18 C
Mar del Plata, AR
abril 29, 2024
Deportes

Todos juntos

Argentina venció a Países Bajos por penales y se metió entre los cuatro mejores del mundo. Mostró la fortaleza del grupo, se recuperó del empate, peleó y Messi terminó siendo Messi en los micrófonos.

Por Juma Lamacchia – Corresponsal

Doha, Qatar – Hacía dos días que el cielo estaba nublado. Esa misma mañana, el viento bajaba la temperatura habitual de la ciudad. Para cinematográficos, todo estaba dado para un día triste. El sol se escondía y no era protagonista ni siquiera de la previa.

Miles de argentinos llegaron a Doha después del triunfo ante Australia, nadie se quiere perder la recta final. El jueves, como de costumbre, se realizó un banderazo en el centro. La expectativa y la confianza van de la mano y se encontraban en su punto máximo. Argentina enfrentaba a Países Bajos al otro día en el Estadio Lusail, el más grande de este mundial.

Se esperaban entre 40mil y 50mil hinchas argentinos de los casi 90 posibles. El resto como siempre, de hinchas de la selección, en su mayoría, árabes. Los neerlandeses se amontonan en grupos chicos, me animo a decir que no superaban los mil. Entonces el clima cambió, se hizo de noche y todo indica que será una fiesta. Los cinematográficos deberán cambiar el guion.

Para ser campeón, hoy hay que ganar. El grito del hincha argentino es contundente y tiene dos afirmaciones. La primera es una obviedad, porque en esta instancia, el que pierde se vuelve a casa. Y la otra refiere a un vocabulario más futbolístico, es el primer partido contra una selección de las importantes, las que podrían llegar a pelear el título. Del otro lado está Países Bajos (ex Holanda), Van Gaal y todas sus figuras. La muestra de carácter que necesitaba nuestro seleccionado.

El primer tiempo fue, una vez más, una orquesta. Al ritmo de Messi, que metió una asistencia increíble que definió Molina, nos fuimos al descanso un gol arriba. Con la sensación de que podían ser más, y que el rival no podía hacer ninguno. Este equipo transmite esa tranquilidad dentro de la cancha. Cada una de sus líneas tiene la seguridad suficiente para estar donde está.

El complemento continuó con esa temperatura. El árbitro ante sus fallos, la elevaba dentro del campo de juego. Se los notaba molestos a los jugadores argentinos y eso, quieran o no, afuera se siente. Pero el número 10 sigue haciendo de las suyas y mete de penal, con suma tranquilidad a la hora de patear, el 2 a 0. En el festejo, se dirige al banco suplentes rival y hace el gesto del Topo Gigio. Riquelmeano. Maradoneano. Messista. Respirar de esa manera en cuartos de final contra un gran equipo no tiene precio. Faltan 10’ y dos goles arriba. Hasta el Diego se prendió un habano. 

Si algo tiene un mundial y sobre todo este, es que no son fáciles. Si este guion nos tiene que hacer sufrir, quizás el momento era este. Si existía la posibilidad de que todo se derrumbara de un segundo al otro, con nosotros dentro, para que todo quede en la nada, quizás era ahora. Países Bajos lo empata en la última jugada de los 10’ de tiempo agregado. Ni el más villano hubiese elegido ese final.

El empate fue un baldazo de agua fría. Por más de que en el desierto no haya agua, ni frío, esto nos dejó helados. El público intenta reaccionar, pero no encuentra solución. La catástrofe más dolorosa se nos pasaba por la mente. El final, injusto, era una posibilidad. Los jugadores sí reaccionan, pero no pueden vencer el arco rival. Enzo Fernández, la revelación de este equipo, impacta en la base del palo el último disparo. La suerte no está de nuestro lado y se vienen los penales.

De nuestro lado se encuentra Emiliano “Dibu” Martínez, el marplatense (perdón que lo repita, lo digo con orgullo). Ya hablamos de él por el partido anterior cuando se quedó entre sus manos la última pelota del partido ante la posibilidad del empate australiano. Hablamos de él siempre en realidad. Su forma de ser, su locura, sus bailes y su personalidad. Ya nos dio una alegría inmensa en los penales en la última Copa América, cómo no vamos a confiar. Pero uno se imagina si podrá repetir, ¿siempre lo va a hacer bien? Mira si no le sale justo ahora, si el sacrificio ya fue hecho y no tenemos más deseos para pedir. Todavía queda uno y es el que todos queremos. Dibu se preparó toda su vida para esto, arranca la tanda de penales Países Bajos con su capitán y figura, Van Dijk. Emiliano se estira para su derecha, flota en el aire y desvía la pelota. Lo mismo hace en el segundo intento pero hacia el otro lado. Argentina comienza ganando dos a cero la tanda de cinco penales. El último es Lautaro Martínez. El toro que aún no encuentra el punto rojo en este mundial, tuvo su revancha. La foto es de él saliendo a correr con sus compañeros, y el Dibu, entregado al césped junto a nuestro capitán. Argentina logra la clasificación y una vez más en menos de quince días, se repone ante las adversidades. Demuestra que sabe recuperarse y jugar con la presión. Nosotros, que no decidimos por los jugadores, lo sufrimos como corresponde. Nos tocó vivir nuestra épica, y vamos por la gloria.

Últimas Notas

El remero marplatense que representará a la Argentina en los Juegos Mundiales Universitarios

redaccion

Un marplatense suelto por Rosario: Tobías Cervera comenzó su camino en Central

Santiago

El marplatense Damián Jajarabilla participará de los JJOO París 2024

redaccion