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octubre 17, 2024
Belén Casetta
Deportes Lo de Acá

Belén Casetta y su sueño para París 2024: “Una final olímpica sería el broche de oro”

A las puertas de sus terceros Juegos Olímpicos, la marplatense apunta a un objetivo exigente, pero lejos está de su cabeza la posibilidad de pensar en el final de su exitosa carrera en el atletismo.

 

Por Florencia Cordero

A sus 29 años, Belén Casetta ha logrado convertirse en referente más allá del deporte por cómo demostró, a través de su manera de ejercer la maternidad, que es posible lograr un equilibrio entre la vida familiar y el alto rendimiento.

Desde sus épocas como estudiante de Medicina, su vida ha sido ejemplo de sacrificio y compromiso, lo que la ha llevado a alcanzar logros significativos para el deporte argentino, pero siempre con un genuino mensaje inspirador respaldado por su accionar en lo cotidiano. No es casualidad que haya sido destacada el año pasado como una de los dos mejores deportistas de Argentina, junto con nada menos que Lionel Messi, con la obtención del prestigioso premio Olimpia de Oro.

En la previa de París 2024, Belén se muestra relajada y entusiasmada con volver a encarar los 3.000 metros con obstáculos en una pista olímpica. En su preparación en la altura de Cachi, en la provincia de Salta, comparte este momento tan especial junto a su pequeña hija y su marido, pilares fundamentales de su vida familiar, que le dieron respaldo y soporte para lograr su mejor versión como deportista. Desde el norte argentino, la atleta habló con Bacap de la preparación y sus expectativas para los venideros Juegos Olímpicos.

-Después de Río 2016 y Tokio 2021, ¿qué tiene de diferente esta etapa previa a un Juego Olímpico ahora como mamá de Lina?

-Me ha cambiado la vida al 100 %. Lina realmente me la cambió para bien. Estoy disfrutando esta etapa, entrenar, y cuando es hora de concentrarme, estoy más enfocada. Manejo mucho mejor la ansiedad y los nervios. Mi foco obviamente va hacia la bebé y no tanto hacia el deporte, lo cual me permite llegar a las competencias más tranquila. Antes, si me focalizaba al 100 % el día previo o las horas previas a la carrera, mi cabeza estaba pensando en “tengo que correr, tengo que hacer esto”, y a veces la misma cabeza te juega en contra porque te lanza diferentes variables y empezás a dudar. Hoy en día, con Lina, desvío mi cabeza, me enfoco en ella y, cuando llega el momento de la carrera, estoy bien concentrada.

-Te convertiste en un gran ejemplo porque, a veces, parece que no hay tiempo para dedicarse al deporte y ser madre…

-Hoy en día, no estoy dedicándome al deporte al 100 %. Antes entrenaba doble turno, hacía kilómetros semanales que hoy en día físicamente no me da para hacer. Me tomo mis descansos porque también mi energía va hacia la bebé, y lo tomo como otra forma de entrenar, ya que la atención que requiere ser madre es doble energía que se gasta. Es cansador, fatiga mucho al cuerpo, y someterlo a entrenamientos fuertes puede traer lesiones. Por eso, bajé la intensidad y me ha dado resultados porque priorizo el descanso y hago entrenamientos bien específicos.

-Estar en los juegos es muy difícil, vos lo lograste por tercera vez y en un contexto diferente cada vez. ¿Cómo fue para vos estar a la espera de la confirmación de tu clasificación?

-Esta espera fue difícil. Estuve muy nerviosa, viendo cómo iba cambiando el ranking, porque competían e iban haciendo la marca mínima, logrando buenas marcas y sumando buenos puntos. Yo tuve una mala planificación, fui a competir a Europa a unas carreras que no se me dieron. Mi objetivo era hacer la mínima, pero justo en esas competencias las chicas no estaban bien, no fue su día. Me tocó liderar la carrera de punta a punta en dos ocasiones. Me hubiese gustado ir a carreras mejores, intentar la marca mínima, pero clasificamos por puntos y estuve al borde de ser una de las últimas en clasificar. Fue una espera difícil, pero todo se da como se tiene que dar.

Belén Casetta
Belén Casetta y su hija Lina.

-Ahora que ya se viene París, ¿pensás en el resultado deportivo que querés conseguir?
-Voy más tranquila y más focalizada en lo que quiero. Quiero entrar a una final olímpica y dar todo lo mejor para poder ingresar. Las carreras son carreras, a veces se dan y otras no, pero estoy segura y tranquila de que llego en mi mejor forma. Eso es lo más importante.

-La exigencia siempre fue mucha, tanto en lo personal como en lo deportivo, pero también está ese porcentaje de saber que los Juegos Olímpicos son algo único que hay que disfrutar…

-Totalmente, son cuatro años de espera para poder alcanzar unos Juegos Olímpicos. A veces esperás cuatro años, estás bárbara, pero te lesionás y no podés ir o no lográs la clasificación. Es muy difícil ingresar a estas competencias y tenés que estar muy bien. En Río 2016 logré la clasificación con marca mínima y fue mi primera experiencia corriendo con muchas chicas. En Tokio, cuatro años después, me tocó en pandemia, me restringieron el entrenamiento y tampoco tuve una buena experiencia. París es la tercera, la tercera es la vencida. Creo que también lo tomo como una oportunidad para darme cuenta de que inspiro a otras madres con mi historia. Siempre aclaro que, estando sola, yo no podría hacer esto. Tengo mi familia atrás, que es mi gran soporte: mi esposo, mi mamá, mis hermanas, mi suegra, mis familiares. Sin ellos yo no podría estar acá. La familia es fundamental.

-¿Pensabas que podías alcanzar un alto nivel después de haber sido mamá y volver a competir para ganar la medalla de oro en Santiago 2023?

-En la previa a los Juegos Panamericanos, quería entrenar en Cachi como estoy haciendo ahora, pero no pude porque Lina era muy chiquita para someterla a semejante altitud, 2.500 metros, y pasar por la cuesta del Obispo. Entonces me arriesgué a entrenar en Bueno01s Aires. Me arriesgué, me enfoqué, estuve acompañada por mi esposo y mi hija, y fue un entrenamiento muy tranquilo y específico. Llegó el día de la carrera y sé que mucha gente no me tenía fe porque cancelé la subida a Cachi. Los tomé por sorpresa en la última vuelta, fue un momento inolvidable.

-Llegar a lo que vos llegaste con todo el camino recorrido no te hace sentir hecha. ¿Tu mente competitiva sigue intacta en relación a lo que podés ir a buscar?

Lo único que me falta en mi carrera deportiva es entrar a una final olímpica. Sería el broche de oro. Hoy estoy recontra agradecida y contenta de ir a París junto a Lina y mi esposo. Estoy muy tranquila para el evento y voy a dar todo para representar al país de la mejor forma posible. A cruzar los dedos de que me toque una buena serie y me permita ingresar a la final, que es lo único que espero.

-Ese domingo 4 de agosto está marcado en el calendario. ¿Cómo es la logística de tu llegada a París, el día de entrada a la Villa, el acompañamiento de la familia?

-Armamos el viaje de mi esposo y la bebé para que puedan viajar conmigo. Sacamos pasajes de acuerdo a mi vuelo y llego sobre la fecha. La idea es llegar, descansar unos días para el cambio de horario y competir. Tampoco quiero estar mucho tiempo en la Villa porque es un entorno de desconcentración. Necesito concentrarme, bajar de Cachi, hacer cambio de bolso en Buenos Aires y de ahí directo a París a correr.

Me remonto a aquel momento cuando ganaste una medalla de oro estando embarazada en los Juegos Odesur 2022. Fue un shock para muchos en el mundo del deporte. ¿Cómo lo viviste vos?

-Fue muy fuerte y en redes sociales no se hablaba de correr o entrenar hasta los últimos días de embarazo. Al principio fue chocante para muchas personas, pero hoy en día las mujeres se animaron y varios médicos recomendaron continuar con la rutina. Yo no continué con el alto rendimiento estando embarazada, sino que bajé los niveles. Tuve un embarazo ideal, sin náuseas ni vómitos, y entrené hasta el último día. Cuando competía, hablaba con mi obstetra y me seguían día a día con un grupo médico. Me permitieron entrenar a bajas intensidades. Competí cómoda, gané la medalla y di la noticia después.

Belén Casetta
Casetta representará al país en los 3.000 metros con obstáculos en París 2024.

-El inicio de tu carrera deportiva, ¿fue con convicción o de casualidad?

-Mi viejo me metió en el atletismo. Anteriormente hacía tenis y nunca me imaginé correr. Gracias a él arranqué a correr y fue una de mis fuentes de motivación. El deporte me encantó y me centralizó, me siguió motivando. Clasificar a los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur 2010 me ayudó a continuar. No tuve baches en mi carrera. Entre salir de fiesta o el deporte, siempre elegía competir.

-También tuviste un momento de entrenamiento al máximo en el alto rendimiento y, a la vez, estudiar una carrera… ¿Cómo fue ese desafío?

-Estudiaba Medicina, entrenaba y rendía, pero el atletismo requiere competencias y entrenamientos afuera. Necesito la altura para ponerme en forma. Medicina requería estar 24/7 en la facultad y algunos profesores no me dejaron continuar porque no les gustaba que faltara o que fuera a competir. Si no me hubieran impedido eso, hubiera continuado con Medicina. Hoy en día, con una hija, ya es tarde para retomar porque requiere estar todo el tiempo en el hospital.

¿Cómo te imaginás como atleta después de París 2024?

-Vamos a seguir un poquito más hasta donde se pueda. Me gustaría probar distancias de 10 km, 21 km, 5.000 metros o una maratón más adelante. No sé si apunto a otro Juego Olímpico en los 3.000 metros con obstáculos, pero lo probaría naturalmente. Vamos a ir viendo y subiendo de distancia de a poco. Mar del Plata tiene todo para entrenar. Y el clima te hace guerrero.

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