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noviembre 23, 2024
Centro Cultural América Libre
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América Libre, 15 años de autogestión y cultura popular

Durante septiembre, el centro cultural festeja un nuevo aniversario de trayectoria como espacio de resistencia y expresión en Mar del Plata. Los desafíos del presente recuerdan la turbulencia de su origen, cuando agrupaciones sociales y artistas tomaron un local desocupado de Anses con ideas surgidas a partir de la crisis del 2001.

Por Azul Pasci

El Centro Cultural América Libre nació un 24 de septiembre de 2006, cuando agrupaciones políticas, estudiantiles, culturales y sociales recuperaron, tras un año de organización, un espacio abandonado por el Estado en el macrocentro marplatense, justo en la esquina de 20 de Septiembre y San Martín. 

La acción fue resultado de los procesos de organización colectiva y popular derivados de la crisis del 2001 y de las necesidades que había dejado la misma. La idea de la cultura como herramienta de transformación cobró fuerza, pero la puesta en marcha del proyecto tardó un tiempo más.

Los meses previos a la toma fueron de pura organización, adrenalina y entusiasmo. Hubo que preparar cada detalle para lograr que la recuperación de ese edificio en desuso (desde hacía nueve años) fuese exitosa, eficaz y no pusiera en riesgo a nadie. Por entonces, los vecinos del barrio denunciaban que esa esquina era un juntadero de mugre, ratas y palomas. 

Sueño concretado

“Para quienes llevaron adelante la toma y los primeros pasos del América Libre, esa esquina era la posibilidad de concretar un sueño, bien parecido a un proyecto”, recordó Carmen Dominguez, referente del espacio.

Luego, se dividieron en comisiones de trabajo: Hubo de Arte, de Limpieza, de Mantenimiento, de Seguridad, de Organización, de Relaciones Políticas y de Estrategia Legal. Todos tenían responsabilidades, pero lo más importante era salir a recorrer el barrio y contarles la iniciativa para invitarlos a participar. 

A lo largo de estos 15 años, La Casa del Pueblo articuló con diversas organizaciones, fue lugar de congresos, reuniones, festivales y encuentros, acompañó el reclamo de trabajadores y se hermanó con la primera radio comunitaria de la ciudad: FM 88.7 de La Azotea.

Centro Cultural América Libre
Interior del Centro Cultural América Libre. Foto: Mauricio Arduin.

Pero una de las luchas más importantes fue la que se dio luego del desalojo de los barrios El Martillo y Pueyrredon. Junto a los vecinos, pelearon por el derecho a la vivienda digna y bancaron otra toma, esta vez de hogares abandonados por el Estado. Los días que siguieron fueron parecidos a los posteriores a la recuperación del América: denuncia penal, policía cerca, abogados con estrategias, asambleas y actividades en el predio recuperado. 

Sin embargo, en este caso, el desalojo llegó y fue brutal. A partir del 17 de abril de 2009, por unas cuantas semanas, el Centro Cultural América Libre fue la casa de más de 40 familias que se quedaron en la calle. “Fue uno de los más grandes hitos que lo transformaron”, consideró Domínguez.

Punto violeta

Desde hace un año, el Centro Cultural América Libre adhirió públicamente a la Ley Micaela, normativa que establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres para las personas que se desempeñan en la función pública en todos sus niveles y jerarquías. En este sentido, quienes integran el espacio se formaron para garantizar un actividades libres de violencias. 

Centro Cultural América Libre
Las banderas de Cuba y Venezuela junto a la de Argentina. Foto: Mauricio Arduin.

“Una sociedad más justa fue el sueño de los estudiantes y militantes que comenzaron con esto. Si bien no estaba la cuestión del feminismo, no era la ola que es hoy, siempre fue atravesado por esta mirada. Salió la ley y había que acompañarla y adherir”, explicó Carmen Domínguez.

“Quienes tomaron El América pensaron que esto podía funcionar, esta forma de organización colectiva, comunitaria y feminista de encuentro y escucha. El sueño de una sociedad mejor y más justa”, destacó.

El dilema del uso legal del espacio

Pasaron trece años y pese a los esfuerzos administrativos continúa faltando ese “papel” con el que el Estado acepta ceder el espacio por determinado tiempo para que se realicen las actividades que nutren al centro cultural.

De esta manera, la idea del sueño colectivo, de un lugar donde quepan muchos sueños, encuentra cierta traba. La legitimidad social está ganada y las guardias para que no los saquen son cosas del pasado, pero “la legalidad” todavía espera.

Crecer

Hoy, como desde sus inicios, el América Libre se financia a través de las actividades que se planifican y ejecutan a lo largo del año. Basan su economía en los principios de solidaridad y gestión colectiva, por lo que ofrecen su producción a precios populares y sin fines de lucro. Los recursos económicos están destinados al sostenimiento del lugar y de la propuesta cultural. 

Centro Cultural América Libre
Uno de los murales pintado en una de las paredes exteriores del centro cultural. Foto: Mauricio Arduin.

En el espacio se desarrollan, en la actualidad, muchos proyectos: teatro, talleres, cooperativas, ensayos y actividades. Hay alrededor de 40 trabajadores, y más de 500 personas circulan por allí semanalmente. “La propuesta es ser una fuente de trabajo para los artistas que lo necesitan, que muchas veces no es fácil conseguirlo”, afirmó Dominguez a Bacap.

Aquel sueño, que nació un 24 de septiembre de 2006, transformó no sólo la cultura de la ciudad, sino también la vida de cada una de las personas que han pasado por él. Y sigue creciendo, el sueño se renueva, late y transforma. “Cada día recuperamos este espacio”, sostienen. Cada día el sueño colectivo se vuelve realidad.

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