El Torneo de Verano de fútbol ya lleva cuatro años sin disputarse en Mar del Plata. Se perdió una competencia que marcaba el inicio del año y que llevaba a los hinchas a la cancha. ¿Por qué pasó esto?
Por Santiago Giorgini
A la hora de hablar de Torneo de Verano, se nos cae un lagrimón a más de uno. No solo por lo extraño que resulta que no se juegue más en Mar del Plata, sino también por el formato actual, que nada tiene que ver con el pasado. Una competencia que marcaba el inicio del año y que llevaba a los hinchas, cuando no habitaba la tecnología de la actualidad, a observar por televisión o a leer en el diario cuándo había algún partido en el José María Minella.
Recuerdos hay millones: Martín Palermo colgado del travesaño marcándole a River; el Keko Villalba y Ramiro Funes Mori volviendo loco al Boca del Coco Basile; la chilena de Gabriel Hauche frente a Independiente; Diego Latorre tapándose la nariz ante la hinchada de Boca; la batahola que se armó en el último Estudiantes – Gimnasia, entre muchos otros.
Más allá de las acciones puntuales, esta clase de torneos tenían axiomas claros: debuts de juveniles que la rompían y después desaparecían, el uso de camisetas llamativas o polémicas y la presencia de miles de hinchas que, deseosos de ver de fútbol, se acercaban a ver partidos en los que los jugadores contaban con la carga de la pretemporada y algunos kilos de más por las vacaciones. El fútbol por momentos, se ausentaba y generalmente los duelos terminaban con uno o dos goles como máximo. De igual manera, había algunas excepciones, como el 4 a 0 de Boca a River que culminó con disturbios en el 2002, o el 3 a 1 de River a Boca en el 2010.
Todo comenzaba en la segunda semana de enero, con los triangulares en Mar del Plata. Generalmente, con la presencia de los cinco grandes, que jugaban junto a algún invitado más estos torneos de tres equipos. Posteriormente, jugaban Superclásicos en Mar del Plata o en Córdoba y Mendoza, sumado a algún que otro Racing-Independiente y Huracán-San Lorenzo. La movilización de hinchas era incalculable, porque significaba la sumatoria de los que viajaban a ver los partidos y aquellos que casualmente estaban en la ciudad y se prendían a los banderazos en la playa.
“Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, dice la frase popular. Qué mejor que aplicarla a este caso. La dejadez del José María Minella, con peligro de derrumbe incluido, le quitó a residentes y turistas la posibilidad de ir a ver el fútbol de verano como lo conocimos comúnmente. Ahora, fue reemplazado por partidos que tienen más que ver con el beneficio de unos pocos, que con la esencia del fútbol en sí. Durante esta pretemporada se jugaron las “series del Río de la Plata” en Uruguay, entre equipos argentinos y uruguayos.
Sin gente, sin marco, y con campos de juego que realmente pusieron en riesgo (o llegaron a lesionar) a los jugadores. A esto se le sumó la presencia de amistosos esporádicos, disputados en distintas partes de la Argentina e incluso, como el caso de River, en Estados Unidos, con terrenos de juego espantosos y con las líneas de fútbol americano, como ocurrió contra el Pachuca.
¿Cómo afectó a Mar del Plata la ausencia del Torneo de Verano?
Fue Eduardo Mayer, integrante de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción de Mar del Plata quien afirmó que “el Torneo era importante para nuestra ciudad, contabamos con mucha gente que venía a la ciudad a ver los partidos. Eso nos traia una gran cantidad de familias. A lo mejor ocurría que algunos miembros de la familia se quedaban consumiendo y paseando por la ciudad mientras que los varones iban al espectáculo”.
A lo que agregó que «el estadio no solo nos permitía tener el fútbol, si no que sumaba mucho en los recitales. Ahora al no tenerlo en condiciones, lo estamos necesitando. Más aún en esta temporada floja. Estamos esperando su restauración, sabemos que no es algo inmediato, pero nos vendría bien para tener una alternativa más en el turismo de nuestra ciudad».
Lejos quedó ya el último Torneo de Verano. En 2019 se fue apagando la llama con algunos partidos entre distintos equipos del fútbol argentino. En 2020 la competencia se apagó. Ya no hubo más partidos en nuestra ciudad, ni debuts de juveniles que no sabíamos cómo jugaban, ni banderazos en la playa. El Torneo de Verano, como lo conocemos tradicionalmente, se transformó en cenizas. ¿Volverá a jugarse? ¿Regresarán los equipos grandes a nuestra ciudad? ¿Pondrán realmente el estadio en condiciones? Nosotros los marplatenses y los turistas que llegan año tras año a la ciudad lo seguimos esperando. Donde hubo fuego…