El artista marplatense Germán Rabino plasma sus más profundos pensamientos en cada canción, al escucharlo podemos identificarnos con las situaciones narradas por él.
Por Ian Punter
Comenzó su camino a partir de los nueve años cuando, por insistencia de su primo mayor, le enseñaron a tocar unos acordes en la guitarra. Siempre sintió desde la niñez una atracción muy grande hacia el arte, proveniente de una familia de melómanos; era imposible escapar de la música.
No hubo un artista que lo inspirara a ser compositor, pero puede decir que músicos como Bob Dylan, David Bowie, Pete Townsend o Charly García le proporcionaron las herramientas necesarias para creer, crecer e involucrarse en el vasto mundo musical, tanto como oyente como creador.
Se identifica con la idea de que el compositor no tiene que quedarse tranquilo en el estilo de canción que más le favorece. Al contrario, siente que es más enriquecedor el hecho de jugar, mezclar, escuchar, romper y rehacer cosas. Se considera un artista versátil, disfruta de poder escribir una canción folk, así como una canción de rock, y también experimentar con géneros no tan familiares a su historia, como el neo soul o r&b, entre otros. Avala la exploración artística con un fin específico: la búsqueda de una respuesta o una pregunta que tampoco sabe si existe.
La pregunta «¿Por qué haces música?» es algo que se ha estado preguntando desde hace años. Cree que lo hace es para saber quién es, para dejar algo y sentir que en cada canción hay una fotografía, un camino recorrido, equivocaciones y aciertos. Hace lo que hace para finalmente descubrir ¿quién es el que escribe y por qué?