A solo 60 kilómetros de Mar del Plata se encuentra la fábrica en la que se produce la bebida, de forma artesanal con el estilo London Dry y se puede probar en diferentes cócteles.
Restinga es el nombre del primer gin artesanal marplatense, destilado con el estilo London Dry (sin agregado de azúcar ni endulzantes). El emprendimiento cobró forma por la iniciativa del empresario Matías Iriarte y su primo y socio Franco Regalini, quienes en 2015 comenzaron a investigar los detalles de la producción de esta bebida blanca, como así también los requisitos para realizarlo comercialmente. Las primeras pruebas las realizaron de forma privada, con un pequeño alambique que Iriarte trajo de Inglaterra tras su visita a la destilería Beefeater, considerada una de las mejores del mundo.
En 2018, con todas las habilitaciones correspondientes, lograron inaugurar su propia destilería en el kilómetro 342 de la Autovía 2, en el partido de Coronel Vidal, en un predio cedido por el municipio.
Allí, actualmente cuentan no solo con la planta de producción de su propio alcohol, destilado, envasado, etiquetado y empaquetado de su gin, sino que incorporaron un sector de bar y entretenimientos en el que se pueden disfrutar diferentes cocteles a base de esta particular bebida.
Ahora, con más socios y distintas variedades de gin propias, cuentan con un alambique de mayor capacidad de producción y aprovechan la infraestructura para realizar destilados para la marca de cerveza Patagonia -que tiene su propio Gin a base de cerveza- y para otras marcas. Además, durante los primeros meses de la pandemia, aprovecharon su infraestructura para elaborar alcohol en gel para Quilmes.
Procedimiento
“Comenzamos de cero, cuando arrancamos no sabíamos ni cómo se usaba el alambique” contó Regalini a Bacap, durante una recorrida por la destilería en la que resumió todos los pasos de elaboración de la bebida y que inicia, con la producción de su propio alcohol que luego se destila en el alambique, se saboriza por vaporización y se convierte en gin, en un proceso que demanda unos diez días.
“Para el london dry gin, el tradicional, elaboramos nuestro propio alcohol a partir de granos de malta y maíz que se maceran durante 90 minutos a temperatura controlada y se pasa a fermentadores con incorporación de levadura neutra. Así obtenemos un alcohol del 6%”, indicó Regalini.
Luego se realiza la primera destilación en alambique tradicional de cobre de 500 litros de capacidad. “Es un calentamiento de 8 horas en el que se obtiene un alcohol al 30%” contó, explicando que esa primera destilación es muy importante porque es el momento en el que “se separan las cabezas y las colas distintos tipos de descartes como acetona y metanol del corazón y se rescata el corazón, que es lo más puro del destilado”.
Ese producto se filtra y pasa a la segunda destilación, en la que se incorporan 9 botánicos (enebro, kinotos, piel de pomelos y pimienta), cuyo sabor y aroma se extraen a través del vapor.
El líquido resultante se deja madurar (reposa durante 48 horas para “redondear” los sabores) y está listo para pasar al embotellado, etiquetado y empaquetado, que se realiza de forma manual. Cada envase se enumera para su seguimiento post venta.
Especiales
Además del gin tradicional, Restinga tiene su “Gin destilado de otoño” una edición que realizaron de forma “especial” pero se ganó su lugar en la oferta permanente de la marca.
Para este producto utilizan de base un alcohol comercial y los botánicos de la segunda maceración son, además enebro, piel de limón, arándanos, flor de Hibiscus y cedrón, que le dan una particular tonalidad rosada.
Otra de las “joyas” de Restinga fue el Flavored Edition, gin especial estacional que destilaron, además de con los 9 botánicos del tradicional, con frutas glaseadas (mango y ananá), pétalos de rosa, pétalos de naranja y té inglés. Se trata de un producto discontinuo por la dificultad de importar la infusión en cuestión.
Por otra parte, producen un Smal Batch, que además de estar macerado con piel de naranja y coriandro, está añejado durante 150 días en barrica de roble que fue utilizada para vinos sauvignon blanc.
Mientras la destilería sigue creciendo y, además de consolidarse en el mercado argentino, están abriéndose paso en el mercado externo -ya tienen pedidos de Italia, el gobierno de Canadá está evaluando el producto e importadores de Taiwan se interesaron en su oferta, La Restinga mantiene su identidad bien marplatense.
Inspirado en el Océano Atlántico que baña las costas de la ciudad, su nombre refiere a la formación rocosa, continuación del sistema de Tandilia, que se halla situada a unos 500 metros de la costa, frente al Faro de Punta Mogotes. Tiene una superficie aproximada de unos 7 kilómetros cuadrados y conserva la única formación de arrecifes semiblandos conocida en el territorio de la Provincia de Buenos Aires.