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junio 28, 2024
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El impacto de la caída de la natalidad en la educación argentina

En los últimos ocho años, Argentina ha experimentado una significativa disminución en la cantidad de nacidos vivos, con una caída del 36%. Este fenómeno no es aislado y se espera que tenga un impacto directo en la matrícula escolar, proyectándose una reducción del 31% en los próximos años. Esta tendencia demográfica, aunque presenta desafíos, también abre la puerta a diversas oportunidades que deben ser aprovechadas.

Los datos surgen del informe “Natalidad y demanda educativa”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Rafael Rofman (CIPPEC), Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación). El documento aborda las implicancias del cambio demográfico en la organización del sistema educativo al recibir menos estudiantes por la baja en los nacimientos. Para eso, utiliza datos oficiales sobre matrícula escolar, población y natalidad a nivel nacional, y plantea alternativas de políticas públicas para aprovechar la disminución de nacimientos.

En las 24 jurisdicciones del país cayó la cantidad de nacimientos entre 2014 y 2022. Las mayores bajas fueron en Tierra del Fuego (-49%), Jujuy (-44%) y CABA (-44%). Por otro lado, las menores caídas se dieron en Chaco (-21%), Santa Fe (-28%) y Misiones (-29%). Los mayores descensos se observan en las mujeres adolescentes y jóvenes menores de 25 años: entre ellas, la caída es del 40% al 60%.

Esta tendencia demográfica repercute en la matriculación de estudiantes en el sistema educativo. Tomando como referencia la cantidad de nacidos entre 2006 y 2022, se estima que la matrícula de primaria caerá un 28% aproximadamente. Esta caída es aún más abrupta entre el 2014 y 2022, período en el que se estima una baja del 31,4% en la matrícula de estudiantes

Entre las múltiples políticas posibles a aplicar, este informe considera tres escenarios para aprovechar la oportunidad y mejorar la calidad educativa. El primero es mantener la cantidad de secciones (aulas), y reducir la cantidad de alumnos por aula, para favorecer la personalización de la enseñanza. El segundo es mantener la cantidad de alumnos por aula y aumentar la cantidad de docentes que ejerzan un rol de tutores. El tercero es mantener la cantidad de alumnos por aula y capacitar en forma rotativa a los docentes mientras no están al frente de una clase.

La evidencia recopilada en el informe, muestra que estas tres situaciones pueden repercutir en mejoras en los puntajes de los alumnos en las pruebas estandarizadas y también pueden impactar en mejores trayectorias académicas y laborales en el largo plazo. Los autores subrayan que la caída en los nacimientos sólo representará una oportunidad para mejorar la calidad educativa si se implementan las políticas adecuadas.

Cambios Históricos en la Natalidad

A lo largo de la historia, la natalidad ha sido un fenómeno difícil de controlar. Fue solo en los últimos dos siglos que se empezó a observar una disminución en el número de hijos por mujer, acompañada por una reducción en la mortalidad gracias a mejoras en la salud pública (Rofman, 2020).

Estos cambios demográficos reflejan transformaciones profundas en las normas sociales y en la autonomía de las mujeres, así como la disponibilidad de métodos anticonceptivos efectivos. Además, una menor natalidad permite a más mujeres ampliar sus estudios e integrarse exitosamente al mercado laboral, explican Rofman, R., Nistal, M. & Sáenz Guillén, L. (2024). Natalidad y demanda educativa. Observatorio de Argentinos por la Educación.

La caída de la natalidad en Argentina

En la última década, Argentina ha registrado un descenso rápido y significativo en la natalidad. Entre 2014 y 2022, la tasa global de fecundidad disminuyó casi un 40%. Este descenso es mucho mayor que el observado en los sesenta años anteriores. En términos absolutos, la cantidad de nacidos vivos pasó de 712,220 en 2005 a 495,295 en 2022, lo que representa una caída del 30% en este período.

La baja en la natalidad tiene implicancias directas en el ámbito educativo. Con menos nacimientos, se espera una disminución en la matrícula escolar, lo que plantea tanto desafíos como oportunidades para la reorganización del sistema educativo. El informe de Rofman et al. (2024) presenta dos escenarios posibles de políticas públicas para enfrentar esta realidad: mantener constante la cantidad de secciones escolares o mantener constante la cantidad de estudiantes por sección.

  1. Mantener la Cantidad de Secciones: Este enfoque implica que habrá menos alumnos por clase, lo que podría mejorar la calidad educativa. La literatura sugiere que clases más pequeñas permiten una enseñanza más personalizada y reducen los problemas disciplinarios, lo que puede traducirse en mejores resultados educativos (Lazear, 2001; Angrist, 1999; Finn y Achilles, 1990).
  2. Mantener la Cantidad de Alumnos por Sección: En este escenario, se reduciría el número de secciones, lo que permitiría reasignar a los docentes a otros roles, como tutores, o invertir en su formación continua. Las tutorías han demostrado ser una intervención efectiva para mejorar el rendimiento académico de los estudiantes (Dietrichson et al., 2017; Barrera-Osorio y Lagos, 2018).

El descenso de la natalidad no ha sido uniforme en todo el país. Provincias como Tierra del Fuego, Jujuy y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires han experimentado caídas superiores al promedio nacional, mientras que otras como Chaco, Santa Fe y Misiones han visto reducciones menores. Este patrón refleja un proceso de postergación de la maternidad, especialmente entre mujeres jóvenes.

Al observar las cohortes escolares entre 2006 y 2022, se detectan caídas significativas en la matrícula de primaria, con reducciones de entre un 27% y un 31%. Este descenso plantea la necesidad de ajustar el sistema educativo para aprovechar las oportunidades que surgen de esta transición demográfica.

Políticas Públicas para el Futuro

Las opciones de política pública presentadas en el informe incluyen:

  1. Reducción de Alumnos por Sección: Mejorar la calidad educativa mediante la disminución del tamaño de las clases.
  2. Aumento de Tutores: Utilizar la reducción en el número de secciones para asignar tutores que apoyen a los estudiantes.
  3. Formación Continua de Docentes: Implementar un sistema rotativo donde los docentes alternen entre la enseñanza y la formación profesional continua.

Cada una de estas alternativas tiene el potencial de mejorar significativamente la calidad educativa en Argentina. La evidencia sugiere que una combinación de estas políticas podría maximizar los beneficios educativos y sociales derivados de la baja en la natalidad.

Conclusión

La caída de la natalidad en Argentina representa un desafío significativo para el sistema educativo, pero también una oportunidad única para implementar reformas que mejoren la calidad de la educación. Al considerar diferentes enfoques de política pública, es posible aprovechar este cambio demográfico para construir un sistema educativo más eficiente y equitativo, que prepare mejor a las futuras generaciones para los desafíos del siglo XXI.

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