Investigadores del CONICET trabajan con bacterias que permiten tratar el agua residual de manera eficiente. Emplean estos organismos en un dispositivo tecnológico a escala domiciliaria con el objetivo de transferirlo a la sociedad.
Por Agustín Casa
Científicos del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA) de Mar del Plata estudian, desde hace casi 20 años, bacterias que son capaces de comunicarse eléctricamente entre sí. En ese tiempo, han explorado diversas aplicaciones para estas bacterias, como su uso para el saneamiento de agua residual.
En ese camino, el biólogo Juan Pablo Busalmen y su equipo desarrollaron humedales electroquímicos que permiten el tratamiento de aguas residuales a escala domiciliaria y la posterior reutilización del recurso hídrico para riego. Estos dispositivos no van conectados a la red de cloacas, sino que funcionan de manera descentralizada. Realizan el saneamiento del agua residual en el mismo lugar donde se produce y podrían brindar soluciones en ámbitos urbanos y rurales sin cloacas.
En la actualidad, este desarrollo científico-tecnológico está listo para ser transferido a la sociedad a partir de BIOTA, la empresa de base tecnológica que diseñaron los investigadores, acompañados por la Incubadora de Empresas de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
“Las bacterias trabajan y consumen el contaminante, pero no generan biomasa. Eso nos permite depurar el agua de una manera muy eficiente y sin tener las complicaciones de las tecnologías convencionales”, explica a Bacap Busalmen, doctor en Ciencias Biológicas, investigador del CONICET en el INTEMA y referente de BIOTA.
La tecnología de humedales electroquímicos se basa en el uso de bacterias que se comunican eléctricamente entre sí. Emplea bacterias anaeróbicas, es decir, que no requieren oxígeno. Busalmen cuenta que estas bacterias hacen un gran esfuerzo para vivir, consumen mucha energía y eso no les permite reproducirse. A diferencia de las bacterias aeróbicas –que requieren oxígeno–, estas no generan lodo bacteriano tras el tratamiento del agua residual, lo que se traduce en una ventaja para el tratamiento de aguas.
Una tecnología eficiente y a escala domiciliaria
Uno de los principales beneficios de esta tecnología es que los humedales electroquímicos trabajan en el tratamiento de agua residual unas diez veces más rápido que los humedales tradicionales de flujo horizontal –cuando el agua residual circula de una punta a la otra– y unas cinco veces más rápido que un humedal convencional de flujo vertical descendente –cuando se carga por arriba y sale por abajo–.
“Los humedales electroquímicos que desarrollamos son de flujo vertical descendente pero, por estar rellenos con materiales que permiten que las bacterias se comuniquen eléctricamente entre sí, van más rápido y se necesita una superficie más chica”, destaca el especialista.
Asimismo, el investigador resalta que esta tecnología brinda la posibilidad de tratar el agua residual a escala domiciliaria. “Tenemos la oportunidad de instalar en un domicilio un humedal de 2 metros cuadrados para una familia de cuatro personas”, indica.
Los dispositivos que diseñan desde BIOTA cuentan con una cámara séptica enterrada de entre 2 y 3 metros cúbicos, con los biofiltros y con un sistema de bombeo automático para la distribución del agua en el jardín de la casa. Cada dispositivo tiene una vida muy prolongada y solamente requieren un mantenimiento anual.
El proceso de depuración se realiza en un sistema modular domiciliario que se coloca sobre el suelo y en las versiones más nuevas incorporan un sistema de alerta que contribuye a que la familia haga un uso sustentable del agua.
Agua para riego
El agua tratada en estos humedales electroquímicos cumple con los parámetros de vuelco en suelo establecidos por la Autoridad del Agua de la provincia de Buenos Aires. Además, Busalmen afirma que el agua que es producto del tratamiento trae ventajas para regar el jardín ya que contiene niveles de nitrógeno y fósforo que sirven como fertilizante.
En este punto, la tecnología funciona de manera circular, ya que cumple con la necesidad de sanear el agua residual generada en un domicilio y luego permite usarla para riego, lo que favorece el cuidado del recurso hídrico.
Al mismo tiempo, desde su grupo en el INTEMA trabajan en lograr que el agua depurada salga con los parámetros de vuelco en curso de agua superficial, reglamentados por la Autoridad del Agua. En esa línea, estiman que lograrán cumplir con ese parámetro y analizan la posibilidad de incorporar un módulo extra al dispositivo para quienes necesiten volcar el agua tratada en ríos, arroyos u otro cuerpo de agua superficial.
A nivel de investigación, también estudian la opción de aprovechar la energía química del efluente para cargar teléfonos celulares. Lo han probado durante la validación de humedales domiciliarios y también en el humedal electroquímico construido en el INTEMA, donde los estudiantes que visitan el lugar pueden enchufar sus teléfonos y verificar que pueden cargarlos con la energía recuperada al descontaminar el agua.
Del laboratorio a la sociedad
Tras la validación del desarrollo, los humedales electroquímicos ya están en condiciones de transferirse a la sociedad a través de BIOTA, la empresa que integra el portfolio de la Incubadora de Empresas de la UNMDP. Junto a Juan Pablo, trabajan en este proyecto Sebastián Bonanni, Valeria Giunta y Juan Emilio Busalmen, también integrantes del INTEMA.
“A escala domiciliaria, falta identificar a los socios adecuados para que se encarguen de la parte de producción y comercialización. Es un producto que se fabricaría en planta y se instalaría en el día en el domicilio, con un servicio regular cada año”, comenta el biólogo.
El equipo de BIOTA también ha recibido consultas de complejos turísticos para el diseño de dispositivos adecuados para los requerimientos de esos lugares. Además, recientemente firmó el primer convenio de transferencia de tecnología con una empresa radicada en Mar del Plata. Se construirá un humedal electroquímico de 80 metros cuadrados que contará con una línea de forestación y se podría utilizar el agua tratada para el sistema de emergencia en casos de incendio.