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julio 1, 2025
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Mar del Plata: el invierno crudo de quienes viven en la calle

Mientras el frío golpea, crece el número de personas que sobreviven a la intemperie en Mar del Plata. Entre la falta de acción oficial y la solidaridad de vecinos, la ciudad enfrenta una emergencia social que expone profundas contradicciones.

Por Natalia Muñoz

La calle no es un lugar para vivir. Aún así, en Mar del Plata se ven cada vez más personas que usan espacios públicos, halls de edificios y cajeros automáticos como sitios para (intentar) desarrollar su vida. Hay quienes confían que es algo pasajero, otros que ya ni recuerdan cuándo fue la última vez que durmieron bajo techo, en un lugar seco y limpio. 

En General Pueyrredon, la postura sobre qué corresponde hacer con las personas que viven en la calle se volvió maniquea: o son fisuras y hay que echarlos a patadas o son personas y le corresponden derechos. El Gobierno local se regodea en la primera opción. 

Se debe considerar que tampoco se sabe cuántas personas son. Según el Censo Nacional, esa población ascendía a 238 en 2022, pero en base a datos municipales oficiales, en Mar del Plata había 122 personas sin techo en 2023. En el censo popular que coordina el dispositivo de Casa Puentes, en 2024 se estimaba que había entre 400 y 500 personas que vivían en la calle. Recientemente, el Municipio comunicó que asiste a 120 indigentes a diario. La disonancia numérica es notoria. 

Operativos estatales

Se desconocen al momento (NdR: fin de junio 2025) los detalles del Operativo Frío, el programa de asistencia que coordina cada invierno la secretaría de Desarrollo Social. Es la segunda disonancia, ya que en años anteriores la campaña ha comenzado en mayo o junio, como fue el caso de 2024 que se desplegó el 5 de junio, con los primeros fríos del año.

En el marco de la política de hostigamiento al indigente, genera curiosidad conocer cómo articularán sus tareas la Secretaría de Desarrollo Social con el área de Seguridad, encargada una de contener, ordenada la segunda a quitar pertenencias y echar. “Nosotros hacemos nuestro trabajo y no opinamos de las políticas de otras secretarías. Articulamos con la Provincia y trabajamos juntos en lo que se puede. Pero hacemos lo que corresponde a este programa. Nos limitamos a eso”, dijeron desde la cartera que conduce Vilma Baragiola a Mi8. ¿Será la tercera?

Corresponde decir que desde Desarrollo Social el trabajo en calle se realiza todo el año, con recorridas nocturnas, contención y alimento en uno de los tres paradores existentes y/o con entrega de frazadas e indumentaria. El caso es que aún se desconoce cómo se buscará proteger del frío a quienes no tienen casa ni plata para una pensión. 

Por su parte, desde el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires iniciaron el Operativo Invierno en General Pueyrredon. Este año, contará con una lógica itinerante que permitirá recorrer diversos barrios de la ciudad para encontrar y brindar ayuda a personas en situación de calle. Sumada a la entrega de un kit de invierno (ropa, zapatillas y frazadas), brinda asistencia para completar trámites de documentación, recibir atención sanitaria. 

Empatía y solidaridad

Una vez más, Mar del Plata se organiza. Existen dispositivos flamantes e históricos compuestos por personas que, lejos de dar vuelta la cara, extienden una mano a quienes más los necesitan. 

  • La Noche de La Caridad

El dispositivo compuesto por un grupo de laicos de parroquias de Mar del Plata entrega por estos días 130 viandas diarias a personas en situación de calle. “La verdad es que está muy complicada la calle últimamente”, dijo en conversación con Bacap Olga, referente de La Noche de la Caridad (LNDLC).

Este programa nació con la crisis del 2001 y desde entonces se ha auto-sustentado. “Empezamos a ver en la ciudad hermanos en la calle, durmiendo en entradas de edificios o de garajes o en las plazas y comenzamos saliendo, llevando un café caliente o algo para acompañarlo, y después vimos que eso no era suficiente, que estaban necesitando una ración al mínimo diaria de comida”, recordó Olga. 

A la comida se le suma la compañía. Las parroquias participantes se dividen el trabajo para poder salir los 365 días del año con el fin de que “llegue un plato de comida caliente, ropa de abrigo, frazadas y un abrazo o un rato de charla con aquellos que están dispuestos o que quieren hacerlo”.

En más de dos décadas, la demografía de la calle ha variado. Este año, en particular, notan desde LNDLC que “hoy día hay mucha, mucha gente muy joven, de alrededor de 20 años, menores de 30, y están atravesados por la droga y por el alcohol, pero fundamentalmente ahora por la droga”. 

En su evaluación, Olga sostuvo que “se necesita fundamentalmente la pata del Estado con interacción y con tratamiento para poder salir de las adicciones”. Sin embargo, lo que se puede evidenciar en sus recorridas es que las personas en situación de calle “no tienen donde estar porque los sacan, les sacan las pocas pertenencias que tienen: nosotros les llevamos abrigos, frazadas, medias y cuando nos vemos al día siguiente se los sacaron y están otra vez sin nada y en la calle sin un lugar donde ir, donde estar”.  

  • América Libre 

“Nosotros empezamos a ver hace un año aproximadamente que había cada vez más gente que estaba en esa situación”, contó a este medio Joaquín, responsable de las tareas de asistencia a personas sin hogar que inauguró hace poco el Centro Cultural América Libre, en la esquina de 20 de Septiembre y San Martín, frente a la Plaza Rocha. 

Las tareas de contención comenzaron con merienda y “roperito” una vez por semana. Ello mutó rápidamente en almuerzo y entrega de camperas, buzos, pantalones y mantas: “es lo que más hace falta”, dijo Joaquín. Si bien esos encuentros se dan exclusivamente los martes, el espacio está abierto todos los días para que quienes viven en las calles de la zona o frecuentan la Plaza Rocha tengan un lugar donde calentar agua, pasar al baño, sentarse un rato, resguardarse del frío. 

El integrante del América Libre no lo sabe, pero coincide con Olga: “a partir del año pasado hay un aumento de la violencia muy grande de parte de la Patrulla Municipal”, señaló. A raíz de eso, desde el centro cultural pusieron en marcha una producción audiovisual con escenas de agresión policial y testimonios de personas en situación de calle.

Sobre la composición demográfica, Joaquín observó que quienes viven en la calle son “generalmente varones”. “Ahí en Plaza Rocha tenemos bastantes mujeres -agregó- de todas las edades, mujeres jóvenes, sobre todo, pero también hay mujeres grandes, jubiladas, que se acercan”.

Azar

En su obra de teatro “Alejandra”, el artista Martín Rechimuzzi habla sobre la locura, sobre los locos (“Ellos quieren ser llamados así”, aclara). Solo, vestido de negro, sobre el escenario, el politólogo, actor y conductor recuerda que es cuestión de azar estar de un lado o del otro de la frontera que supone la locura, que supone el encierro, que supone la soledad, que lleva al olvido.

Acá no se habló de locura, pero sí de falta de garantías. Es necesario tener presente lo que incomoda: hace falta que se altere un solo factor, cual sea, por el motivo que sea, para cruzar esa frontera, para quedarse sin garantes, para perder el hogar, para perderse por ahí.  

La calle está fría, la calidez depende de las personas. 

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