Cuando la vacuna ingresa a las células del interior del cuerpo, utiliza este código genético para producir la proteína espícula superficial del coronavirus y esto induce una respuesta inmune, preparando al sistema inmunológico para atacar al virus si luego infecta el cuerpo.
La vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio Astrazeneca, sobre la cual el ente regulador europeo determinó que los efectos trombóticos son muy pocos frecuentes por lo que siguió aconsejando su uso, utiliza un «adenovirus de chimpancé» para transportar material genético del SARS-Cov-2 al organismo e inducir la respuesta inmune.
La vacuna utiliza una plataforma denominada «vector viral no replicante», que consiste en la utilización de una versión debilitada de un virus, para que no se replique dentro del organismo, pero que transporta el material genético del virus sobre el que se quiere inmunizar.
En este caso, la vacuna de Oxford/AstraZeneca utiliza una versión debilitada del virus del resfriado común (adenovirus) que causa infecciones en los chimpancés y contiene el material genético de la proteína espícula del coronavirus (la que le da la forma de corona).
Este es un adenovirus debilitado e inofensivo que «ha sido modificado genéticamente para que sea seguro e imposible que crezca en humanos», explicaron sus desarrolladores.
Cuando la vacuna ingresa a las células del interior del cuerpo, utiliza este código genético para producir la proteína espícula superficial del coronavirus y esto induce una respuesta inmune, preparando al sistema inmunológico para atacar al virus si luego infecta el cuerpo.
Se trata de una vacuna «estable, fácil de fabricar, transportar y almacenar a la temperatura del refrigerador doméstico (2-8 grados C), por lo que se puede administrar fácilmente en entornos de atención médica existentes», agregaron.
Ensayos
Según los ensayos clínicos de fase III, la vacuna presenta un 76% de eficacia contra Covid-19 sintomático, un 100% contra enfermedades graves o críticas y la hospitalización y un 85% de eficacia contra la enfermedad sintomática en participantes de 65 años o más.
El 30 de diciembre pasado, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) de la Argentina autorizó bajo la modalidad de «registro de emergencia» el uso de esta vacuna y el 9 de febrero autorizó la versión producida por el laboratorio Serum Institute de la India, la Covishield.
En agosto la empresa mAbxience, del Grupo Insud, anunció que producirá en su planta de la localidad bonaerense de Garín entre 150 millones y 250 millones de dosis del principio activo de esa vacuna, y que cada una costaría alrededor de 4 dólares.
En noviembre, el Gobierno argentino y AstraZeneca firmaron un acuerdo por más de 22 millones de dosis, y el primer arribo de este acuerdo fue el 17 de febrero pasado con la llegada de 580 mil unidades de Covishield.
El domingo 28 de marzo llegaron, además, 218.400 de dosis del laboratorio AstraZeneca, que fueron entregadas al país a través del mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través del cual el país compró 9 millones de dosis.