Así lo afirma un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo en Argentina, elaborado junto a UNICEF y el Ministerio de Trabajo de la Nación. El 16 por ciento de quienes tienen entre 13 y 17 años realiza tareas orientadas al mercado.
Las consecuencias de la crisis ocasionada por la COVID-19 en los mercados laborales también afectan al trabajo infantil, que en Argentina alcanza a 1 de cada 10 niños, niñas de entre 5 y 15 años y, 3 de cada 10 adolescentes de entre 16 y 17 años, según los datos más recientes de la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA 2016/17).
En el Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil, un nuevo estudio señala que el 16 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de entre 13 y 17 años realiza tareas orientadas al mercado. De ese total, 1 de cada 2 comenzó a hacerlo durante el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) establecido por el gobierno como parte de las medidas de respuesta a la pandemia.
El estudio fue elaborado por la OIT –desde los proyectos MAP16 y Offside– junto a UNICEF y el Observatorio de Trabajo Infantil y Adolescente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS), a partir de información relevada como parte de la encuesta El impacto de la pandemia COVID-19 en las familias con niños, niñas y adolescentes.
“No solo 1 de cada 2 niños, niñas y adolescentes que trabajan comenzó a realizar tareas orientadas al mercado durante el ASPO, sino que, además, quienes ya trabajaban antes de la pandemia, en el contexto actual, realizan las mismas tareas con mayor intensidad”, dijo Bárbara Perrot, coordinadora del proyecto MAP16 de la OIT en Argentina. En esa línea, Perrot sostuvo: “La pandemia afectó especialmente a los niños, las niñas y adolescentes de los hogares más vulnerables, que vieron ese impacto en muchas dimensiones de su vida cotidiana, como la educación, la alimentación, la salud, la recreación o el ocio”.
Búsqueda de trabajo
La crisis causada por la COVID-19 sin dudas impactó y agudizó el problema. Según el mismo estudio, 1 de cada 10 adolescentes buscó trabajo durante la pandemia, independientemente de si ya realizaba actividades o no. “Esto indica que, de haber encontrado un puesto, el número de adolescentes que trabajan para el mercado sería incluso mayor al 16 por ciento relevado”, explicó la coordinadora del proyecto de la OIT.
Para la coordinadora nacional del proyecto Offside de la OIT Argentina, María Eugenia Figueroa, estos nuevos datos “ponen en evidencia la profundización de procesos de desigualdad preexistentes y alertan acerca de sus posibles efectos sobre las trayectorias futuras de esta población”.
Además, Figueroa sostuvo que “las consecuencias de la crisis sanitaria sobre el mercado del trabajo, en términos de empleo como en términos de los ingresos laborales de los hogares, juegan un rol determinante a la hora de analizar los motivos de este aumento”.
Contexto del mercado laboral
Según la Encuesta Permanente de Hogares, entre el cuarto trimestre de 2019 y el mismo período de 2020, la tasa de actividad cayó de 47,2 a 45 por ciento. Esa variación refleja la salida de la actividad y la pérdida de empleos por el cierre de actividades económicas y la falta de oportunidades laborales. Las mujeres, las y los jóvenes y quienes trabajan en la informalidad estuvieron particularmente afectados por esa contracción.
En sintonía, la encuesta dejó al descubierto que, por un lado, la mitad de los niños, niñas y adolescentes que trabajan para el mercado pertenecen a familias cuyos ingresos disminuyeron durante la cuarentena. De hecho, 7 de cada 10 habitan en hogares cuyos miembros perdieron el empleo, vieron reducidas sus horas de trabajo o sus clientes, pedidos o changas y/o fueron suspendidos temporalmente.
Por otro lado, el estudio señala que el 63 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que no realiza ninguna actividad productiva reside en hogares cuyos miembros no han tenido problemas en el mercado de trabajo.
La tercera ola de la encuesta se llevó a cabo por UNICEF de forma telefónica entre octubre y noviembre de 2020, con representatividad a escala nacional y regional. El trabajo incluyó un bloque específico destinado a mujeres y otro destinado a niños, niñas y adolescentes entre 13 y 17 años, con preguntas solicitadas por OIT en conjunto con el OTIA- MTESS.
Trabajo infantil: el estudio en detalle
Entre los hallazgos más relevantes sobre el trabajo infantil, se destacan las siguientes cifras:
El 32 por ciento de las niñas, niños y adolescentes entre 13 y 17 años encuestados que trabajan para el mercado y que realizan tareas de cuidado, vive en hogares que se encuentran endeudados.
El 56 por ciento de quienes trabajan vive en hogares que recibieron algún tipo de ayuda del estado (AUH, IFE, Tarjeta Alimentar, apoyos alimentarios a través de viandas y/o bolsones, retiro de alimentos, viandas y tuppers en comedores, entre otras).
Las tareas domésticas y de cuidado al interior del hogar se vieron incrementadas y recayeron especialmente en las mujeres. Un 57 por ciento de las mujeres adultas consultadas siente mayor sobrecarga desde el inicio de la pandemia. Estas actividades corresponden a las de cuidado de niños y niñas (35 por ciento), ayuda en las tareas escolares (29 por ciento) y limpieza (29 por ciento).
El 36 por ciento de niñas, niños y adolescentes encuestados realiza tareas de cuidado, atención a niños, niñas o personas mayores con quienes conviven. A su vez, 1 de cada 3 no lo hacía anteriormente o lo realiza en el actual contexto con más intensidad.
El 78 por ciento de los niños, niñas y adolescentes consultados realiza tareas domésticas: lavado, limpieza y/o cocina. 1 de cada 3 no las hacía, o las hace con una intensidad mayor que antes de la cuarentena.
Mientras que el 75 por ciento de los que no realizan ninguna actividad productiva reside en barrios residenciales, el 42 por ciento de quienes asumen tareas de cuidado y el 37 por ciento de quienes realizan tareas domésticas reside en asentamientos precarios y/o barrios de vivienda social/monoblock.