Es docente, actor y de adulto confirmó que es autista. Desde su cuenta de IG comparte contenido de sus vivencias de manera simple, informativa y precisa.
Por Alejandra Bertolami
Agustin Barovero tiene 37 años, es profesor de letras, austista, y utiliza sus redes como canal de divulgación con consciencia y respeto. Paralelamente estudió teatro y comenzó a generar contenido para Instagram. “En las redes hay muchos activistas y comunicadores pero, como no es algo que esté regularizado, hay mucha falta de información. Hay mucha gente desamparada y cuando alguien empieza a comunicar algo se le arma un pequeño nicho, porque cada uno tiene su vivencia y cada comunicador tiene su perspectiva”, expresó.
–¿Cuándo te enteraste de que sos autista? ¿Cuándo te dieron el diagnóstico?
-El 30 de noviembre de 2021, a mis 35 años, postpandemia, hubo muchas cosas que fluyeron, como el tema de trabajar en una escuela con chicos con diagnósticos, me informo y hablando con acompañantes terapéuticos de la escuela, conseguí el teléfono de una psicóloga. Hablé tres palabras y si, pero esto tiene una evaluación estandarizada el test ADOS-2 que es el más idóneo para evaluar, generalmente se realiza en 40 minutos y a mí me tomó 2 sesiones de 1 hora y media. Tenía mucho para decir.
-¿Qué sentiste cuando te dieron el diagnóstico?
-Flash. Expansión, es como si hayas estado todo el tiempo sentado y te digan que podés caminar. Sentí la euforia y el vértigo de decir: “se me viene algo rarísimo” y la felicidad absoluta de sentir que me habían dado la llave con la cual entender absolutamente todo.
–Y a raíz de eso, comenzar a instruirte sobre el tema…
Decir todo lo que sepa cambia la mirada sobre las cosas. Un año entero y sigo hoy recordando situaciones pasadas, el énfasis está puesto en eso, es un cambio en mi vida presente total, no hay vuelta atrás y siempre en positivo, ahora puedo hacer cualquier cosa y viví mi vida de otra manera.
–¿Cómo fue contárselo a tus conocidos? ¿Encontraste en ellos también casos similares?
-Somos más de los que creemos, desde el momento que supe con mi psicóloga que era genético, se puede manifestar o no, automáticamente mi cabeza pensó en mi árbol familiar y me reuní primero con un amigo, que se lo tomó bastante mal, y ese fue uno de los logros del diagnóstico, primero decir: “puedo estar en lo correcto”, el cambio respecto a los límites que puedo poner.
Hablé con familiares, uno o dos, y después hablé con mis viejos, que siempre han sido super abiertos y quedaron sorprendidos, hablaron también con mi psicóloga, a ver si “hay que tratarme de otra manera” pero, no.
Ver esta publicación en Instagram
No voy a dar nombres, pero me escribió mucha gente. Hay como algo que se está moviendo, no hubo en mi familia cuestionamientos pero como dice un amigo: Ojo de loca no se equivoca” hay algo que se llama fenotipo ampliado del autismo, vos podes tener una serie de rasgos y no por eso estar con diagnóstico o dar la cantidad de puntos o rangos para calificar.
Interacción entre lo que es afectividad, conexión de lenguaje no verbal, la hiper o hipo sensibilidad de diversos tipos, el lenguaje… Gustos restringidos, intereses, no hay tibieces. Veo rasgos constantemente en mis viejos, hermana, familiares, gente, el dilema es qué hacer con eso.
-¿Cómo decidiste empezar a visibilizarlo?
-Animarse a mostrarse a la sociedad con todo. Ya lo hacemos. Gente que lo hace más de una manera impúdica, gente que lo hace menos, yo antes de hacer esto creo que no tenía foto de mi cara directamente en redes.
Comuniqué esto en mayo, junio del año pasado, hice una lista de mejores amigos y subí un video charlando. Trece minutos de historias hice, no sé cómo, pero la gente lo vio todo, contaba básicamente mi revelación frente al tema y mi sorpresa. Y en cierto punto existe esto: soy uno más.
No sé para qué lo hice pero me parece una manera interesante de abrir la charla.Me escribió muchísima gente.
Se abrió una especie de canilla, la gente confió en mi y me tiraron mensajes buenos, y también catárticos, con temas sobre autismo, neurodivergencia en general, de discriminación, de un montón de temas.
Pero, de pronto, era gente del ámbito laboral y se ve que había algo movilizante en el video y hablé de esto con mi psicóloga, se lo mostré y me pidieron permiso distintas personas para mostrárselo a alguien porque me dijeron que comunicaba bien y tenía llegada.
Me divierte la idea, hay algo de juego también, pero con responsabilidad. Fue un momento grande de exposición. Esa exposición des estigmatiza, pero también al ser público recibís comentarios de todo tipo.
Ese es el problema de las representaciones sociales que hay en los medios sobre el autismo.
Hay muchas personas que podrían estar en la televisión difundiendo y no los portadores que hay en determinados medios. Está esa mirada social de “el niño genio”, etc, y no, una persona en 36 es autista: puede ser hasta tu tía.
Está el tema de que uno cuando es más chico está todo en crudo y aparecen un montón de rasgos visibles que a lo largo de la vida adulta se van enmascarando.
De adulto tienes una cara socialmente aceptable, pero esa cara no es tu cara, ni tu voz, es algo que aprendiste a hacer para encajar en la sociedad y también para llegar a un diagnóstico uno tiene que desempolvar un montón de recuerdos.
Mi evaluación duró tres horas cuando tenía que durar 40 minutos y está diseñada para jóvenes y adolescentes.
-Falta capacitación de profesionales y actualización en criterio de diagnóstico para adultos.
Cómo comunicar para que adultos lleguen a su diagnóstico, para que lleguen a la información y para que no haya un estigma.
-¿Las preguntas que te llegan son de un público más general o específico?
A esta altura no lo sé porque literalmente hay una cuota de ambas cosas. “Sospecho de esto”, “me topé con tu video y esto me resuena”, me acostumbré a ese tipo de mensajes.
Gente que necesita saber qué hacer. Se ve que el algoritmo recomienda lo que alguien necesita escuchar. Familiares también tengo que en su mayoría los mensajes son de bardeada también.
Hay algo de odio en redes que es el beneficio de estar detrás del muro tirando una piedra. Tiene que ver con el anonimato y destilar odio.