Un biólogo marplatense estudió la presencia de estas palomas en Mar del Plata durante distintas estaciones a lo largo de más de una década. El trabajo evidenció una merma en su avistaje en otoño, lo que refuerza la hipótesis de un comportamiento migratorio de la especie.

 

Por Agustín Casa

Un estudio realizado por el biólogo marplatense Lucas Leveau sobre la estacionalidad de la torcaza refuerza la hipótesis de que esta especie de paloma realiza movimientos migratorios durante el año.

El trabajo, titulado “Estacionalidad en la presencia de la torcaza (Zenaida auriculata) en un gradiente urbano de Mar del Plata, Argentina”, fue publicado en agosto de 2023 en la Revista de Ornitología Neotropical El Hornero, de Aves Argentinas.

Como señala Leveau en el estudio, si bien es una de las palomas más comunes del país, los movimientos estacionales de la torcaza han sido poco estudiados. Para su trabajo, el investigador visitó entre cinco y seis sitios de Mar del Plata 179 veces en diferentes días del año durante once años. De esta manera, identificó que la presencia de esta especie se reduce en otoño.

“Hay hipótesis que plantean que haría movimientos migratorios. El estudio que hice surgió a partir de analizar los datos que recolecté durante varios años en diferentes partes de Mar del Plata. Noté que la torcaza en diferentes sitios de muestreos no se observaba. En varios sitios, la especie no estaba durante el otoño”, cuenta a Bacap Lucas Leveau, investigador del CONICET en el instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA), del CONICET y la UBA, y docente de la UBA.

La torcaza en el área urbana de Mar del Plata

En Mar del Plata, el especialista observó que es más frecuente la presencia de la torcaza en barrios céntricos y en barrios suburbanos que presentan casas con jardines, como Los Troncos o Parque Luro. En cambio, en sectores periurbanos como el Bosque Peralta Ramos se ven menos ejemplares.

“Durante los días correspondientes al comienzo del otoño e invierno, entre abril y junio, se observó un descenso importante en la presencia de la especie en las calles. Esa disminución se vio en dos períodos de estudio de diferentes años, o sea que no es algo que pasó en un solo año, sino que pasó constantemente en un periodo que va desde el 2002 al 2013”, detalla el biólogo marplatense.

Posibles rumbos en otoño

¿A qué se debe esta disminución en la presencia de torcazas en Mar del Plata en otoño? El investigador indica: “La hipótesis, en base a los movimientos migratorios, es que en el momento desfavorable del año, que en este caso sería otoño-invierno, los recursos para la especie disminuyen o las condiciones de temperatura se vuelven desfavorables, por ejemplo, baja mucho la temperatura, hay heladas, etc. Entonces, la especie se mueve a otros lugares que pueden ser más favorables en esas dos cuestiones. Y, en ese sentido, lo que se ha visto es que hay aumentos de la cantidad de torcazas en la zona centro-norte de Brasil”.

Como resalta el trabajo, otros autores han observado mayor abundancia de esta especie en esa época del año en el centro-norte de Brasil y en Perú.

“El trabajo que realicé sería el primero en tener datos de todo el año y en ver cómo es la fluctuación de la especie a lo largo del año y en qué momentos disminuye su frecuencia considerablemente. La pregunta es hacia dónde van todos esos individuos, porque la torcaza es una especie muy común en Mar del Plata y en otras ciudades”, comenta.

Leveau sostiene que si bien se sabe que son aves que pueden recorrer varios kilómetros en un día, se desconoce hacia dónde migran en otoño. “Habría que hacer un seguimiento satelital o marcar a las torcazas y después ver hacia dónde van”, afirma.

En este marco, en su trabajo resalta que se pueden usar datos de ciencia ciudadana a mayor escala en distintas ciudades de Sudamérica para monitorear cómo son los movimientos de las torcazas.

Identificables a simple vista

La torcaza es una paloma mediana que se distribuye por Sudamérica, a excepción de la selva amazónica. Mide entre 22 y 28 cm de longitud. Suele ser de color gris y presenta unas manchas de color negro al borde del ala. Se alimenta de semillas, materia vegetal y brotes presentes en el suelo.

“Se lo puede ver en los parques comiendo brotes de césped. Anida en árboles y también puede anidar en edificios. Cuando estuve en Mar del Plata, las pude encontrar en los bordes de las ventanas anidando”, recuerda.

Además, el especialista añade que “es una especie fácil de identificar porque en las calles y en los parques se las puede ver a una corta distancia”.