Con el plan de vacunación avanzado y una sostenida disminución en casos de Covid, la vuelta a la normalidad deja de tener carácter utópico. El ambiente artístico fue uno de los colectivos más golpeados por la pandemia, lo que generó una reinvención en la manera de mostrar su trabajo. Recitales por streaming, obras de teatro por zoom y un sinfín de rebusques. 

Por Makú Rodríguez

Corría marzo del 2020 cuando la pandemia nos golpeó inesperadamente y nos arrastró a un páramo desolado de desentendimiento e incertidumbre. Al principio parecía ser algo pasajero. Ingenuamente pensamos que el confinamiento duraría algunas semanas y todo volvería a ser igual. Pero no fue así. Pasaron los días, las semanas, los meses y lentamente nos fuimos acostumbrando a la famosa “Nueva Normalidad”. 

El inicio de la cuarentena fue un tanto extraño. Se vivía como una novela distópica. El encierro trajo consigo un sinfín de reinvenciones en todos los ámbitos. Laboralmente, el “home office” fue la modalidad adquirida por muchas empresas. Para muchos, el sueño de trabajar en pijama desde el confort de su hogar, pero para otros, la incomodidad de lidiar con la tecnología y con todos los problemas técnicos que eso acarrea. 

El ambiente educativo también tuvo que reinventarse. La cursada virtual fue el nuevo terreno en el cuál las instituciones continuaron trabajando en medio de la pandemia mundial. Al igual que los trabajos desde casa, las cursadas en todos los niveles académicos representaron una dicotomía complicada. Es una realidad que no todos tienen acceso a buenas señales de internet. Inclusive hay alumnos y alumnas que no tienen computadoras en sus casas. Algunos lo viven como lo ideal. No tener que madrugar para tomarse un colectivo e ir a cursar, administrar mejor los tiempos y tener todo el material a disposición de manera gratuita. Pero todo esto le quitó lo esencial a lo que, desde mi punto de vista, representa ir a la escuela o universidad: el contacto humano con los pares. 

Resistencia

El arte tampoco escapó a la nueva normalidad. Los recitales vía streaming fueron (mejor dicho, son)  moneda corriente en este mundo pandémico. Al inicio presenté resistencia. Desde una óptica cuasi quejosa y estructurada, me resistía a sentarme a ver algo via streaming. Está bien. No me castigo porque al inicio de la “cultura streaming”, todo era muy nuevo. Después te das cuenta de que mucha gente vive de la música y que es mejor eso a que sea vean imposibilitados a trabajar. Los conciertos y las obras de teatro mediante este tipo de plataformas no significaron únicamente trabajo para lxs musicxs, sino también para muchas productoras creadoras de contenido. 

Nuevas iniciativas

De alguna manera se crearon fuentes de trabajo. Todo forma parte de un circuito recíproco en el cual se necesitan mutuamente para, de alguna manera, subsistir. Mar del Plata es una ciudad muy activa culturalmente. Desde el minuto 0 que los artistas no pararon y se la rebuscaron para continuar con su actividad. Sea realizando presentaciones por Instagram o simplemente grabando y creando música. 

Baco Streaming es una nueva productora local integrada por Lucho Acevedo y Matías Cordón. Durante la pandemia se encontraron con la imperiosa necesidad de llevar adelante este proyecto para facilitarles a los artistas marplatenses la posibilidad de mostrar sus trabajos.

“El proyecto empieza en parte para cubrir la falta y la necesidad de ver un recital y escucharlo bien. Más allá de la imagen, yo ya había hecho uso de Instagram para acercarme a los artistas” explicó Lucho. Instagram fue una de las redes sociales más activas durante los meses más crudos de la pandemia. La opción de transmitir en vivo es una herramienta simple para utilizar y muy efectiva. Fue a través de ese medio que comenzaron a darse las primeras presentaciones virtuales. 

Si bien las transmisiones en vivo por Instagram sirvieron para calmar la ansiedad de tocar en vivo, es una realidad que en la mayoría de los casos, el sonido no era de tan buena calidad. “Me di cuenta de que era importante no sólo una buena imagen, sino que también era fundamental un buen sonido”, expresó Lucho en relación a este aspecto de las transmisiones en vivo. “Con Mati nos equipamos y compramos algunas cámaras. Empezamos a usar una consola para administrar señales de video y audio en alta calidad y poder salir por multiplataforma. Gracias a eso podemos mostrar un contenido de alta calidad”. Baco surge desde la necesidad de acercar a la gente un producto de buena calidad sonora y de imagen.

Los trabajos

La productora realizó trabajos en el Club Tri. Transmitieron en vivo las presentaciones de Charo Lopez, Santiago Motorizado, Mi Amigo Invencible, entre otros. También hicieron transmisiones de bandas y artistas locales, como por ejemplo Cint, A Corazón Abierto y Camila Almendra Fucsia. 

“Mati tiene conocimientos en fotografía y yo hace varios años que saco fotos en recitales. Un poco por hobby y también por trabajo. Me acerqué a lo audiovisual hace aproximadamente tres años, estudié un año en la escuela de artes visuales. Aspiramos a generar contenido en vivo lo más cinematográfico posible” agregó Lucho.

Si bien la presencialidad en los recitales ya es un hecho, las plataformas de streaming llegaron para quedarse. Los ejemplos están frente a nuestros ojos. El avance sistemático de Twitch, las productoras de contenido y la infinidad de redes sociales son la clara muestra de que la nueva modalidad llegó para quedarse y convivir con la presencialidad. 

“Creemos que el futuro de Baco está en poder gestionar algo en vivo o quizás sesiones, utilizando esta herramienta tan valiosa. El streaming se hizo accesible gracias a la pandemia” concluyó Lucho Acevedo.