Los accidentes de tránsito son moneda corriente en Mar del Plata y el 60% de ellos involucra alcohol. Por mes se registran 120 casos por lesiones y en lo que va del año se registraron más de 40 accidentes fatales. Un flagelo que parece no tener fin.
Por Manuel Straccia
“Si nos matamos, nos matamos”, dijo Ignacio Arostegui, en un estado de poca lucidez, sin saber que esa frase registrada en la cámara de su acompañante se replicaría por todo el mundo. Su accidente en la costa luego de conducir alcoholizado se viralizó, pero al día siguiente otro conductor borracho atropelló a un cartonero y en esa misma semana un motociclista fue atropellado por un automovilista que también iba bajo los efectos del alcohol, lo que le provocó la muerte tras dos días de agonía en el Hospital Interzonal.
Mar del Plata atraviesa una ola de accidentes viales, inseguridad y violencia social. ¿Las causas? pueden analizarse opciones y llegar a una conclusión. ¿Las soluciones? Ahí es otro cantar.
Números escalofriantes
En la ciudad se registran, por mes, 120 accidentes viales con lesiones y en lo que va del año la cifra de fallecidos alcanza los 45. En tan solo seis meses, hubo 690 alcoholemias positivas, que surgieron de controles o que se realizaron tras constatarse accidentes. Ese número es mayor si se tiene en cuenta la cantidad de automovilistas que habrán conducido con alcohol en sangre esquivando controles o, afortunadamente, llegando sanos a sus casas.
Para Héctor Ragnoli, perito verificador de siniestros viales y asesor en la Secretaría de Educación Municipal en la Formación Docente para la Educación Vial, hay que “penalizar la acción y no la consecuencia”. La legislación debe apuntar a quien conduce alcoholizado antes de que cometa un homicidio culposo.
Los datos a nivel nacional del Observatorio Vial reflejan que los jóvenes de entre 15 y 34 años son las principales víctimas viales, y el alcohol es uno de los principales factores determinantes, ya que está presente en 1 de cada 4 siniestros. Conducir bajo los efectos del alcohol distorsiona la visión y los reflejos, disminuye el discernimiento y provoca la pérdida de inhibiciones.
Más datos de la ciudad… Un 60% de los accidentes son con alcoholemia positivo, un 50% tienen involucrados a motocicletas y en un 40% de los casos los protagonistas carecen de documentación.
“Principalmente es irresponsabilidad. Todo el mundo conoce las normas, pasa por un marco de la formación del individuo. Esto tiene que estar en un contexto de control, legislación (por ejemplo un sistema de puntos que se van reduciendo a cada infracción), la distracción es una de las principales causales (todo el mundo conduce mirando el celular). En cuanto al alcohol, se podría hacer que configure un delito penal conducir con alcohol en sangre”, opinó Ragnoli en una entrevista con Bacap.
Campaña del Estado
Para el especialista, una campaña permanente del Estado, controles dinámicos, informes constantes a la población, sanciones ejemplificadoras, son algunos de los aspectos que podrían comenzar a revertir la situación. Pero… “lleva un tiempo”, como a España que “le llevó 12 años pasar de 9000 muertos por año a 1300 que tiene ahora”.
Otros aspectos cotidianos del tránsito a tener en cuenta que destacó Ragnoli, cómo para mencionar algunos, son: “las ochavas deberían estar desocupadas, y acá hay gente estacionada en todas las esquinas, las paradas de los micros deberían estar más atrás, la parada de taxi no ocupan la esquina, en la costa el estacionamiento es un caos, habría que buscar un carril específico para micros” y para todas “hay que hacer un estudio, no se pueden tomar decisiones por sí sola”.
Con respecto a las fotomultas, el perito consignó que deberían ser “dos cinemómetros, a una distancia de 30km uno de otro, el primero hace una lectura de patente y el segundo hace el cálculo de velocidad”, porque si no, “sólo será de fines recaudatorios y sino volcás el 100% de lo que se recauda en la seguridad vial, no sirve”.
En medio de este caos, el tercer domingo de noviembre es considerado el Día Mundial de las Víctimas de Tránsito. Desde la ONG Asociaciones de víctimas del delito, realizaron su tradicional barrileteada con un dato doloroso: cada vez hay más participantes. Se trata de nuevos familiares que perdieron a un ser querido, pero también ciudadanos comunes que alertan el caos.
¿Cuántos globos deberán ser lanzados al aire y cuántas estrellas amarillas deberán pintarse para erradicar la irresponsabilidad al volante?