Un informe relevó la actividad de patentamiento por parte de las Instituciones de Educación Superior que integran el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). La Universidad Nacional de Mar del Plata se posiciona en el sexto lugar a nivel nacional con 37 registros de patentes.

 

Cada 4 de junio se conmemora en Argentina el Día de la Vinculación Tecnológica por el nacimiento de Jorge Alberto Sabato, físico y tecnólogo, famoso por el desarrollo del “Triángulo de Sábato” como modelo de política científico-tecnológica.

Dentro de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), la Secretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica (SVyTT), a cargo del ingeniero Guillermo Lombera, trabaja desde hace casi 30 años articulando el conocimiento producido dentro del sistema universitario con las demandas sociales y productivas externas, además de fomentar innovaciones que impliquen investigación y desarrollo.

Bajo ese lema, un informe reciente difundido por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) relevó la actividad de patentamiento por parte de las Instituciones de Educación Superior que integran el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Entre ellas, se destaca la UNMDP en el sexto lugar con 37 solicitudes aprobadas.

«Esto es un indicador de que se generan inventos. Nosotros apuntamos a desarrollo tecnológicos, fundamentalmente a aquellos que surjan de los propios grupos de investigación. Además, estos nuevos desarrollos tienen una aplicación industrial porque, para que algo sea patentable, es importante que se traduzca en alguna empresa de base tecnológica ya sea por el propio grupo, por transferencia o tercerizado a alguien que quiera producirlo», destacó Lombera.

En el documento también queda especificado que el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) es el principal cotitular con 33 familias de patentes. Completan la nómina de organismos externos de ciencia y tecnología Inis Biotech, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Laboratorios QUIM SRL y con el doctor en Sistemas de Comunicación, Jorge Castiñeira Moreira.

A su vez, el responsable de la Secretaria explicó cómo surgen habitualmente las patentes y sus desafíos a la hora de ser lanzada al mercado. «Muchas veces se está trabajando en un proyecto de investigación y de este aparece algo realmente bueno y novedoso y que tiene una gran aplicación industrial. Ese paso del invento a la innovación requiere de una actitud emprendedora, una necesidad del propio grupo de investigación para lanzarla al mercado. Ese proceso no es lineal ni directo. Por eso, no solo en Mar del Plata, sino a nivel nacional, estamos trabajando para poder aumentar el índice de transferencia, es decir, la comercialización», expresó.

En cuanto a la evolución histórica, el informe comprende el período entre el año 2003 y junio de 2023. En esas casi dos décadas, el año 2015 es el más destacado con nueve solicitudes. Asimismo, el principal campo es el de Química Básica en Materiales (13) seguido por Metrología, Máquinas Especiales y Biotecnología (5).

La primera patente de la UNMDP

El 27 de julio de 2006, la Universidad Nacional de Mar del Plata realizó en conjunto con el CONICET la presentación ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI) de su primer Patente de Invención (P060103272). Esto fue posible debido al desarrollo del proyecto «Proteínas de papa: posible utilización biotecnológica como antibióticos naturales en el tratamiento de infecciones y cáncer», dirigido por la Dra. María Gabriela Guevara, integrante del Grupo de Investigación Bioquímica Vegetal de la FCEN-UNMDP, cuyo director es el Dr. Gustavo R. Daleo y mediante la participación de: la Lic. Julieta Reneé Mendieta, el Lic. Fernando Felipe Muñoz y la Dra. Mariana Pagano.

Esta patente tiene como objetivo la protección de compuestos proteicos de papa que presentan actividad microbicida (in vitro) tanto frente a organismos patógenos de vegetales (Phytophthora infestans y Fusarium solani) como de humanos (Bacillus cereus, Staphylococcus aureus y Escherichia coli) antitumoral frente a diversas líneas de células tumorales humanas (in vitro).

La relevancia de estos resultados se basan en que existe una necesidad urgente de buscar alternativas a los antibióticos sintéticos, ya que en todas partes del mundo el continuo uso de antibióticos ha tenido como resultado la aparición de cepas bacterianas con resistencia múltiple a los mismos y, como es de esperarse, complicaciones a la hora de enfrentar el control de enfermedades infecciosas y en especial de enfermedades intra hospitalarias.

Por lo tanto, la potencial aplicación biotecnológica de estos compuestos permitirá generar nuevas herramientas para el desarrollo de fármacos de origen natural para el tratamiento de enfermedades infecciosas (en humanos y vegetales) y cáncer.

El triángulo de Sabato

Este esquema, desarrollado por el físico y tecnólogo, Jorge Sabato, junto al politólogo Natalio Botana, plantea la articulación entre los tres sectores que juegan un papel decisivo en el desarrollo: la estructura productiva (empresarios), la infraestructura científico-técnica (universidades) y el Estado (gobierno). Este esquema, además, centraliza la innovación como un aspecto clave del desarrollo tecnológico autónomo.

La idea que transmite Sabato se centra en que deben existir “lados”, es decir, conexiones o interacciones bidireccionales de “ida y vuelta” entre esos tres sectores. Es una manera general de representar el ideal de articulación para el desarrollo.

Él y algunos colegas usaron este esquema para analizar la situación de un sector específico de la metalurgia. Para él se trataba de “ir triangularizando” todos los sectores posibles, hasta que todos los ámbitos relevantes estén “triangularizados”.

En relación a esto, Lombera explicó por qué Sábato fue un precursor en la década de 1960 con este tema. «Él deja en claro que la articulación es indispensable para el desarrollo de estas actividades y el rol fundamental del Estado como promotor. Por eso, no solo es un referente para la Argentina, sino para toda Latinoamérica», concluyó.