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agosto 2, 2025
Cristian Gómez
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Cristian Gómez, campeón en Italia: un referente del básquet adaptado argentino

Como entrenador logró el título en la liga italiana en silla de ruedas tras una carrera de 20 años como jugador. Su historia de superación, pasión y amor por Quilmes y Mar del Plata.

 

Por Florencia Cordero

El incansable Cristian Gómez es parte de ese grupo de argentinos que lleva su historia de vida y superación a distintos rincones del mundo. Jugador de básquet en silla de ruedas durante dos décadas, integrante de la selección argentina, referente del deporte adaptado, y hoy también entrenador campeón en Italia.

El “Scudetto” logrado con el equipo Briantea 84 Cantú lo posicionó entre los nombres destacados del básquet europeo, pero detrás del título hay mucho más: hay una vida entera dedicada al deporte, al trabajo silencioso, y a una pasión que lo conecta con sus lugares de pertenencia.

“Hace dos años venía haciendo trabajos como asistente, pero seguía jugando. Esta vez se abrió la puerta: echaron al técnico y mandé mi proyecto. En una semana ya estaba trabajando”, cuenta Cristian sobre su llegada al equipo del norte de Italia. Le tocó asumir en un momento caliente: inicio en playoffs, Copa Europea en el medio y un equipo con historia. “Conocía a casi todos los jugadores por haber jugado con o contra ellos. Eso ayudó, pero no fue fácil. Fue estresante. Me encontré con un grupo que creyó en mí”.

El camino al título fue intenso: semifinales y final definidas en el tercer partido, y un desenlace cinematográfico con victoria por un punto en doble suplementario. “En ese momento se me vinieron a la cabeza los 20 años de carrera. No solo ese instante. Lo tuve que guardar hasta poder compartirlo con mi familia y amigos”, admite.

Cristian habla con sinceridad, con emoción, con esa mezcla de gratitud y humildad que define a quienes transitan más obstáculos de los visibles. Desde su rol actual como entrenador, reconoce cuánto aprendió sobre manejo de grupos, emociones, tácticas y comunicación. “El idioma del básquet ayuda, pero tuve que aprender a conectar con cada jugador. No es fácil cuando venís de perder una Copa Europea y tenés que levantar al equipo para una final. Pero se dio”.

Su experiencia en Italia como jugador y como entrenador lo confronta inevitablemente con la realidad del deporte adaptado en Argentina. “Allá en Europa hay una estructura profesional. Gente que no juega ni entrena pero trabaja para que todo esté bien. Prensa, difusión, sponsors, transmisiones en vivo por la RAI. Acá hacemos todo a pulmón. Y se hace difícil sostenerlo”, explica ya de regreso en Argentina. Sin embargo, no baja los brazos. Sigue jugando en su equipo ADU de San Fernando y ayudando desde la dirigencia para que los chicos tengan pelotas, ruedas y oportunidades.

“Nos cuesta incluso tener las pelotas, las ruedas, y hasta hace poco ni siquiera teníamos camisetas iguales”, remarca. Cristian no exagera: para sostener a su equipo, ADU San Fernando, llegó a abrir una cuenta en Mercado Pago para pedir colaboraciones y no desaparecer. Y aun así, no se rinde. Sigue jugando, formando jugadores y gestionando desde abajo, con la convicción de que el deporte adaptado también merece un lugar profesional. “Hay chicos que sueñan con jugar en la selección, con ir a Europa, y tenemos que darles herramientas para eso. No podemos ofrecer solo la parte social: también hay que apostar al alto rendimiento”.

En ese hacer cotidiano aparece otro motor: el amor por Mar del Plata y por Quilmes, el club del que se volvió hincha por adopción. “Tengo un amigo que me llevó a la cancha y ahí me enamoré. La locura por Quilmes, el amor por el barrio… lo siento muy mío. A veces estoy en Europa, son las tres de la mañana y estoy mirando los partidos. Me encantaría poder vivir en Mar del Plata. Siento felicidad cuando voy, no hay lugar como ese”, dice con una sonrisa.

Cristian Gómez

Cristian Gómez no necesita títulos para validar su historia, pero el campeonato en Italia fue una recompensa enorme. No solo por el trofeo, sino porque permitió que su recorrido, forjado en la constancia, el sacrificio y la pasión, sea visto por más personas.

En un mundo donde lo urgente tapa lo importante, su testimonio ilumina lo esencial: que el deporte, aún remando contra la corriente, puede transformar realidades y dejar huellas imborrables.

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