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Mar del Plata, AR
noviembre 21, 2024
ballena franca austral
Lo de Acá

Primeros avistajes de cópula y cachorros de ballena franca en Mar del Plata

A fines de julio se registró por primera vez una cópula entre dos individuos de ballena franca austral en la costa marplatense. En tanto, también se observaron una madre y cría de esta especie frente a la costa bonaerense.

 

El 31 de julio de 2023 se reportaron los primeros registros fotográficos de una cópula entre dos individuos de ballena franca austral en la ciudad, frente a las playas ubicadas entre Punta Cantera (también conocido como Waikiki) y el Faro. Asimismo, durante la última semana de julio se observó en las playas del Partido de la Costa y Necochea, una madre y cría de ballena franca, siendo posiblemente el mismo ejemplar. 

Desde hace varios años es creciente la presencia de ballenas francas en las costas de Mar del Plata, constituyéndose en un atractivo turístico novedoso. El sector costero de la Provincia de Buenos Aires juega un rol muy importante en el ciclo vital de esta especie migratoria. En el Atlántico Sur, las ballenas francas se concentran en las áreas reproductivas entre los meses de junio y diciembre, siendo Santa Catarina (Brasil) y Península Valdés (Argentina) las principales áreas de concentración reproductiva para la especie de la región.

Al finalizar la temporada reproductiva, las ballenas se dirigen a las áreas típicas de alimentación, localizadas en latitudes medias y altas del Atlántico Sur y región Subantártica; aunque en los últimos años también se han identificado nuevas áreas de alimentación en sectores de la plataforma continental (frente al talud). La provincia de Buenos Aires constituye un importante «corredor» para el desplazamiento de ejemplares entre y hacia las áreas reproductivas. 

El Grupo de Investigación Biología, ecología y conservación de Mamíferos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC, CONICET – Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Nacional de Mar del Plata) viene monitoreando la presencia de ballenas francas australes (Eubalaena australis; BFA) en la costa de Mar del Plata desde la década de 1970 en donde se realizaron los primeros avistajes de la especie.

Durante aquella década, el número de avistajes de ballenas anual desde la costa era muy bajo (1 – 2 avistajes), y los ejemplares observados eran individuos solitarios. En los últimos años, se ha registrado un notorio incremento en el número de avistajes costeros de ballenas en Mar del Plata, aumentándose también el número de animales presentes en cada uno de los avistajes y, en la actualidad, se observan principalmente en grupos de al menos dos individuos.

Los avistajes realizados hasta la fecha corresponden a individuos que permanecen en la zona entre 2 y 5 días, y luego continúan sus viajes a las colonias reproductivas. La presencia de cachorros y cópulas en nuestra zona constituye un importante registro para la especie, la cual presenta una población en franco aumento.

Se estima que la población mundial de ballena franca austral no excede los 10.000 animales, siendo sus principales áreas reproductivas Península Valdés (Argentina), Sudáfrica y Australia; otros pequeños grupos reproductivos se encuentran en Santa Catarina (Brasil) y las islas Campbell, Auckland y Tristán da Cunha.

En Argentina, esta especie muestra tendencia por volver a ocupar antiguas áreas de distribución previas a su explotación comercial. Es así que, en los últimos años se han registrado cópulas y nacimientos de cachorros en nuevas áreas como en el Golfo San Matías, Río Negro (cercano a Península Valdés).

La creciente presencia de ballenas francas plantea una serie de situaciones nuevas para Mar del Plata, la mayoría de las cuales nunca han sido abordadas. Por su singular atracción, ofrece excelentes oportunidades para la promoción turística y la educación ambiental, pero a su vez –por tratarse de un Monumento Natural de la Argentina– conlleva una gran responsabilidad en cuanto a su gestión sustentable. 

El extenso frente costero de la ciudad, con una rica oferta de instalaciones y servicios, favorece la posibilidad de la observación directa de los ejemplares sin necesidad de embarcaciones, lo cual reduciría uno de los impactos internacionalmente reconocidos como el más nocivo para las grandes ballenas (colisiones con embarcaciones) y constituiría una opción turística de mínimo impacto.  Asimismo, ofrece una oportunidad única para educar en la conservación, a través de la concientización y sensibilización de los marplatenses. 

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