia.
«Me levanto con ganas porque sé que siempre me espera un desafío por cumplir, además de socializar con mis compañeros y perfeccionarme en lo que hago con los profesores que son unos copados», dijo Joaquín.
En medio de chicos que corren buscando a sus entrenadores, se escucha a lo lejos: «¿profe, hoy hacemos una demostración para los periodistas?» Cada uno busca su equipo y los vestuarios de repente se colman para ponerse los trajes para tirarse al agua.
«Yo estoy a cargo de los chicos sordo e hipoacúsicos, ya que aquí la idea es que la pasen bien haciendo el deporte que más les guste», señaló Jésica Martí, profesora de educación física y acompañante terapéutica.
«Hace diez años trabajo en eso y siento que los chicos me dan siempre más de lo que yo doy, esto es un aprendizaje continuo que hago con mucha dedicación y entrega desde mi lugar», dijo Martí.
Las fuerzas y las ganas de los alumnas
Otra de las profesoras es Jésica Fernández, quien es nadadora y además trabaja bailando con los delfines en el Aquarium de Mar del Plata.
«Entreno a chicas de 18 a 21 años con síndrome de Down en nado sincronizado. Antes de comenzar las preparamos físicamente y luego en el agua les enseñamos a aguantar la respiración, a coordinar las partes del cuerpo y a comenzar con las rutinas», explicó.
«Hace diez años trabajo en esto y cada día me sorprendo más de las fuerzas y las ganas que le pone cada una de mis alumnas a la perfección del estilo, la postura y la coordinación de las coreografías» aseveró.
Nicolás Román tiene 17 años y posee síndrome de Asperger, el año pasado terminó sus estudios secundarios en la Escuela Media N*12 y en este 2022 tiene previsto estudiar programación en informática.
«Hace 9 años hago fútbol y natación. Me gusta lo que hago y le diría a todos que el deporte es una buena oportunidad para conocer sus aptitudes, hacer nuevos amigos y tener una mejor calidad de vida», contó.
En la puerta del complejo, esperando a su hijo Agustín Marengo, de 15 años, con síndrome de Down, se encuentra Romina Pérez, quien relató que «este espacio no solo le ha servido para hacer amigos y practicar natación que es su pasión, sino para lograr su independencia en todos los sentidos».
«Que haya logrado sentirse seguro y que ame lo que hace es para nosotros como familia el logro más importante», señaló, mientras su hijo desde lejos le tira un beso y le levanta el pulgar derecho indicándole que todo está OK.