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octubre 18, 2024
Mariano Curti
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Egresado de la UNMDP participó de investigaciones lideradas por un flamante Premio Nobel de Química

El químico Mariano Curti, quien se formó en Mar del Plata y transitó en la ciudad gran parte de su trayectoria académica, colaboró en estudios y artículos científicos con David Baker, quien recibió la destacada estatuilla este año.

 

Por Agustín Casa

Nacido en Tandil, Mariano Curti se mudó a Mar del Plata en su juventud. Aquí asistió a la Escuela Técnica N°3 y más tarde estudió la Licenciatura en Química en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNMDP. Luego, gracias a una beca del CONICET, se doctoró en Química en la misma facultad. 

Tras egresar en la ciudad, continuó sus estudios como investigador postdoctoral en el Instituto Catalán de Investigación Química, en España. Mientras se desempeñaba en ese puesto, el tandilense participó de proyectos de investigación con el flamante Premio Nobel de Química David Baker. Esos trabajos se ven reflejados en artículos científicos, publicados recientemente, que tienen al estadounidense como autor principal.

Baker fue uno de los laureados este año por la Real Academia de las Ciencias de Suecia por su contribución en “el diseño computacional de proteínas”. En esta edición, también fueron distinguidos el británico Demis Hassabis y el estadounidense John M. Jumper por el aporte clave que han realizado para la predicción de la estructura de las proteínas.

“Me alegro haber hecho un muy pequeño aporte a un gran proyecto que sin duda continuará dando grandes resultados. También me quedará la anécdota de haber estado en contacto con un científico que ha dado (y seguirá dando) mucho al campo de la bioquímica”, cuenta a Bacap Mariano Curti, licenciado y doctor en Química por la UNMDP.

Baker y su equipo de trabajo se especializan en el diseño de proteínas artificiales a partir de las leyes físicas que dictan su comportamiento. “Con ese conocimiento escriben programas que asisten en el proceso de generar nuevas estructuras. Luego, preparan esas proteínas en el laboratorio para comprobar que se ajustan al diseño inicial y estudiar si cumplen las funciones para las que fueron diseñadas”, describe Curti.

El tandilense participó en dos proyectos con el equipo de Baker. En uno de estos trabajos diseñaron una proteína capaz de albergar dos moléculas de clorofila en una posición muy particular.

“Esto es relevante porque las plantas son capaces de realizar la fotosíntesis a partir de proteínas que dentro contienen moléculas de clorofila. El equipo de Baker fue capaz de producir una nueva proteína que tiene dentro dos de esas moléculas de clorofila, en una posición muy similar al de algunas especies de plantas. Esto servirá como modelo para entender mejor la fotosíntesis, pero también es el punto de partida para generar un proceso de fotosíntesis totalmente artificial”, explica el egresado de la UNMDP.

En la otra investigación crearon proteínas a partir de “bloques” poco convencionales. En este sentido, Curti detalla: “En la naturaleza, las proteínas están compuestas por unidades de aminoácidos proteinogénicos, de los cuales hay 20 distintos. En este proyecto en el que estuve involucrado, se estudiaron proteínas creadas a partir de otros aminoácidos que no se encuentran comúnmente en la naturaleza, y se analizó el impacto en la estructura de las proteínas resultantes”.

“En ambos casos, mi trabajo estuvo centrado en realizar simulaciones computacionales de las proteínas generadas. Esto sirvió para comprender experimentos de espectroscopía de dicroísmo circular, que es una técnica muy útil para determinar la orientación y forma de proteínas y moléculas, pero que es difícil de interpretar. Al poder comparar estos experimentos con mis simulaciones, pudimos determinar que la gran mayoría de las nuevas proteínas efectivamente eran tal cual se habían diseñado”, remarca el químico.

Resultado de la universidad pública 

Curti no solo realizó sus carreras de grado y posgrado en la UNMDP, también se desempeñó como docente y participó en tareas de gestión y extensión universitaria. “De mi paso como alumno de grado tengo que decir que fui un muy mal estudiante. Nunca me gustó tener que estudiar para un examen, y tampoco lograba ir al día con las guías de ejercicios. Pero al margen de eso, y habiendo estado en contacto con graduados de muchos países distintos, no me caben dudas de la formación de excelencia que recibí en la universidad, a pesar del bajo presupuesto comparado con otros países”, comenta. 

Al momento de viajar al exterior e integrarse a proyectos de investigación, como los liderados por Baker, le resultó fluida esa transición gracias a la calidad de la universidad pública argentina.

Tal vez el aspecto que más destaco es que en nuestra universidad se hace mucho énfasis en aspectos fundamentales, que luego resultan muy útiles porque este conocimiento se puede extrapolar a muchas situaciones distintas. A lo mejor, en otros países con más recursos hay mejor acceso a, por ejemplo, técnicas experimentales, que nosotros solo conocemos a través de los libros. Pero a la hora de estar cara a cara con el experimento, muchas veces es más valioso entender cómo funciona a nivel fundamental que haber manejado un equipo similar sin conocer tan bien cómo funciona”, reflexiona.

Pese a que todavía realiza algunas tareas enmarcadas en proyectos del Instituto Catalán de Investigación Química, hace unos meses Curti se alejó del mundo académico por motivos personales y, en la actualidad, trabaja como ingeniero de software en una empresa en Barcelona. Sin embargo, no descarta volver a dedicarse a la investigación científica en el futuro.

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