Se llevó a cabo la “plantà” de la falla, festividad que año a año logra conquistar al público marplatense y turistas, esta vez en su 69a edición. ¿Por qué en Mar del Plata se adoptó esta tradición?
Por Agustina González Tempesta
Con el armado de los ninots, la Plaza Colón se prepara para ser la anfitriona de la cremà de la tradicional Falla Valenciana en la ciudad. Los festejos darán inicio el sábado 25 a partir de las 20 y contarán con un show de luces y fuegos artificiales libres de impacto sonoro.
Este año, bajo el título “Construcción y deconstrucción”, el artista fallero Adrián Más Reyes, buscará darle visibilidad a la inclusión y aceptación en una sociedad postpandémica. Un edificio en obras será el pilar de la estructura con la intención de remarcar la cantidad de construcciones que hay en la ciudad y el aumento de éstas luego de los años en los que el COVID-19 fue el protagonista.
Entre otras manifestaciones de carácter político, el artífice de la tradicional obra valenciana meditará contra la contaminación al exponer una estructura representada por un lobo marino con el lema “acá no”, haciendo referencia a la posible exploración petrolera que se llevaría a cabo frente a la costa marplatense.
Frases como “Hemos construido una sociedad donde creemos que solamente los virus son pandemia” o “Armemos una vidriera amplia sin tallas, sin género, sin estereotipos”, entre otras, serán las que acompañaran los diferentes “ninots”, que en conjunto formarán la falla.
Este año, las costumbres valencianas en la ciudad empezaron a principios de mes con la Gran Paella, continuaron con la “plantà”, seguirán con la presentación de las Falleras Mayores y sus cortes de Honor en una gala artística que se realizará este jueves en el teatro Colón y, por último, finalizarán con la cremación del monumento.
Al hablar de las tradiciones de esta comunidad, parada obligada es la que hay que hacer en el puesto gastronómico de la Plaza Colón, donde integrantes de la Unión Regional Valenciana elaboran los tan emblemáticos buñuelos de calabaza. Éstos se hacen en el momento y se entregan calentitos, preparados para seducir paladares.
Falla Valenciana: detrás del fuego
Los marplatenses adoptaron la Falla Valenciana como propia, pero ¿cuál es la historia de esta tradición? Para contestar esta pregunta hay que viajar en el tiempo hasta finales del siglo XIX, a una Valencia colmada de madereros.
Todos los 19 de marzo, los carpinteros decidieron honrar a su patrón, San José, quemando recortes y virutas con la excusa de limpiar los talleres de cara a la buena temporada. Los “parots”, estructura de la cual colgaban las lámparas de aceite, pasaban a ser más útiles en el calor de la fogata junto con los sobrantes. El frío se despedía mientras le daba la bienvenida a la primavera y, con ella, los días más largos.
Con el correr del tiempo, las fogatas de “basura” empezaron a tener temáticas, la primera que tomó más relevancia fue sobre los años 1870. Por aquel entonces la moda era la “Falla erótica”, donde principalmente se criticaban al matrimonio, los noviazgos y las relaciones sexuales. Estos temas, al no ser bien recibidos por la iglesia y las autoridades locales, sufrieron censuras.
Años más tarde, las obras creadas empezaron a apuntar contra la política y la crítica social, dejando nuevamente descontentos a los gobernadores que, como represalia, decidieron cobrar a un precio muy elevado los permisos de la “plantà”. En 1887, tras dos años sin haber podido celebrar la festividad valenciana a causa de los altos costos, el pueblo protestó y logró que finalmente bajaran las exigencias económicas.
Hoy en día, los artistas tienen la libertad de expresarse con sus obras, las cuales suelen ser un reflejo de la actualidad tanto nacional como internacional.