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mayo 2, 2025
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El fantasma de la Trafic blanca: mitos y verdades de un sistema que se nutre de las vulnerabilidades humanas

Derecho al Derecho: Trata de Personas (parte II) por Limay Ameztoy.

Sabrina está preocupada por su sobrino. Hace más de un año que no sabe nada de él. El distanciamiento comenzó en el verano de 2023, cuando el muchacho -por entonces de 15 años- decidió irse de su casa. La tía aclara que no lo culpa y relata que en su casa vivía una pesadilla: “La pareja de entonces de mi hermana le daba terribles palizas y lo castigaba sin motivo de formas muy crueles. Una vez lo dejó toda la noche afuera y lo obligó a comer la comida del perro. Fue entonces que desapareció de la casa”.

El entonces adolescente no hablaba con su madre pero sí con su tía, a quien le contó que estaba durmiendo en la playa. Fue entonces que conoció a R., un hombre mucho mayor que le ofreció casa y comida. Al poco tiempo, el joven presentó a R. como su pareja. Sabrina aclara que no le llamó la atención la orientación sexual de su sobrino. Lo que sí le hizo ruido fue el tipo de vínculo que habían entablado: la nueva pareja era el líder de un  grupo “espiritual” y si bien sus condiciones de vida habían cambiado radicalmente -”estaba fascinado porqué pasó un día entero en un hotel cinco estrellas, donde habían hecho un retiro”- su personalidad había cambiado.

De a poco fue alejándose de quienes no practicaban el mismo culto. Incluso los mensajitos que de vez en cuando intercambiaba con su tía, su hermano  y algunos amigos se interrumpieron. La última vez que Sabrina charló con él, le confesó que no se sentía demasiado cómodo porqué R. lo controlaba todo el tiempo. “Yo le dije que se separara pero él me dijo que no tenía a dónde ir”. Después de eso, el contacto se interrumpió definitivamente. El último dato que tuvo Sabrina fue que el grupo se había trasladado a otra ciudad.

¿Cayó el joven en las redes de una red de trata de personas? Integrantes de la Mesa Interinstitucional de Lucha contra la Trata de General Pueyrredon consideran que es una de las posibilidades y proponen iniciar una investigación. 

La respuesta sorprende a Sabrina: es que su sobrino es varón. Y no hay ninguna Trafic blanca involucrada en su historia.

Sin violencia física también puede haber captación

El imaginario popular relaciona a la trata de personas con secuestros violentos, en los que generalmente una camioneta trafic blanca irrumpe en el escenario para subir a la fuerza a alguien (generalmente mujeres jóvenes) que terminarán encadenadas a camas en algún sótano inhallable. 

Si bien puede haber algunos casos en los que se recurra a estos mecanismos, no siempre es así. 

Años de experiencia les sirvieron a estas organizaciones para comprender que la mejor estrategia no pasaba por la violencia física sino por el engaño. Y que tampoco son imprescindibles las cadenas o las puertas con llave para retener a alguien: las adicciones, las deudas económicas o el miedo a futuras represalias constituyen cárceles de las que es prácticamente imposible salir sin ayuda externa.

En sus numerosas actividades de prevención del delito contra la trata, la Mesa lo explica con claridad: “Las formas de explotación han mutado y las estrategias de los explotadores cada día son más sutiles sin requerir, muchas veces, acudir a la  violencia física o verbal” afirman en uno de sus materiales promocionales. 

“Por el contrario -continúan-, el aprovechamiento de las vulnerabilidades de cada persona, en razón de la situación socioeconómica, la inexperiencia en razón de la edad o el género, entre otras, son aprovechadas para atraer a las víctimas y someterlas en el comercio sexual y el trabajo indigno. A su vez, el avance de la tecnología promueve nuevos mecanismos de contacto a las víctimas, como así también de explotación”.

Qué es la trata: el ejemplo de la granja de óvulos de Tailandia

Para comprender mejor a ese monstruo que acecha (a veces mucho más cerca de lo que imaginamos) es importante definir qué es la trata de personas.

Las leyes nacionales 26.364 y su modificatoria, la 26.842, definen a la trata de personas como “el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países”. 

Un hecho sucedido días atrás ejemplifica el tema de manera atroz: una operación conjunta entre Tailandia y Georgia permitió desmantelar a una red de trata de personas que mantenía retenidas a cerca de cien mujeres, a quienes obligaba a someterse a procedimientos ilegales de extracción de óvulos.

El testimonio de una de las mujeres que logró escapar de la red permitió descubrir la trama: en este caso, las víctimas eran jóvenes tailandesas que llegaban a Georgia con la promesa de trabajar legalmente como “gestantes”. Una vez en el lugar, eran retenidas por la fuerza, sometidas a tratamientos de hormonización involuntarios y luego a extracciones de óvulos, que luego eran vendidos en el mercado ilegal por una banda de supuesto origen chino.

Según se reveló, a muchas mujeres desesperadas por escapar se les dijo que podían pagar un rescate de entre 50.000 y 70.000 baths por su libertad. Sin embargo, la mayoría no pudo pagarlo y se vieron obligadas a quedarse y soportar mayor explotación. La familia de una de ellas pagó el rescate y pudo regresar a Tailandia, donde realizó la denuncia que pondría al descubierto la operación.

El caso de la denominada “granja de óvulos” es casi de manual y permite identificar las cuatro etapas del circuito de la trata: la captación, el traslado, la acogida y la explotación. 

Frenar la captación

No cabe duda de que para prevenir la trata, el camino más eficiente es cortar la cadena desde el origen, es decir, el momento de la captación. Como ya se mencionó, en esta etapa suele apelarse a engaños. Algunos de los más clásicos son:

 El falso enamoramiento: puede producirse de manera presencial o virtual. En la mayoría de los casos el victimario es bastante mayor que la víctima. Uno de los argumentos para convencer a la joven de alejarse de su grupo de contención es que “no entenderían” la relación. Generalmente acuerdan mudarse a otra ciudad para poder vivir su amor con libertad. 

Ofertas laborales engañosas: los trabajos bien remunerados, que requieren poco esfuerzo y no exigen conocimientos ni experiencia previa son otro clásico de las redes de trata. El único sacrificio que debe hacer la persona suele ser trasladarse a algún lugar alejado de su red habitual de contención. 

Falsa contención: estos grupos suelen funcionar tras la fachada de instituciones espirituales o religiosas, grupos de terapia o hasta academias de estudio. En este caso la promesa es mitigar padecimientos (que pueden ser físicos o psíquicos) a cambio de la aceptación total de las reglas internas del grupo. 

Hasta aqui la descripción del funcionamiento de las redes de trata de personas y sus diversas formas de operar. En el tercer y último informe sobre Trata de Personas abordaremos cuáles son las herramientas que existen en Argentina, y específicamente en Mar del Palta, para accionar en caso de sospechar la existencia de una red o de una posible víctima de este tipo delitos.

¡Nos leemos la próxima semana! 

 

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