El Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) emitió un contundente pronunciamiento en el que expresa su “profunda preocupación” por el estado crítico de la ciencia y la investigación en Argentina. En un contexto de recortes presupuestarios, parálisis de programas y ausencia de una política científica definida, las universidades nacionales –responsables de más del 70 % de la producción científica del país– se enfrentan a una situación límite.
El comunicado, fechado el 6 de mayo, subraya que el sistema científico atraviesa una crisis sin precedentes, producto del desfinanciamiento y la inacción por parte del gobierno nacional. Las consecuencias, advierten, ya se sienten en laboratorios, aulas, redes de colaboración internacional y procesos formativos, lo que compromete directamente la innovación, la producción de conocimiento y el desarrollo económico.
Entre los datos más alarmantes se destaca que el financiamiento actual para ciencia y tecnología apenas representa el 0,15 % del PBI, el nivel más bajo de la historia reciente. “De mantenerse esta situación, Argentina retrocederá más de treinta posiciones en el contexto internacional, ubicándose por debajo de muchos países subdesarrollados”, señala el documento, citando estimaciones del Banco Mundial.
Un sistema paralizado
Desde la suspensión del acceso a publicaciones científicas internacionales hasta la eliminación de sistemas nacionales de grandes equipamientos, el deterioro es generalizado. El Programa Raíces –una política de Estado que fomentaba la vinculación con investigadores argentinos en el exterior– quedó reducido a su mínima expresión. La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), por su parte, no solo no llamó a nuevas convocatorias, sino que tampoco ejecutó el financiamiento de proyectos previamente evaluados y aprobados.
También se paralizaron obras de infraestructura científica, se restringió la importación de insumos esenciales y se desactivaron programas de cooperación internacional. Según el CIN, esta situación “ha generado perjuicios muy graves a muchas de nuestras universidades” y atenta contra la capacidad del país de sostener una producción científica de calidad.
La ciencia como inversión estratégica
“El desfinanciamiento de la ciencia no solo afecta a investigadores y docentes, sino que tiene consecuencias directas en la economía y el bienestar social”, afirma el texto. A contramano de las tendencias globales, donde la inversión en ciencia y tecnología crece de forma sostenida, Argentina parece haber optado por desacreditar el trabajo académico y científico a través de campañas mediáticas, denuncian desde el Consejo.
El CIN exige que se restablezca el diálogo con el sistema universitario y que se defina un plan integral para garantizar la continuidad, estabilidad y financiamiento de la investigación. “Argentina tiene el talento y la capacidad para liderar en múltiples áreas del conocimiento, pero sin una política científica con visión de futuro, esas oportunidades se pierden”.
Frente a este panorama, el reclamo es claro: sin ciencia no hay futuro. Y sin inversión en conocimiento, no hay país posible.