Por Melisa Morini
Hay una relación intrínseca entre los alfajores y Mar del Plata. Son el regalo que se llevan los turistas cuando visitan la ciudad y los marplatenses que viajan. Son la golosina clásica que representa al país y fue desde la feliz que se dieron a conocer al mundo. Es más, es en Mar del Plata donde comienza la Ruta Nacional del Alfajor.
La Ruta Nacional se lanzó luego de que el año pasado se llevara adelante el Mundial del Alfajor donde una marca local se consagró ganadora. En ese encuentro, Mariano López, “un obsesionado por los alfajores”, fue jurado. “Los alfajores les gustan a todo el mundo, trascienden edades, clases sociales, son accesibles y tan representativos del país que yo creo que cualquier evento que se haga en relación al alfajor va a ser un éxito”, cuenta a Bacap.
Mariano López es comunicador social y hace un par de años que investiga la historia de los alfajores marplatenses. Si uno piensa en alfajores se le viene a la cabeza la clásica golosina que consta de dos tapas de chocolate o merengue italiano y relleno de dulce de leche. Pero la historia nos dice que el alfajor no siempre fue así y que hizo un recorrido para llegar a lo que hoy conocemos como alfajor marplatense.
“El alfajor es una derivación de un dulce que viene de los árabes, luego llega a España y después se traslada con la conquista de América y va tomando diferentes formas de acuerdo a los ingredientes que había en cada zona”, relata brevemente López y agrega que “acá por ejemplo se forma redondo y lo mismo pasa con lo regional digamos, va cambiando la masa y el relleno”.
Kilómetro cero en la Ruta Nacional del Alfajor
En el plazo de dos años se realizaron dos importantes eventos y se creó la Cámara Argentina del Alfajor. Todo indicaría que se trata de una industria creciente que busca organizarse y fortalecerse.
Para López “creció la cantidad de productores durante la pandemia. Mucha gente se volcó a emprender y fueron varios los que apostaron a los alfajores. Yo creo que es porque tienen una barrera tecnológica de producción bastante baja, con pocos instrumentos podemos hacer alfajores en casa incluso para vender en pequeña escala”.
En la Feria del Alfajor hubo 34 productores, de ellos, 11 marplatenses. ”Cuando empecé a hacer reseñas en redes sociales me cuestioné cuántas marcas podría encontrar y me sorprendí con el número”, cuenta Mariano.
“Lo loco es que no se satura el mercado, la gente sigue comprando, los alfajores se siguen vendiendo, son accesibles y hay para diferentes bolsillos y ¡es tan versátil!. Se puede comer en cualquier momento del día, por la mañana, la tarde, la noche de postre e incluso quienes se saltean el almuerzo a veces eligen cubrir ese hueco con un alfajor, que es rápido, fácil, llena y es rico”.
Un universo de sabores
A los clásicos de siempre, se le suman los resultados de las búsquedas culinarias que cada pastelero haya decidido: mousse de cremas y de frutas, tapas duras, blandas, rellenos finos, gruesos, dos o tres capas, con corazón, con glasse, bañados, cubiertos.. el universo creativo es enorme. De hecho, el alfajor que ganó el Mundial el año pasado es de Mousse de licor, lejos de lo tradicional, de la marca marplatense Milagros del Cielo.
En su cuenta de instagram @alfajoresmarplatenses, Mariano mantiene actualizados los paladares con reseñas de todo lo que sale al mercado. Marcas, variedades y distintivos. Infinidad de dulces y mermeladas, frutos secos, semillas, harinas y rellenos elaborados en base a cerveza artesanal y hasta de gin. “La diversidad es increíble”.
Sobre gustos…
Mariano no es sólo un “obsesionado” como se define él, o un investigador, que pronto presentará su libro sobre la historia de los alfajores marplatenses, sino que además se convirtió en Jurado en el certamen mundial sobre este dulce producto.
A los 13 años ya trabajaba en el kiosco de la familia y “ahí probé toda las golosinas que llegaron, sin duda fui desarrollando el sentido del gusto en la comparación sobretodo. Después aprendí a detectar cuestiones en relación y cuando fui Jurado tuvimos una capacitación para que observemos en boca los mismos detalles para llegar a una opinión lo más objetiva posible pero por supuesto que se trata al fin y al cabo de lo que te gusta a vos individualmente”.
¿Y en tu top tres cuáles aparecen?
Para López “no es sólo una cuestión de gusto sino a dónde me transporta entonces puedo mencionar a Havanna porque he crecido con ese sabor y es insignia de la ciudad, elijo el clásico de chocolate o el 70% cacao que es una actualización del alfajor tradicional”.
Dentro de los muchos que le gustan Mariano sigue el ranking con los alfajores Bristol “no se encuentran mucho porque no tienen local pero me gusta la variedad de dulce de frambuesa con cobertura de chocolate”. El tercer puesto estuvo peleado, destacó alfajores Malfatti “porque son los tradicionales pero en un tamaño mayor a lo que se ve generalmente y muy sabrosos”, a la marca Milagros del Cielo ”obviamente porque ganó el mundial” y finalmente destacó “el alfajor de dulce de leche, nuez y chocolate blanco de la marca Trufles, no es tan popular pero delicioso y un clásico”.