Con el rock en la sangre, Fabián “Zorrito” Von Quintiero sigue la ruta musical junto a Los Gustocks, una banda de amigos que le permite recorrer el país y hacer lo que más le gusta.
Por Alejandra Bertolami
Fabián “Zorrito” Von Quintiero, el ex integrante de Suéter, tecladista de Soda, integrante de la banda de Charly y gran pilar del grupo Los Ratones Paranoicos, regresa a la ciudad para disfrutar una noche de grandes clásicos del rock, junto a su banda Zorrito Von y los Gustocks. La cita es en Chauvin, el próximo viernes 23 de agosto a las 21. En la previa, desde Bacap conversamos sobre su presente, su visión del rock y la importancia de la audiencia para completar un show musical.
-¿Qué se siente pasar a un formato tan íntimo?
-A mí me gusta mucho tocar en lugares chicos, me gusta estar cerca de la gente porque después de la pandemia quedó muy claro que todo este asunto del rock y de los conciertos sin audiencia no tiene sentido.
Volver a estar cerca de la gente, mezclarme con la gente, es algo que este Soundroom me permite, poder bajar y abrazarme con la gente me interesa desde el punto de vista emocional.
Creo mucho en la audiencia porque yo fui audiencia del rock argentino y la verdad es muy importante. La audiencia no tiene que ser absoluta protagonista, tiene que compartir el protagonismo con el artista y éste tiene que empezar en la noche con sus sonidos y performance pero, la gente tiene que acompañar, vincularse.
Nosotros proponemos un rato de escuchar, pero también participar y bailar. Nos interesa ese tipo de espectáculos.
-¿Qué gustos te das con esta banda?
-El nombre de alguna manera refleja, si bien es un juego de palabras, la posibilidad de hacer un show dándote algunos gustos: tocar temas que te gusten de otros, un permiso para tocar música de otros, hacerla vibrar y lograr que la gente sienta esa emoción. Me gusta mucho, es un grupo de grandes músicos.
Tenemos un gran cantante, pero, sobre todo, muy buena gente y muy copada para viajar, para ir de gira, para salir a rockear por todos lados.
Tengo mucha experiencia en giras con grandes músicos y organizaciones y ésta es muy copada porque todos somos amigos, nos queremos mucho y nos gusta salir un fin de semana a tocar.
Es algo que creamos para tocar más seguido al no tener una carrera con disco y manejada por el marketing de no tocar, que es lo que básicamente pasa, que los artistas tocan y después no tocan más y es una cosa de no cansar a la audiencia. En este caso, creamos esta banda para tocar más seguido y estar menos en casa.
-¿Sentís que la carrera del mundo es algo que va mutando constantemente?
Uno cambia de rumbo y va viendo. Esto lo necesito porque los proyectos a los que puedo acceder no son constantes. Por ejemplo, tocar con Charly García, no es constante ahora. Si viene y me llama para el ensayo voy corriendo, pero, toca poco.
Los Gustocks me dan una constancia que a mí me gusta y me permite ir al interior del país, visitar amigos, dar una alegría a la gente.
Somos una banda que le da alegría a la audiencia que nos viene a ver y eso, para mí, es la mejor paga. La gente que vino hoy al show fue re copada.
Lo hacemos siempre, sin complicación, sin pose, sin postura, pero está creciendo esto y no sé a dónde va a terminar, por ahora, va muy bien.
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-Lo nombraste a Charly, tu mentor, ¿Qué podés contarnos de esa relación? ¿Qué enseñanza te dejó marcada?
-Todo. Me enseñó todo el oficio: la manera de tocar rock nacional, la forma de estar en un escenario con mucha gente, agarrar el micrófono y poder distribuir un mensaje, la energía. Me enseñó todo Charly. Soy un alumno de él y su fan.
Un fan de la cultura argentina. A mí, lo que más me importa es dejar bien parada a la cultura del rock nacional, una cultura importante dentro de distintas culturas que tiene Argentina. Es un tesoro que hay que cuidar porque es un resorte emocional de mucho conocimiento para generaciones que ya lo curtieron y las nuevas generaciones que van a descubrir que acá pasaron muchas cosas importantes a nivel musical.
-Suelen tocar en el recital algunos temas de artistas como Cerati y haz dicho que ciertos amigos como Gabriela Epumer ya no están, ¿Qué podés recordar de esas épocas?
Recuerdo que fueron grandes amigos. María Gabriela, amiga y compañera, el “Negro” García López, a Gustavo lo conocí de chico, nos iniciamos de alguna manera juntos y como cualquiera de ustedes yo también me pregunto por qué se fueron tan rápido, dejaron todos una impronta y un gran recuerdo.
Buenas personas y grandes artistas, músicos con los que compartimos mucho y nosotros, con el respeto y cariño, hacemos sus versiones.
De alguna manera, cuando te vas lo único que podés dejar es la obra y el legado emocional. El recuerdo de quién fuiste y eso queda. Es muy loco porque las personas terminan, pero, las canciones no. Es algo en lo que uno se hace eterno de alguna manera, cuando uno compone y le llega a la gente.
-¿Cómo vez la escena del rock actual?
Fantástico. Soy un creyente de que haya nuevas y nuevos artistas y personalidades dentro del rock. Me interesa porque es un movimiento que tiene que regenerarse, no agotarse en el recuerdo. Todo el apoyo para ellas y para ellos.
Es una reserva cultural que tiene que ser alimentada por los nuevos artistas y las nuevas generaciones. Que revisen la historia musical. Tenemos una cultura que otros países no tienen. Tuvimos muchos artistas muy importantes. Los Gustocks tratan de celebrar a Charly, Pappo, Gustavo, Spinetta y al rock argentino.
PING PONG
Un plato que te guste cocinar: pasta.
Un disco que no te cansaría nunca: Artaud de Pescado Rabioso.
Un lugar en el mapa: Soy estacional. Hoy es Buenos Aires, pero me gusta
el verano italiano, me gusta New York, me gusta Mar del Plata. Me gustan distintos lugares, pero siempre vuelvo a casa.
Una gira inolvidable: la gira más extraña que hice fue con Charly a Israel. La más rara y fuera de lo común.