En 1991 Buenos Aires fue sede de una utopía deportiva que unió a miles de atletas
veteranos del mundo. En 2026, Mar del Plata recupera aquel espíritu con una nueva
edición.
Por Florencia Cordero
La ciudad de Buenos Aires fue testigo de un hito deportivo poco habitual para la época:
la realización en 1991 de los primeros Maxi Games, un evento internacional destinado a
atletas veteranos. Aquel encuentro, pionero en su tipo, surgió del esfuerzo colectivo de
un grupo apasionado de dirigentes y deportistas argentinos, que vieron en la madurez
física una nueva oportunidad para competir y vincularse a través del deporte. En 2026,
la historia vuelve a escribirse en el mismo país, con el mismo espíritu: inclusión, respeto
y pasión por el juego más allá de la edad.
“El origen fue una canadiense que llegó a Argentina en 1984 con la idea de organizar los primeros «Masters Games»;, lo que ella llamaba ‘juegos de veteranos del mundo’”, recuerda Rubén Rodríguez Lamas, uno de los impulsores y presidente del comité organizador en la edición inaugural, además de haber estado muchos años al frente de FIMBA (Federación Internacional de Maxibásquetbol). El contacto derivó en un viaje a Canadá al año siguiente, donde representantes argentinos participaron en competencias de básquetbol. Así nació la inquietud de replicar esa experiencia en suelo local.
La propuesta parecía utópica: “Había que poner un anticipo de dos millones de dólares… ¡cuando no habíamos visto ni diez mil juntos!”, rememora Rodríguez Lamas con una mezcla de humor y admiración. Sin embargo, lo que parecía una quimera empezó a tomar forma a fines de los ‘80. Inspirados por los Masters, pero buscando una identidad propia, nació la idea de organizar campeonatos mundiales por deporte: los Maxi Games.


La organización fue titánica. “Mandamos más de 8000 cartas a federaciones de todo el mundo”, cuenta. Sin Internet, sin fax, sin WhatsApp, todo se hizo por correo postal. La respuesta fue abrumadora: el interés por participar llegaba desde los cinco continentes.
Participaron más de 8000 atletas de distintas disciplinas, que compitieron no sólo en Buenos Aires, sino también en sedes como Termas de Río Hondo, Salta y Bariloche.
“Por primera vez en la historia de la humanidad se hizo un torneo de motonáutica para veteranos”, destaca Rodríguez Lamas, aún sorprendido por la magnitud del logro. La escena era inédita: atletas de todas las edades, nacionalidades y disciplinas, reunidos en un mismo lugar. “Nos entendíamos en todos los idiomas. Era increíble. Y lo más lindo era ver cómo se encontraban, se hablaban, se respetaban”, dice con emoción. A más de tres décadas de aquel evento, Argentina se prepara para recibir una nueva edición de los Maxi Games en 2026. La expectativa es alta, pero la esencia será la
misma: demostrar que la pasión por el deporte no tiene fecha de vencimiento. “Fue raro. Todo fue raro. Pero lo hicimos”, concluye Rodríguez Lamas. Y lo volverán a hacer.
Un espíritu que trasciende la competencia
Aunque el evento de 1991 marcó un antes y un después, no fue fácil sostener su continuidad en el tiempo. La falta de apoyo institucional, tanto local como internacional, y las dificultades logísticas propias de una época sin medios digitales, conspiraron contra la posibilidad de que los Maxi Games se mantuvieran como una cita periódica y global.
“Lo egoísta sería decir que faltó apoyo en Argentina, pero en realidad muchas federaciones internacionales no se consolidaron. Algunas crecieron fuerte en otros países: el atletismo en Alemania, la natación en Brasil… cada deporte fue desarrollando su propio camino”, explica Rodríguez Lamas. Sin embargo, el básquetbol -gracias a una estructura de organización sólida y a un fuerte sentido de pertenencia- logró sostener su crecimiento. “El básquet fue una fiebre. Nunca lo hicimos por dinero, sino por filosofía: por el espíritu Maxi”, asegura.
Ese espíritu se define, según él, por una idea poderosa: competir sin perder la fraternidad, reencontrarse con pares, trascender el resultado. “La gente quiere juntarse, estar con sus amigos. Ya no se trata de enfrentar al rival como enemigo, sino de verlo como un igual. Podés ganar o perder, pero lo importante es participar y sentir que, sin importar tu edad, seguís siendo deportista, seguís siendo parte”, resume.
Hoy, mientras se prepara la edición 2026 de los Maxi Games en Mar del Plata, esa misma llama vuelve a encenderse. Con nuevas disciplinas, mejores condiciones logísticas y un mundo más conectado, pero con la misma convicción: que el deporte es un puente entre personas, generaciones y culturas.
Los datos de los primeros Maxi Games
Hace 34 años, se desarrollaron los Primeros International Maxi Games Argentina 91 donde participaron 59 países, en 19 disciplinas, con deportistas de 25 a más de 70 años.
Totalizaron unos 10.000 atletas (5000 extranjeros). Contaron con el auspicio del Gobierno Nacional y la OEA.
Aquel evento tuvo lugar en Buenos Aires con Juegos de Verano y en el Cerro Catedral de Bariloche con Juegos de Invierno. Se compitió desde el 22 de agosto en 19 disciplinas. Finalizaron el 12 de setiembre en la Patagonia Argentina. Tomaron parte: Básquet, Canotaje, Ciclismo, Esgrima, Esquí, Fútbol, Golf, Handball, Hockey Sobre Césped, Natación, Remo, Rugby, Squash, Tenis, Tenis con Paleta, Tenis de Mesa, Tiro, Voleibol y Yachting.
Hubo representantes de Alemania, Antigua, Austria, Australia, Bélgica, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Bermuda Canadá, Colombia, Corea, Costa Rica, Checoslovaquia, China, Chile, Dinamarca, Ecuador, Escocia, España, Estados Unidos, Fiji, Finlandia, Francia, Grecia, Guatemala, Holanda, Hungría, India, Indonesia, Inglaterra, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Japón, Luxemburgo, Mali, México, Namibia, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Paraguay, Perú, Polonia, Puerto Rico, Santo Domingo, Sri Lanka, Suecia, Suiza, Tanzania, Tailandia, Trinidad y Tobago, Uganda, Unión Soviética, Uruguay,
Venezuela y Yugoeslavia.
En aquel tiempo, la organización lanzó un potente mensaje: “Cuando el deporte convoca, quedan excluidas las diferencias sociales, políticas, culturales, económicas y religiosas”. Y así los Maxi Games dejaron en claro que “el deporte es para toda la vida”.