Hacer actividad física es fundamental para las y los niños. El aislamiento del 2020 provocó grandes consecuencias a nivel físico y psicológico. Profesores de Educación Física cuentan a Bacap cómo ven que afectó el confinamiento a los chicos.

Por Celeste Verdicchio

Realizar actividad física de manera habitual es fundamental para el desarrollo físico, psicológico y social de los niños, niñas y adolescentes. Está comprobado que ayuda a prevenir distintas enfermedades, mantener un peso corporal saludable y mejorar la calidad de vida. También, contribuye al desarrollo sano de las capacidades cognitivas, generar hábitos, tener una mayor capacidad de atención y un mejor rendimiento académico. 

Las escuelas tienen horas dedicadas en su currícula para que los más pequeños puedan cumplir con las recomendaciones básicas para su salud. Según las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años, deberían dedicar al menos un promedio diario de 60 minutos a actividades físicas de moderadas a intensas.  

Además, recomiendan limitar el tiempo dedicado a las actividades sedentarias, puntualmente el tiempo de ocio que pasan frente a las pantallas. En ese sentido, la pandemia por Covid-19 marcó grandes desafíos para que los más chicos garantizaran su derecho a la práctica de actividades.

La pandemia, un factor problemático

La falta de ejercicio físico es un problema que se puso de relieve durante la pandemia y la imposibilidad de tener clases presenciales en el 2020. Un informe del Ministerio de la Salud de la Nación, ya alertaba en 2019 que el 80 % de las y los adolescentes de entre 13 y 15 años no alcanzaba a cubrir las recomendaciones diarias en cuanto a la práctica de actividad física requerida. Y más del 50 % de ellos pasaba más de tres horas en estado sedentario, por ejemplo, frente a las pantallas. 

Para conocer cuál fue la situación de los niños, niñas y también adolescentes durante el 2020, y cómo fue el regreso a la presencialidad al comienzo del ciclo lectivo 2021, Bacap consultó a profesores y profesoras de Educación Física de la ciudad. 

La falta de actividad física durante el 2020 

Martín Donsini es profesor de educación física con una larga trayectoria en la ciudad de Mar del Plata. Actualmente, trabaja en la Institución Educativa Dr. Alberto Schweitzer, con sede en Bolívar y Avellaneda; en las Escuelas Secundarias de Provincia N° 45, 5, 34, 19 y 73; en los Jardines Municipales 5, 21 y 28; en Primaria N° 4 y 1 y en Secundaria N° 211 y 203.

Según Donsini, la falta de actividad física se vio reflejada, principalmente, en los primeros ciclos de primaria —primero, segundo y tercero—: “Aunque hacen todas las actividades y están todo el tiempo a full corriendo, porque obviamente les gusta jugar, se cansan mucho y muy rápido”, asegura.  

Mientras que en la secundaria, no fue tan pronunciado: “En los más grandes no se notó tanto este cansancio debido a que ellos tienen más autonomía para salir a jugar con los amigos afuera. Incluso, en la época más restrictiva de la pandemia, muchos de ellos se mantuvieron activos”. 

Por su parte, el profesor de Educación Física Gonzalo Gutierrez, quien actualmente trabaja en el Colegio Perito Moreno, afirma que la “no presencialidad” del 2020 afectó gravemente las rutinas diarias de los más chicos. 

“Se volvieron más cibernéticos, adictos a los videojuegos, perdieron el rumbo escolar y la sociabilidad con sus pares. Su salud también se vio afectada. Notamos luego de un año el aumento del peso corporal y cambios en los hábitos de alimentación y sueño”, revela a este medio. 

La importancia de la presencialidad 

Ambos profesionales coinciden que el principal desafío es que las y los chicos puedan regresar a la presencialidad para retomar con sus actividades normales y se reencuentren con sus compañeros.

“El primer desafío que tenemos es que los chicos vuelvan a realizar actividad física. Que se vuelva a tomar como un hábito, no sólo en el colegio, sino también en lo no formal como en el caso de los deportes. Además, en cuanto a la sociabilidad, los chicos ahora solo la encuentran con su burbuja en el colegio, la otra mitad no tienen idea porque se dejaron de comunicar”, expresa Gutierrez.

Mientras que Donsini asegura: “Hay que retomar de a poco la presencialidad pero con una mayor continuidad porque el tema de que haya dos burbujas y de que tengan clase cada 15 días, no ayuda a sostener el vínculo y que haya un estímulo adecuado”. 

La alegría de volver, aunque sea por un rato 

El profesor Donsini comenta que el regreso a la presencialidad a comienzos del 2021 fue una experiencia sumamente grata. Las ganas de regresar, no solo a las aulas sino a los espacios de actividad física, fue algo muy esperado por las y los más chicos, quienes demostraron sus ganas y entusiasmo: “Se notó que lo extrañaron”.

Además, resalta su importancia: “No solo es importante para su salud, sino también para el desarrollo corporal y la socialización. Los profesores de educación física enseñamos mucho a partir del movimiento, que a veces en el salón por las dimensiones del aula, no siempre se logra”.

“Siempre encontrás alguna actividad que les guste a los chicos y que les de esa libertad para moverse. Dentro de la escuela, esto significa tener un momento recreativo, didáctico y pedagógico”, agrega.

Por último, Gutierrez revela que este año “fue impactante cómo los chicos demostraron su necesidad de hacer actividad física”. Según él, todos demostraron gran interés por jugar y realizar actividades con los compañeros: “Reafirmar sus vínculos perdidos”. 

“Es fundamental realizar actividad física, tanto en niños como adolescentes y adultos. Se trata de generar el hábito desde pequeños porque la actividad ayuda a reducir el riesgo de contraer enfermedades, aumenta las energías y ayuda a la sociabilización. Sin dejar de lado que el deporte educa y muchas veces es una guía para la vida”, concluye.