Por Melisa Morini
Este mes el Museo Eva Perón de Chapadmalal, ubicado en el hall del Hotel N°5 del complejo turístico, cumplió más de dos décadas recuperando la memoria de “la abanderada de los humildes” pero también testimonios y relatos que diariamente afianzan y dan sentido a la existencia del Museo.
Silvia Dária es hoy presidenta de la Asociación Amigos del Museo Eva Perón y jubilada, después de 40 años, como trabajadora del Complejo. Se desempeñó en el Hotel N°3, en el 2, como tesorera, como intendenta, como recepcionista y fue la creadora del Museo. Es Guía de turismo, también Museóloga y la escritora del libro Evita, de Los Toldos a Chapadmalal.
“Lo que la gente cuenta, ese caudal de anécdotas, recuerdos y memorias forma parte del patrimonio cultural intangible del Museo”, cuenta y agrega que “antes registrábamos en cuadernos todas aquellas historias que la gente nos contaba cuando visitaba este lugar”.
Las anécdotas son miles pero Silvia rescata una ocurrida la semana pasada cuando un hombre mayor y con dificultades para hablar, entró diciendo que su sueño era conocer el colectivo de la Fundación Eva Perón, que se encuentra en un galpón a la vuelta del Hotel N°5. “Se tomó un avión y vino sólo para eso, después de conocerlo y emocionarse por lograrlo, se volvió al aeropuerto”.
La conversación con Silvia es interrumpida por un matrimonio de Solano que compró el libro de su autoría y querían saludarla. “Mi mamá recibió su casa de la mano de Eva y yo crecí escuchando eso, sintiendo ese agradecimiento y son cosas que quedan grabadas en la memoria así que gracias por este lugar”, la escucho decirle y aprovecho para tomarles una foto. A esto se refiere Silvia con patrimonio intangible. Esto sucede tal vez, varias veces por día.
“Todos los años pido el mismo deseo: un edificio propio”
Después de años trabajando en los Hoteles, Silvia entendió que merecían tener un espacio que cuente la historia. En 1995 empezó la gestión para lograrlo y recién en 2003 se concretó. En un comienzo, el Museo funcionó en el Hotel N°3 y luego pasó a donde está hoy.
En él se resguarda parte de los bienes provistos por la Fundación Eva Perón para poner en funcionamiento el Complejo. Mobiliario, vajilla, blanquería, textiles, son algunos de los objetos expuestos en la muestra permanente.
“El Museo necesita un archivo, criterios en el ambiente para el mantenimiento de lo que tenemos, un depósito, un lugar más grande, tenemos un montón de cosas guardadas porque no hay lugar para colocar todo. Hacer un sector para lo donado ya que vuelve gente que nos alcanzó cosas que no podemos mostrar. Incluso películas donde se la puede ver a Eva actuando”.
Turismo social ayer y hoy
En 1945 se firmó el decreto N° 9305, que aprobaba la construcción de una colonia de vacaciones integrada por tres hoteles para obreros y empleados públicos, a fin de que pudieran hacer realidad el disfrute de las vacaciones pagas. La obra se inició al año siguiente y se inauguró durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, entre 1946 y 1951.
“El decreto que crea el porqué de la construcción de este Complejo y el de su par en Embalse, hablaba de que vacacionar es la necesidad del ser humano de tomarse unos días de vida fuera de su lugar de residencia donde será atendido, le prepararán su comida, tenderán su cama. De sanar el cansancio de todo el año laboral pero además favorecerá a la parte espiritual. Con esas palabras está escrito”, detalla Dária.
Sin embargo, para el humilde siempre fue difícil tomarse vacaciones, entonces se crea el turismo social subvencionado por el Estado, existía una cuota de un 3% que iba a la caja de turismo social. “El alojamiento siempre es gratuito, lo que se saca a licitación, hoy y siempre, es el servicio de comida y limpieza. Acá están cubiertas las tres comidas”.
Y otra vez vuelven las anécdotas, porque si hay algo que el turismo social permitió y aun permite, es la posibilidad para muchos y muchas de conocer el mar.
“Recuerdo una vez, cuando en la década del 90 vino un contingente del pueblo colla de Jujuy que no olvidaré jamás por su calidez y por lo que provocó esa diferencia cultural acá. Bajaban a la playa vestidos con camisa y pantalón de vestir y las mujeres con sus largas polleras típicas y muy abrigaditas porque sentían frío. ¡Y lo hermoso fue ver cómo se conmovieron los turistas de la provincia de Buenos Aires con lo conmovidos que estaban los jujeños de conocer el mar!”
Y agregó otro recuerdo que «en ese momento se promocionaba acá una excursión de visita a Mar del Plata, pero ellos habían venido con todo pago o sea que dinero no tenían. Entre los empleados y los turistas hicieron una colecta para que se fueran en el micro a la conocer la ciudad. Todas las noches hacían fila para saludar al Intendente para agradecerles el viaje, fueron diez días compartidos muy hermosos”.
El complejo hoy
El Complejo es Monumento Histórico Nacional. En todos los edificios hay personal trabajando, cuidando y manteniendo. Hubo épocas doradas donde todos funcionaron, épocas de abandono y otras de recuperación. Hoy las obras están detenidas, pero parece que un Hotel más se proyecta a abrir.
El Hotel N°2, de Categoría A, está funcionando con sus 190 plazas completas. Las playas están llenas, el espacio cuidado, los surfistas copan la línea de costa y se ofrece de todo. El Museo funciona de martes a sábados de 8.30 a 12.30 y los martes desde las 9.30 la Municipalidad ofrece caminatas guiadas que narran la historia del lugar y son gratuitas. Siempre merece la pena recorrer las instalaciones del Complejo Turístico Chapadmalal porque huele a vacaciones, a sal y a derechos.