noviembre 28, 2025
Espectáculos

Leo García: «Siento que es el mejor momento de mi carrera»

El artista llega a Mar del Plata el sábado 29 a las 23 h para cantar sus clásicos y compartir con el público la emoción de cada tema.

Por Alejandra Bertolami

Leo García atraviesa el mejor momento de su carrera: más maduro, reflexivo y consciente de su evolución como artista y persona. Habla de los fracasos que lo formaron, su relación con la inspiración, cómo convive con sus primeras canciones y su mirada sobre la música actual y los nuevos artistas que lo inspiran. Este sábado 29/11 a las 23 h se presentará en Chauvin (San Luis 2849) para repasar sus clásicos en un show íntimo y lleno de emoción. Desde Bacap Noticias pudimos conversar con él y conocer todos los detalles de este momento único de su carrera.

Leo, tenés una trayectoria enorme y muy querida. ¿En qué momento de tu carrera sentís que estás hoy?
Siento que este es el mejor momento de mi carrera. Aunque tengo buenos recuerdos del pasado, creo que ahora influyen mucho mi madurez y mi manera de ver la vida, mucho más clara y acertada que antes, mucho menos intoxicada en muchos aspectos. He logrado corregir bastante mi forma de pensar en el presente, con menos pensamientos inútiles, y eso tiene que ver con mi evolución como persona.

Si mirás para atrás, ¿cuál fue ese quiebre que te convirtió en el artista que sos ahora?
Creo que el quiebre que me convirtió en el artista que soy hoy, sin duda, fueron los fracasos. Haber fracasado tantas veces y haberme sentido profundamente frustrado me transformó. Siento que las partes malas me mejoraron muchísimo, incluso más que las buenas.

¿Cómo convivís hoy con tus primeras canciones y con ese Leo que recién empezaba?
Convivo con ese primer Leo con orgullo. Mi verdadero orgullo es lo que soy como artista. Mi primer disco solista me llena de satisfacción porque fue plenamente vanguardista: lo grabé en cintas, con porta estudio, samplers, y utilicé técnicas de sampleo muy pesadas que incluso inspiraron a Gustavo Cerati para Bocanada.

Siento que me adelanté mucho en lo que creé, especialmente en la música electrónica que hacía como solista. Hoy me observo en aquel momento y todavía puedo aprender de él.

Esta gira se llama “Las canciones que más te gustan”. ¿Qué tiene que tener una canción para permanecer 20 años en la memoria de la gente?


-Creo que las canciones deben nacer de una conexión bastante inocente del creador en el momento de componer. En realidad, no somos los verdaderos creadores de las canciones ni de aquello que puede hacer que alguien se identifique con lo que decimos. Todo proviene de un estado casi inconsciente, en conexión con la fuente de la creación.

Tiene que ver con una búsqueda infinita, casi obsesiva, de la composición. En medio de esa búsqueda conviven angustias, cansancio, desvelos… y es ahí donde surgen esas canciones que luego nos hacen preguntarnos: “¿De dónde salió esto?”. Uno está buscando constantemente cómo llegar al público, pero cuando finalmente lo logra, es después de atravesar un mar de preguntas, conexiones y búsquedas. Y entonces, simplemente, sucede.

¿Recordás el momento exacto en que sentiste que “Morrisey”, “Reírme más” o alguna de tus clásicas iban a quedarse para siempre?

Nunca alcanza el esfuerzo que uno pone para crear una sola canción capaz de tocar al público y quedarse en su corazón. Hay dos formas de verlo: una es el éxito comercial y los premios —que no ha sido mi caso, y no sé si alguna vez lo será—; la otra es que algunas de tus canciones perduren en la memoria de las personas. Para mí, eso vale mucho más que cualquier triunfo dentro de la industria.

No recuerdo un momento exacto porque no suelo “caer” del todo en esas cosas. Puedo manejar bastante mi ego, quizá porque soy muy sensible. Cuando aparece la idea de que algo pueda ser inolvidable, desconfío y trato de evadirla.

Me sigue asombrando que la gente recuerde “Morrisey” o “Reírme más”, que me las pidan o me cuenten que alguna les salvó la vida. Siempre quiero permanecer en ese estado de asombro. Por eso no creo tener registrado un momento en que haya sentido que mis canciones podían perdurar; siento que lo mejor todavía está por venir. Me percibo como un artista al que aún le falta que ocurra algo más. No me siento completo y quizás lo que quede de mi vida me dé una respuesta clara sobre eso.

¿Cómo ves la música actual? ¿Qué te entusiasma y qué te preocupa del momento que está viviendo la industria?


Estamos en 2025, a punto de terminar, y ya no pienso igual que el año pasado, y mucho menos como en la época de la pandemia. Tengo un pensamiento nuevo: no me siento en conflicto con lo que la gente elige a nivel popular ni con cómo se maneja la industria. Son temas que quizás me interesa debatir con algunos colegas, pero con otros me resultan saturantes.

Quiero vivir la vida de un modo mucho más auténtico, sin tener que andar buscando transacciones. Creo que la escena musical actual exige artistas muy dependientes de ella, con relaciones públicas diseñadas para agradar al empresario, algo que como seres humanos puede resultar agotador: querer siempre agradar, ser aceptado y difundido.

Antes, y aún ahora, el modelo era firmar un contrato, recibir difusión, volverse famoso y lograr que una gran proporción del público comprara esa publicidad y se identificara con ella. Por falta de curiosidad o interés, no todos tienen el nivel intelectual necesario para elegir un libro, una película, un disco o una canción; muchos simplemente toman lo que les dan. Esa es la gran proporción, y la industria se maneja así: guiando a la manada.

Los artistas que logran ese impacto son conscientes de este mecanismo y trabajan con él. No me parece mal, no es mi intención criticarlos; simplemente es una situación que hay que aceptar y tolerar.

¿Creés que hoy es más difícil que una canción se vuelva eterna, con tanta velocidad y saturación?

Creo que las canciones ya no son tan importantes porque las verdaderamente significativas ya existen. Los Beatles, por ejemplo, nunca serán olvidados; en John Lennon se puede encontrar la respuesta a muchas cosas que una canción puede ofrecer.

Muchos artistas extraordinarios trabajaron incansablemente en crear álbumes y canciones, pero hoy la música no salva al mundo; ese no es su concepto, y tampoco creo que yo deba ilusionarme con esa idea. Los medios de difusión, Internet y la posibilidad de acceder a tanta información nos han transformado como seres humanos, y quizá eso nos hace mucho más abiertos de mente ante una canción.

¿Hay artistas o proyectos nuevos que te estén inspirando o sorprendiendo?

Hay artistas en Argentina que hoy me inspiran muchísimo. Después del trap surgió un estilo llamado plugg, que me parece muy interesante. Hay un artista nuevo que me gusta mucho, Swag Germán: tiene 15 años, me parece una gran promesa y cuenta con productores muy talentosos a su alrededor. Me atrae mucho el arte que hay en grabar con autotune.

También me gusta una banda de canciones pop llamada Aínda, que muestra otra faceta de un dúo capaz de crear algo muy bello y orgánico. Convivo muy bien con ambas expresiones artísticas y las disfruto por igual.

¿Cómo decidiste el repertorio de “Las canciones que más te gustan”? ¿Qué no podía faltar?


El repertorio de esta gira está más ligado a mis canciones más conocidas, que son alrededor de siete, y luego incluyo canciones de mis maestros, como Cerati, Lito Nebbia, Charly García o Ricardo Iorio. Me enfoco en aquellas canciones que me dan ganas de cantar por sus letras y por la posibilidad de interpretarlas.

Cantar es un placer, y siempre busco en qué formato puedo experimentarlo; cada vez que interpreto una canción, trato de hacerla mejor. También tiene que ver con el momento del show: sé que hay gente que viene esperando escuchar canciones que no están en la playlist. Como soy un trovador, solo con mi guitarra y mi máquina puedo cambiar la lista rápidamente y ponerme al servicio del público, interpretando cualquier canción que quieran escuchar.

¿Cómo es hoy tu relación con la inspiración? ¿Dónde la encontrás?

Mi relación con la inspiración está muy ligada al momento. Dejo un espacio y no estoy todo el tiempo componiendo, porque hay muchas otras cosas que puedo hacer: tocar, escribir notas, dedicarme a mi cuerpo, entrenar, buscar sanación, corregir y ajustar aquello que es el cuerpo humano para llevar una vida más eficaz y agradecida.

El momento de componer surge por una necesidad personal, por aburrimiento o porque alguien me pide una canción específica. Ya no tengo, como cuando era joven, esa compulsión de crear constantemente. Me gusta hacer esos paréntesis, porque es cuando, al conectarme con la computadora y los auriculares, surge la posibilidad de que algo nuevo aparezca: una idea, una frase, un tema.

Creo que mi composición actual es más consciente que inconsciente. Antes, agarraba la guitarra y salía lo que salía; ahora, me da vueltas una frase, una oración o un título, lo escribo en el celular y de ahí voy desarrollando. A mi edad, ya no sé si hay una necesidad de componer cosas nuevas, sino más bien de seguir expandiendo lo que ya he creado.

Si tuvieras que resumir este momento de tu vida en una canción, ¿cuál sería?

Si tuviera que resumir este momento con una canción, sería Reírme más. La compuse en un momento de necesidad y excesos, y hoy me siento bastante recuperado de eso. La canción refleja mi deseo de no depender del amor romántico ni de ideales que llevan a la frustración; lo que busco ahora es el sentido del humor, compartir risas con amigos, hacer reír a los demás y vivir con alegría.

Para mí, la felicidad es tranquilidad y paz mental, y esa canción me identifica plenamente, algo que trato de practicar a diario.

 

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