Becarias del CONICET en la Facultad de Arquitectura de la UNMDP realizan trabajos de investigación que contemplan la identificación de los espacios verdes de la ciudad y los servicios ecosistémicos urbanos que proveen.
Por Agustín Casa
Los espacios verdes dan como un respiro ante el cemento y la circulación de vehículos en las ciudades. Son lugares que suelen asociarse con la naturaleza, con momentos de ocio o recreación en medio de la rutina y son puntos de encuentro social. El conocimiento de estos espacios, y la percepción que la ciudadanía tiene de ellos, permite comprender su importancia para la ciudad y la comunidad.
Por ello, becarias del CONICET en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata llevan adelante estudios vinculados a la infraestructura verde –o infraestructura ecológica urbana– de Mar del Plata y los beneficios que esta brinda a marplatenses y visitantes.
“La infraestructura ecológica urbana es el conjunto de todas las redes naturales, seminaturales y artificiales que forman parte de los sistemas ecológicos presentes en el interior y en los alrededores de las áreas urbanas”, cuenta a Bacap Clara Karis, arquitecta y becaria doctoral del CONICET en el Instituto de Hábitat y Medio Ambiente (IHA) de la Facultad de Arquitectura de la UNMDP.
En sus trabajos, las becarias analizaron los espacios que podrían conformar la infraestructura verde de la ciudad y detectaron que lo que más se presentan son espacios verdes públicos, como plazas. También observaron algunos parques y áreas de reserva natural –como la Reserva Natural Puerto de Mar del Plata y la Reserva Natural Laguna de los Padres–, el arbolado urbano, barrios considerados reservas forestales y cursos de agua, como arroyos ubicados en el área periurbana.
“Tanto en Mar del Plata, como en todas nuestras ciudades, esos espacios no están interconectados, sino que más bien están aislados. Eso es por cómo han sido planificadas las ciudades”, afirma Karis.
Además, dentro de esta infraestructura verde o ecológica urbana incluyen la franja costera y las playas. “Mar del Plata tiene mucho espacio verde volcado sobre la costa, uno de los pocos espacios verdes lineales, capaz el más relevante. Y las playas cumplen sus funciones ecológicas, pero también muchas funciones sociales”, agrega Karis.
Beneficios ambientales y socioculturales
Toda esa infraestructura verde cumple importantes funciones para la ciudad y sus habitantes, es decir, esos espacios verdes brindan distintos tipos de beneficios, denominados servicios ecosistémicos urbanos.
“Para quienes vivimos en las ciudades, esta red nos puede brindar servicios ecosistémicos urbanos que son generados en las ciudades y consumidos en el mismo espacio”, señala a Bacap Camila Mujica, licenciada en Diagnóstico y Gestión Ambiental y becaria doctoral del CONICET en el IHA de la Facultad de Arquitectura.
Desde esta perspectiva, como señalaron Karis y Mujica en un webinario organizado recientemente por la Red de Estudios Ambientales Bonaerenses (REAB), la infraestructura verde puede proveer servicios de aprovisionamiento, como agua y alimentos.
También proporciona servicios de regulación y mantenimiento, como el secuestro y el almacenamiento de carbono, la regulación de la temperatura, la amortiguación de inundaciones, el mantenimiento de la biodiversidad, el control de plagas, y la polinización y la dispersión de semillas. Además, aporta servicios culturales, como la identificación histórico-cultural, educación, inspiración artística, recreación, encuentro social, turismo y contemplación del paisaje.
“Algo clave para que una infraestructura brinde un servicio es quién se apropia de ese servicio. Hay un ecosistema que brinda una función per se. Si no hay nadie que de alguna manera lo consuma, el servicio como tal no existe”, advierte Mujica.
En este sentido, es importante la ubicación y el contexto en que se encuentran estos espacios. “Una plaza que no tiene el mobiliario adecuado probablemente no pueda brindar de igual manera el servicio de esparcimiento. No por una condicionante del ecosistema en sí, sino porque tiene que ir acompañado de tecnología”, resalta la licenciada en Diagnóstico y Gestión Ambiental.
Asimismo, Mujica destaca que cuando se habla de servicios ecosistémicos urbanos importa tanto el estado del ecosistema, como la parte tecnológica y la social, y sostiene que son tres patas que se deben considerar al momento de planificar una infraestructura verde.
Mar del Plata y su infraestructura verde
“En Mar del Plata, en general, los espacios verdes están más volcados sobre la costa. Un poco más al interior, o al alejarnos de estos sectores, no tenemos tantos espacios verdes, pero igualmente son relevantes”, describe Karis.
En esa línea, Mujica comenta que “los lugares que brindan casi todos los servicios son los espacios más grandes como las áreas de reserva y los parques como Camet”. Pero también remarca que “hay espacios chiquitos, como las plazas de barrio, que tienen un rol importantísimo y que brindan sobre todo servicios culturales”.
Hasta el momento, ya detectaron la infraestructura verde de Mar del Plata y con un panel de expertos identificaron y valoraron los servicios que brinda cada lugar. El próximo paso del trabajo será hacer encuestas para analizar cómo percibe la ciudad esa infraestructura verde y medir su calidad.
La sustentabilidad de los espacios verdes en Mar del Plata
En diciembre de 2020, Karis y Mujica formaron parte del equipo que ganó el Concurso Nacional de Ideas de Ciudades Sostenibles del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación con el proyecto “Promover la infraestructura verde en Mar del Plata”.
Recientemente, junto a Celeste Molpeceres, y con la dirección de Laura Zulaica, presentaron un proyecto en el concurso Datos Abiertos y ciudades verdes de la Fundación Bunge y Born. Su iniciativa, titulada “Sustentabilidad de la Infraestructura Verde Urbana en Mar del Plata y su periurbano: una propuesta de evaluación social y ambiental”, fue una de las seis seleccionadas por la entidad a finales de septiembre y recibirán financiamiento para hacer el trabajo en los últimos meses del año.
El proyecto plantea la generación y evaluación de un índice de sustentabilidad de la Infraestructura Verde Urbana basado en siete subíndices, que se vinculan a tres conjuntos de beneficios sociales y ambientales: los servicios culturales, la regulación de la temperatura y la provisión de alimentos.
“Vamos a relevar cada una de las plazas identificando qué tipo de equipamiento tienen, qué tipo mobiliario, el estado y con eso se van a calcular algunos índices, de accesibilidad, de diversidad, de estado, de áreas verdes, junto con otros subíndices”, cuenta Karis.
El objetivo de la convocatoria es que se lleven adelante proyectos que realicen un diagnóstico del estado de los espacios verdes públicos y propongan estrategias para el mejoramiento de esos espacios a nivel local mediante el uso y la producción de datos abiertos que permitan replicar la metodología de trabajo en otras ciudades.
“Al final del trabajo, tenemos que entregar resultados de Mar del Plata y la técnica. Es decir, cómo es que llegamos a esos resultados, qué variables utilizamos, cómo las manejamos, qué datos abiertos usamos. Y eso después se podría llegar a escalar a otras ciudades. La idea es que sea con datos abiertos, que sea escalable y que sea innovador en la forma de diagnosticar el estado de los espacios verdes”, concluye Mujica.