Una nueva ordenanza que acaba de ser aprobada, la creación de una mesa de trabajo estancada y la promesa de una “temporada atípica”.
Cualquiera que haya transitado por la noche por Rivadavia en el centro marplatense en temporada de verano, fue testigo del caos que la improvisada peatonal genera. Payasos, vendedores de globos, tatuadores de henna, caricaturistas, raperos, burlesque, teatristas, músicos, pintores con altoparlante, el increíble –y gigante- Hulk y hasta las mismísimas princesas Disney ofrecen sus shows en simultáneo a miles de turistas noche tras noche, en el breve espacio que queda libre de las mesas y sillas que imponen los restaurantes en medio del asfalto.
Sin tantas certezas pero con mucha expectativa, los artistas callejeros de la ciudad esperan que este año la situación mejore. Por un lado, se aprobó el proyecto de ordenanza N° 2.003, presentado por la concejala del Frente de Todos Verónica Lagos, que regula el trabajo de los y las artistas de la vía pública y fomenta “la protección y promoción de las actividades artísticas que se desarrollen en la vía pública” y modifica “radicalmente” el escenario. Por el otro, se creó una mesa de trabajo “para garantizar que se llegue como corresponde a la temporada”, de la que participan los artistas de la vía pública en coordinación con la Secretaría de Cultura municipal. Sin embargo, la primera reunión de esta mesa fue suspendida por representantes de la Secretaría.
Registro de artistas
La nueva ordenanza fue elaborada con la participación del sector y su aprobación derogó la normativa vigente, la ordenanza 12.368 (sancionada en 1998). La nueva regulación promovida por el Frente de Todos establece la creación de un registro accesible de artistas callejeros con el objetivo de forjar “una relación de cercanía con el municipio” y en su artículo 8 fija que no se podrá sancionar la actividad en la vía pública ni secuestrar herramientas de trabajo.
Lagos, autora del proyecto y presidenta de la Comisión de Educación y Cultura del HCD, expresó que «si bien nuestro proyecto original sufrió modificaciones en el debate parlamentario, desde el Frente de Todos insistimos en la importancia de pasar de un Estado punitivista, a un Estado que promueva y fomente el arte en el espacio público«.
Proyección de la actividad
Por otra parte, Pablo Guzzo, artista, integrante de la compañía PAF de teatro de la calle, celebró la creación de una mesa de trabajo coordinada por la Secretaría de Cultura que se dedique específicamente a atender estos reclamos, aunque están a la espera de una nueva convocatoria para poder reunirse y comenzar a trabajar. Además, destacó el trabajo de las Asociaciones que organizaron y asistieron a los artistas durante la pandemia, como ATTRA (Asociación de Trabajadores del Teatro de la Región Atlántica).
Para Guzzo, el principal problema es que no hay “proyección en la actividad”, ya que “un permiso otorgado en un lugar donde no circula gente hace que un artista no pueda trabajar”, por ejemplo “vas a la Plaza Italia a las tres de la tarde un 15 de enero, sin estructura ni soporte técnico”. A esto se le suma “la falta de ordenamiento” de los permisos que otorga el Municipio a los artistas para que puedan ocupar la vía pública, lo que genera que “las posibilidades de trabajar dependan del que se planta, y hasta hace algunos años también del que tenía contactos “pesados”.
Circuitos
En cuanto a la ocupación de la vía pública, Lagos apuntó que el Estado municipal “también podría contratar expresiones culturales para insertarse en circuitos que no son absolutamente comerciales”, ya que “tiene la responsabilidad de insertar derechos culturales en los barrios”. Y adelantó que están “trabajando con el Consejo Local de la Niñez y con Almacenes Culturales en una propuesta muy interesante para resignificar los espacios públicos”. “Hay que democratizar el acceso a la cultura” afirmó la edil.
En este sentido, desde el Frente de Todos también presentaron el proyecto «Circuito Cultural al Aire Libre», que propone que vecinos y vecinas puedan acceder al arte y la cultura de forma gratuita, a través de la convocatoria a colectivos culturales de la ciudad de distintos géneros como teatro, música, baile y otro tipo de intervenciones, para que puedan desarrollar sus presentaciones en plazas, calles, centros comerciales y espacios públicos. Sin embargo, esta propuesta aún no fue tratada en el Concejo.
Para la proyección de políticas públicas, los artistas callejeros plantean repensar la mirada que hay –principalmente desde el Estado- sobre su actividad. El arte callejero no es la última opción, o algo que hagan porque no hay posibilidad de conseguir otro trabajo, sino que es una forma de transmitir la cultura popular, del teatro independiente. Una elección. En este sentido, Pablo Guzzo expresó que “hay una tradición de trabajo que ningún Secretario de Cultura tuvo interés de conocer”.
“Nosotros nos nombramos como trabajadores de la cultura. Trabajamos, militamos, nos formamos durante años y trabajamos en esta tradición porque creemos en esta estética y queremos que sea voz de la cultura de nuestro pueblo” finalizó Guzzo.