noviembre 24, 2025
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Seguir jugando: la pasión intacta de Ariel “Scooby” Scolari a los 59 años

El primer argentino en jugar en la Liga ACB de España sigue disfrutando del deporte a los 59 años. Entre amigos y torneos de Maxibásquet, mantiene intacto el espíritu competitivo y el amor por el juego.

Por Florencia Cordero

El exjugador de Peñarol, Ariel “Scooby” Scolari, fue el primer argentino en llegar a la Liga de España, mucho antes de que el básquet nacional tuviera presencia habitual en Europa. Pasaron los años, pero su vínculo con la pelota sigue tan vivo como siempre. A los 59, continúa jugando con la misma entrega y entusiasmo que lo acompañaron durante su carrera profesional.

“Conforme pasan los años sabemos que quedan menos cartuchos, entonces cada uno hay que disfrutarlo más”, dice, con la camiseta transpirada después de un nuevo partido de Maxibásquet. “Soy un exjugador, lo tengo clarísimo, pero cuando vengo a un torneo saco del disco rígido lo poco que queda, lo pongo en la cabeza y trato de jugar como siempre. Ahora ya estoy más tranquilo, pero anoche no dormí… cosas de jugador, de viejo”.

Aun con el paso del tiempo, la pasión por competir no desaparece. “No me puedo sacar el jugador”, admite. “Los partidos los vivo: sé las faltas que lleva el equipo contrario, miro las posesiones que nos quedan, soy un enfermo. Mis hijas me dicen ‘¿cómo podés llevar todo eso en la cabeza?’, mi mujer también. Y es porque lo vivo como cuando jugaba”.

El valor de seguir compartiendo

Detrás de cada torneo hay algo más que resultados. Scolari integra un grupo de Bahía Blanca que se formó hace 13 años y que se mantiene unido por la amistad. “Somos muy amigos fuera de la cancha, las familias también. Cuando venimos a estos torneos alquilamos una casa, vivimos todos juntos, comemos juntos, disfrutamos todo. El jugar es la excusa de venir. Y si se puede ganar, mucho mejor”.

El Maxibásquet es, en ese sentido, una manera de sostener la pasión y los vínculos. “Me hubiera gustado ser campeón”, reconoce después de perder en la final del tradicional Torneo “León Najnudel” que se juega en Mar del Plata, “pero reconozco que hicieron las cosas bien y fue un buen partido. Por sobre todas las cosas, se jugó al básquet”.

El presente por encima del pasado

Scolari evita mirarse en el espejo de la nostalgia. “Mi primer entrenador decía que las medallas y los trofeos sirven para juntar tierra, y yo digo que los diarios se ponen amarillos. No hay que vivir del pasado, hay que vivir acá”, reflexiona. “No soy de esos viejos nostálgicos que dicen ‘cuando nosotros jugábamos’. Eso ya pasó. Ahora es la hora, hay que disfrutar lo que hay ahora”.

Esa mirada resume un mensaje que trasciende al básquet: la idea de que mantenerse activo, disfrutar, compartir y reírse sigue siendo posible, incluso cuando el cuerpo ya no responde igual que antes. “No quiero ver videos ni nada, porque si hacemos un comparativo, es como en el WhatsApp que tenemos que ponernos x2 para tener la velocidad normal”, bromea. “Pero es una bendición poder entrar a la cancha, sentirnos sanos y compartir con amigos”.

Una lección de vida

En cada palabra de Scolari se refleja lo que el movimiento Maxibásquet representa: un espacio de reencuentro, de juego, de memoria viva. Más que una competencia, una celebración del tiempo y de la amistad.

Ariel lo resume con sencillez: jugar, aunque sea más lento, aunque duelan las rodillas, es seguir conectados con algo esencial. En su historia hay una enseñanza simple y potente: el deporte no se termina con la edad, se transforma en una manera de agradecer lo vivido y de disfrutar lo que todavía está al alcance.

Una trayectoria que dejó huella

Nacido en La Plata el 25 de septiembre de 1966, Ariel “Scooby” Scolari es una figura destacada del básquet argentino. Con 2,06 metros de altura, se desempeñó como pívot y desarrolló la mayor parte de su carrera profesional en la Liga Nacional.

Formado en el club Universal de su ciudad natal, dio sus primeros pasos profesionales en Olimpo de Bahía Blanca, equipo con el que disputó las temporadas iniciales de la Liga Nacional. En 1989 protagonizó una actuación histórica: registró 30 rebotes en un solo partido ante Atenas de Córdoba, una marca que todavía se mantiene como récord absoluto en la competencia.

A fines de esa década tuvo su experiencia internacional en España, donde se convirtió en el primer argentino en jugar oficialmente en la Liga ACB. Su debut se produjo en marzo de 1991 con Juver Murcia, en un encuentro ante Ourense Baloncesto. Aquella aparición, aunque breve, marcó un hito para el básquet nacional.

De regreso en la Argentina, Scolari continuó su carrera en distintos equipos como Boca Juniors, Olimpia de Venado Tuerto, Deportivo Roca y Peñarol de Mar del Plata, consolidándose como un referente interior por su fuerza y conocimiento del juego. Tras retirarse en el año 2000, volvió a ponerse la camiseta de Olimpo de Bahía Blanca, liderando al club en torneos locales y nacionales y sumando nuevos títulos. Incluso en 2007 volvió a jugar en la Liga Nacional con Estudiantes de Bahía Blanca, antes de cerrar definitivamente su carrera en 2012.

En el plano internacional, integró la Selección Argentina, con la que obtuvo el Campeonato Sudamericano de 1987 y disputó torneos de gran relevancia, como los Juegos Panamericanos de 1987, los Campeonatos FIBA Américas de 1988, 1989 y 1992 -donde enfrentó al mítico Dream Team- y la Copa Mundial de 1990.

 

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