Por Max Czajkowski
Película dotada de cierta complejidad con un aire majestuoso requerido. Una producción que pasó desapercibida en el 2019 porque fue un eximio año para el cine, pero vamos a ser justos y la subiremos al vagón del tren de las buenas recomendaciones.
El escritor y dramaturgo sueco, August Strindberg, en uno de sus más celebrados exabruptos manifestó que «la familia era esa sagrada institución donde los niños son torturados antes de decir su primera mentira». En The King, protagonizada por Timothée Chamalet y producida por Brad Pitt, esa institución está quebrada y envuelta en mentiras.
Dirigido por David Michod (War Machine), el filme es una adaptación de las obras Enrique IV y
La primera mitad del largometraje es cansina, su desarrollo empieza a cuenta gota. Su ritmo acelera considerablemente cuando alcanza la acción en el nudo de la historia: el enfrentamiento entre Enrique V y el delfín Francés (Robert Pattinson). Pattison, en el rol de “villano”, tiene una verborrágica participación con tintes caricaturescos. En sus acortadas escenas, no logra el cometido de que el espectador llegue a odiarlo. Durante la guerra, llevada a cabo en una colina francesa, hay varias escenas que recuerdan a la “Batalla de los bastardos” de Game Of Thrones; mucho barro, soldados aplastados y un plano cenital donde faltaba Jon Snow.
La fotografía es grandiosa, con una luz natural que enriquece cada escena y te introduce a la época del renacimiento. La musicalización genera un ambiente perfecto que no distrae, sino que armoniza.
Chalamet, por su parte, tiene una considerable interpretación. Un joven que no quiere ser Rey, pero con melancolía lleva esa responsabilidad familiar. Luce en cada momento esa gran carga emocional: gobernar y participar de todos los actos palaciegos
The King es una buena adaptación shakespereana; la melancolía, la mentira y la tragedia son sus pilares, así como los de una familia real. El tiempo dirá si podrá colarse entre los mejores filmes de época, argumentos tiene.
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Poltergeist, el terror siempre está presente
«Tengo ideas que harían parecer las películas de Cronenberg unas de Disney, pero no puedo hacerlas por quién soy”; el cineasta y guionista Mick Garris dice que esta frase le pertenece al reconocido Steven Spielberg en una conversación que ambos mantuvieron. Ante estos dichos, nos queda pensar que nos perdimos grandes películas de género, porque Steven ha demostrado, en su inicio, ser un dotado director de terror. “Duel” (1972), “Tiburón” (1975) y “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977), son muestra de ello. Pero acá estamos para hacer foco en un filme que lleva la marca de otro realizador, sin embargo, fue el creador de ET, el gran artífice de una de las producciones más horrorosa de todos los tiempos.
“Poltergeist” está en el top ten de las películas más terroríficas que se han mostrado en pantalla. Su terror se expande además detrás de cámara. La gente realmente creía que el lugar del rodaje y el elenco estaban malditos. De hecho, el largometraje está vinculado a tantas muertes reales que podría ser cierta, pero ya hablaremos de ello.
Dirigida de forma magistral por Tobe Hooper y Steven Spielberg (solo figura como productor, debido a
Dicho grupo familiar es sometido a una situación extraordinaria, en la que su vida tranquila y plácida se verá puesta en jaque por uno o varios espíritus que habitan su casa. Su manera de encarar la situación, y de luchar contra la amenaza se basará en la unión y sobre todo en el amor que sienten unos por otros; un ejercicio que resulta fácil empatizar, a diferencia de películas más contemporáneas. Una obra maestra por su ambientación, banda sonora, compuesta por el genial Jerry Goldsmith, interpretaciones soberbias y efectos especiales espectaculares para la época en que fue filmada.
Un filme maldito
Cuatro meses después de terminar de rodar la primera entrega, la actriz Dominique Dunne, que interpretaba a la hermana mayor de Carol Anne, fue asesinada a manos de su expareja John Swenney
Pero no es la única muerte prematura que salpicó a la saga de Poltergeist. Julian Beck, que interpretaba al sacerdote Kane, falleció durante el rodaje a causa de un cáncer de estómago. El equipo de la película supo aprovechar su aspecto lúgubre para dar más verosimilitud a su papel como «reverendo obsesionado con el fin del mundo». Poco después, falleció Taylor, un brujo indio al que daba vida el propio Will Sampson, debido a una complicación renal durante su postoperatorio
La leyenda negra no acaba aquí. La tercera entrega también estuvo teñida por la muerte de uno de los miembros del reparto. La pequeña Heather O´Rourke fue la víctima de Poltergeist III. La actriz que interpretó a Carol Anne durante toda la saga comenzó a sentir dolores estomacales durante el rodaje. A consecuencia de estos, falleció. Tenía 12 años. El motivo de su muerte fue una extraña enfermedad que los médicos fueron incapaces de detectar a tiempo: estenosis congénita
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