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noviembre 22, 2024
vinos de Balcarce
Comer y Beber

Los vinos nacidos entre las sierras de Balcarce

Fundada en 2013 por el empresario Jorge Pérez Companc, la bodega Puerta del Abra elabora vinos de muy buena calidad, bajo el nombre Insólito. La enología está a cargo de Delfina Pontaroli.

por Hugo Palavecino

Balcarce es conocida por ser la tierra donde nació Juan Manuel Fangio -el quíntuple campeón del mundo de F1- pero también por ser un gran productor de papa, girasol y trigo, a lo que sumó en los últimos años grandes superficies de soja y cebada cervecera, además de un importante stock bovino. De unos años a esta parte, sumó otro punto de interés: el vino, y buenos vinos.

Por la ruta 226 que une Mar del Plata y Balcarce, y antes de llegar a la rotonda de ingreso de la ciudad serrana, se encuentra El Vallecito, un campo ubicado en un valle rodeado del sistema de sierras de Tandilia. Allí, en 2013, el empresario Jorge Pérez Companc -integrante del directorio de Molinos Río de la Plata y heredero de una de las fortunas más grandes de la Argentina- decidió comenzar a elaborar sus propios vinos. Así nace la bodega Puerta del Abra y sus vinos Insólito (que en un principio se denominaron La Gloriosa, aunque nunca se comercializaron con tal nombre).

El viñedo y el suelo

«El proyecto de la Bodega Puerta del Abra lo iniciamos con la ayuda de Esteban García Bouza y Tomas Hughes quienes fueron los primeros en ayudarme a decidir dónde plantar el viñedo y con el seguimiento de la elección y ensayos de las distintas variedades de uvas», cuenta Pérez Companc, cuya empresa familiar es dueña de cuatro bodegas: Viña Cobos, Nieto Senetiner, Cadus y Ruca Malen.

vinos de Balcarce
Vista del viñedo y de la bodega donde nacen los vinos de Balcare. Foto: Bodega Puerta del Abra.

Una de las principales características del viñedo es su suelo. Tras un análisis exhaustivo de muestras tomadas en el lugar, las conclusiones apuntaron a que el terroir del Vallecito tiene similitudes con la zona de Champagne, en la Borgoña francesa. La presencia de calcáreo activo, elemento clave y difícil de encontrar en otras regiones, aporta a los vinos mineralidad y características singulares. Algo que ratificó el matrimonio francés Lydia y Claude Bourguignon, fundadores del LAMS (Laboratorio de Análisis Microbiológicos de Suelos), especialistas en el estudio de los perfiles de suelos cultivados y con experiencia en grandes bodegas como Romanée Conti (Francia), Vega Sicilia (España) y Harlan Estate (Estados Unidos), entre otras.

La primera vendimia

Las variedades que dieron origen al viñedo, allá por 2013, fueron Malbec, Merlot, Pinot Noir, Tannat (las cuatro tintas) y Chardonnay (blanca). Un año más tarde sumaron otras dos variedades blancas, Riesling y Sauvignon Blanc, y repitieron en 2015 con otras dos blancas, Gewürztraminer y Albariño. En 2018 fue el turno de dos tintas, Cabernet Franc y Tempranillo, para completar un total de 12 hectáreas plantadas.

La primera vendimia (cosecha) se realizó en 2015. «Fueron muy pocos litros. Sacamos 20 litros de cada variedad. Embotellamos algo de Malbec, Tannat, Pinot Noir, Chardonnay y un corte de Merlot y Tannat», recuerda la balcarceña Delfina Pontaroli, de 32 años, Licenciada en Producción Vegetal y actualmente cursando la diplomatura en enología en la UC Davis (Estados Unidos), quien está a cargo de la elaboración de los vinos.

Vinos de Balcarce
Las primeras añadas se embotellaron a modo de prueba bajo el nombre «La Gloriosa» pero nunca salieron al mercado. Foto: Bodega Puerta del Abra.

«El Tannat -continúa- ya en esa oportunidad tenía unas características increíbles, al igual que el corte de Tannat y Merlot. Aún quedan algunas botellas».

Y nacieron los Insólito, los vinos de Balcarce

Los primeros vinos de la bodega Puerta del Abra que salieron al mercado corresponden a la vendimia de 2016, bajo el nombre Insólito. «Fue nuestra primera añada de tintos. Vimos que tenían mucho potencial y decidimos embotellarlos», destaca Pontaroli. No corrió la misma suerte el Sauvignon Blanc, que con 2,5 hectáreas plantadas ocupaba el 25 por ciento del viñedo, «no llegó a lograr el perfil buscado, un intermedio entre los estilos de Nueva Zelanda y Francia. Y al no alcanzar los estándares preestablecidos decidimos re-injertar toda la superficie de Sauvignon Blanc con Pinot Noir y Tannat».

vinos de Balcarce
Los vinos balcareños llegaron a las cartas de algunos de los restaurantes más importantes de Mar del Plata y Argentina. Foto: Mauricio Arduin.

En 2018 siguieron los cambios en el viñedo. La winemaker tomó la decisión de sacar el Gewürztraminer: «Al tratarse de una variedad sensible a las heladas y la botritis era complicado que cuajen los racimos y tener buenos rindes», recuerda. Tampoco la calidad del Malbec y el Merlot convencieron a Pontaroli, que las sacó. Las tres fueron reemplazadas por Cabernet Franc y Tempranillo.

En consecuencia, las variedades actuales del viñedo balcarceño son Cabernet Franc, Tannat, Bonarda, Tempranillo, Pinot Noir, Albariño, Riesling y Chardonnay.

Espumosos

Además de los vinos varietales, en Puerta del Abra también se elaboraron espumosos (que se suelen confundir con champagne, denominación de origen francesa) y, por lo que se sabe, con gran potencial.

«Tenemos una sola añada. Hicimos la vinificación de las bases en Balcarce y luego mandamos hacer la segunda fermentación por método champenoise en Mendoza, donde ya llevan más de 36 meses de crianza sobre lías. Han demostrado tener un gran potencial y calidad», cuenta Pontaroli.

Probar el espumoso Insólito será una tarea difícil. En principio porque se trata de un lote muy chico, apenas 4 mil botellas. Y como aclara su enóloga: «la idea es sacando botellas cada dos o cuatro años, ir degollando algunas para ver su potencial de guarda, pero sólo para consumo personal del dueño y su familia ó para ventas particulares». Y agrega: «no tenemos previsto seguir elaborándolos en el mediano plazo».

El futuro de los vinos de Balcarce

Tanto Jorge Pérez Companc y su familia como Pontaroli tienen previsto sumar más variedades y hectáreas de viñedo. «Hay variedades que me gustaría probar y que en esta zona andaría bien, como la Mencía», confiesa la winemaker pero rápidamente cierra: «Por ahora queremos afinar el estilo de lo que ya tenemos».

Así que por lo pronto sólo queda tratar de conseguir algunas de las pocas botellas de las añadas 2016 (como el Tannat, Cabernet Franc, Bonarda, Malbec), 2018 (Riesling, Albariño) y 2019 (Chardonnay, Albariño y Riesling), o tener un poco más de paciencia hasta pasado mitad de 2021 para comenzar a disfrutar de los tintos de la cosecha 2018. Cualquiera sea la elección bien vale la pena.

. Mar del Plata, cuna de los vinos del Atlántico Sur

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