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octubre 17, 2024
Música

Sauntrack| Piel de cordero

Por Martina Migliorisi

Hola, ¿Cómo estás? Dicen que no es correcto celebrar la muerte, pero esta periodista duda que alguien llore el deceso de la más reciente y dolorosa ola polar. Este news puede llegar a tus manos un día cualquiera, más no me convencerá de dejar de saludarte apropiadamente en una fecha como la que hoy marca el calendario: Feliz día de la amistad.

Aunque los vínculos con nuestros amigos y amigas son un excelente disparador, este Sauntrack no les sacará provecho. Sin embargo, acá hay una buena forma de celebrar la amistad.

Ahora sí, y para calentar motores, tres álbumes nuevos: Remi Wolf estrenó «Big ideas», su segundo disco; Clairo hizo lo propio con «Charm», su tercer LP; y Momento Vainilla con su gran debut, «Brújula».

¿Una gran pérdida?

Ya en marcha, nuestro clásico paseo por la actualidad: Drake perdió 300 mil dólares por apostar a favor de Canadá —o en contra de Argentina — en semifinales de la Copa América; Marina Diamandis confirmó estar trabajando en su sexto álbum de estudio; Los Nocheros y el Chaqueño Palavecino estrenaron “Mi última carta”, su nuevo single; se celebraron dos de los tres días que The Beatles tienen en su honor y también el Día Mundial del Rock; Delfina Campos lanzó “malas decisiones”, último adelanto de su próximo disco; se cumplieron 65 años de la desaparición física de Billie Holiday y otros 57 sin John Coltrane; Mercedes Sosa hubiera cumplido 89 años.

Amén del torbellino de noticias que acabamos de atravesar, julio atestiguó dos esperados regresos: Katy Perry y Ke$ha. También volvió la polémica —¿acaso alguna vez se fue?—.

Bienvenidos/as a una nueva edición de Sauntrack. Tengan a mano su balde de confianza; hoy retorceré algunos estómagos.

Ayer

La primera década de los 2000 auguraba un camino exitoso para las jóvenes promesas de la escena pop norteamericana. Mientras una extravagante Lady Gaga hacía de sus apariciones en público un espectáculo marketinero digno de ver, sus colegas abrazaban otras estrategias para robustecer sus nombres en la industria.

Una poco conocida Katy Perry veía entonces los frutos de su siembra en «One of the Boys», su primer disco. Para la artista, que veía crecer su popularidad desde el estreno de su single «I kissed a girl», tanto la sexualidad como los mensajes confusos sobre el tópico serían su nuevo idioma. 

Al mismo tiempo, una joven nacida en Los Ángeles y conocida como «Ke$ha» construía su identidad musical, adoptando una estética mucho más cercana a la desprolijidad wasted del rock y con un sonido que oscilaba entre el pop, la electrónica y el dance. «Animal», su álbum debut, parecía abrir las puertas de una carrera brillante.

Sin saberlo, ambas protagonizarían un debate desgastante, complejo e inconcluso una década más tarde.

 Anoche 

Katy Perry y Ke$ha

Cuatro años después de su gran debut internacional, la cantante y compositora Ke$ha, nacida Kesha Rose Sebert, hizo temblar el frágil suelo sobre el que caminaba. Agrietado y endeble, no prometía un final feliz para la flamante estrella.En octubre del 2014, la artista presentó una demanda civil contra el productor Lukasz Sebastián Gottwald, conocido como Dr. Luke, por abuso sexual y emocional y por discriminación laboral. En su relato, la intérprete aseguraba haber sido agredida por el acusado durante los diez años en los que trabajaron juntos, reconociendo por primera vez una serie de hechos de violencia contra su persona que incluían dos violaciones. Producto de su martirio, la cantante habría lidiado con un desorden alimenticio y con múltiples secuelas psicológicas. 

Dr. Luke, que no iba a quedarse de manos cruzadas, hizo lo propio: demandó a la artista y a su círculo familiar, acusándoles de intentar ensuciar su nombre para sacar provecho en la industria.

Tras años llenos de nada, una serie de declaraciones de Ke$ha con marcadas inconsistencias y un Dr. Luke que sostuvo su inocencia desde el principio, el partido parecía estar liquidado.

El vaivén judicial pareció eterno. Duró nueve largos años y culminó solo cuando ambas partes llegaron a un acuerdo que jamás tomó relevancia pública, pero sobre el que se conoce un detalle: Ke$ha expresaba su deseo por reencontrar la paz; Dr. Luke no negociaría la suya.

Hoy

 El comeback de Ke$ha no fue, en números, tan espectacular como muchos esperaban. Pero al margen de la repercusión que su nuevo single, “Joyride”, obtuvo, la artista consiguió un respaldo masivo en redes sociales, donde usuarios de todo el mundo alientan su nuevo rumbo. Para la cantante se trata de un capítulo luminoso que despierta su ilusión y que, por primera vez en diecinueve años, le permite proyectar.

En el extremo opuesto se posicionó Katy Perry. Y es que si bien su regreso también estuvo marcado por la crítica, un abismo moral separa las obras de una popstar de la otra.

Mientras Ke$ha se refugió en su historia para retratar su renacimiento artístico, Katy Perry recicló una de sus fortalezas (el humor) y la moldeó a gusto hasta volverla canción. Su error fue presentarlo ante el mundo como una oda al empoderamiento femenino. “WOMAN’S WORLD” se estrenó hace poco más de una semana y no cosechó más que cuestionamientos. Una letra superficial y vaga, un videoclip que parece ideado por mentes tan retrógradas como misóginas y una interpretación errónea del movimiento feminista, como atrapada en tiempos remotos —hace unos 60 años, cuanto menos—.

El desacierto de Perry le valió, también, una puntuación de 20/100 en el diario The Guardian, que describió al track como “un intento anticuado de escribir un himno feminista” y que abandonó toda pretensión de vuelo poético cuando golpeó el último clavo de su ataúd: “Esta basura tiene 6 escritores”. Entre dichos seis, uno resuena: Lukasz Sebastián Gottwald, alias “Dr. Luke”.

Lukasz Sebastián Gottwald, alias “Dr. Luke”

Con seguridad, seguramente también con torpeza, y como feminista antes que cualquier otra cosa, volveré sobre tres principios, a mi entender, indiscutibles: uno, que toda discusión saldada entre militantes solo puede profundizarse hasta destapar nuevos puntos de vista puertas adentro, pero que el inevitable choque contra la realidad nos sorprenderá una y otra vez explicando el absurdo; dos, que respaldar directa o indirectamente a un sujeto señalado por una colega por comportamientos abusivos no es gratis; y tres, que no se hace de una lucha popular un estandarte de entretenimiento, porque si tu feminismo no incomoda, no es feminismo; es marketing.

Para irnos, quiero recomendarte tres gemas del mundo musical, sin nexo alguno y con ningún otro motivo más que el de compartir lo que se ama:

En Bacap escribimos lo que escuchamos. Qué mejor que compartirlo con el mundo.

Chau, loco. Este news se va en fade.

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