El Sumo Pontífice falleció a los 88 años tras una larga enfermedad. Su relación con Mar del Plata quedó marcada por sus vacaciones en la ciudad, su participación en la Semana Social, su cercanía con los más necesitados y gestos simbólicos que dejaron huella en la comunidad.
El 21 de abril de 2025, el mundo recibió con profundo pesar la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio, a los 88 años, tras una prolongada enfermedad que lo mantuvo internado en el Hospital Gemelli de Roma durante las últimas semanas. Su partida deja un legado imborrable en la Iglesia Católica y en innumerables comunidades alrededor del mundo. Mar del Plata, en particular, guarda una relación especial con el Santo Padre, marcada por visitas personales, recuerdos entrañables y gestos de solidaridad que han dejado una huella profunda en la comunidad local.
Un viaje memorable a La Feliz
En 1975, Jorge Bergoglio, entonces sacerdote jesuita, disfrutó de sus últimas vacaciones en la costa atlántica. Durante una entrevista en 2023, recordó con cariño aquella experiencia: «La comunidad tenía una casa en Mar del Plata y fui ahí. En el 76 me quedé en casa. Y ahí le tomé el gusto a otro tipo de vacaciones. Leer más, escuchar música, rezar más, descansar más. Y ese estilo me terminó gustando».
La comunidad a la que hacía referencia era la de los jesuitas, quienes tenían una casa de retiro en la ciudad. Allí, los religiosos solían tomarse un tiempo para el descanso y la reflexión, siguiendo la tradición ignaciana de la meditación y el encuentro con Dios en la naturaleza. Bergoglio aprovechó aquellos días para leer, caminar por la playa y compartir conversaciones con sus hermanos jesuitas.
Este viaje se convirtió en un momento significativo en su vida, ya que desde entonces adoptó un estilo de descanso más contemplativo. Años después, al recordar aquella experiencia, destacaría que fue la última vez que tomó vacaciones en un sentido convencional, ya que, a partir de entonces, su tiempo de reposo se transformó en un espacio de retiro espiritual más profundo. Esta forma de descanso marcaría su vida hasta sus últimos días, incluso como Papa, cuando optó por no tomarse vacaciones prolongadas y permanecer en el Vaticano durante los veranos europeos.
Su participación en la Semana Social y mates con Moyano
Un Papa cercano a la ciudad
Su conexión con la comunidad se manifestó en múltiples ocasiones a lo largo de su pontificado. Uno de los gestos más destacados fue su videomensaje dirigido a la diócesis local, en el que enfatizó la centralidad de los pobres en el Evangelio y reconoció la labor de iniciativas como la Noche de la Caridad y el Hogar de Nazareth. En sus palabras, el Papa agradeció a todos aquellos que, desde la Iglesia y la comunidad, atendían a «Cristo en el rostro de los hermanos más pobres y marginados», recordando que «el centro del Evangelio son los pobres».
Nombramientos que fortalecieron lazos
La influencia del Papa Francisco en Mar del Plata también se evidenció a través de nombramientos clave en la diócesis local. En diciembre de 2024, designó a Monseñor Ernesto Giobando como obispo de la diócesis. Giobando, quien previamente se desempeñaba como obispo auxiliar de Buenos Aires, asumió con entusiasmo su nueva misión pastoral en la costa atlántica.
Gestos simbólicos y apoyo a iniciativas locales
La relación del Papa con Mar del Plata también se manifestó en gestos simbólicos que dejaron una huella en la comunidad. En junio de 2022, el Santo Padre bendijo y firmó un cuadro del Centro de Desarrollo Infantil «Francisco», una institución que brinda atención integral a niños y niñas de la ciudad. Esta acción fue recibida con profundo agradecimiento por parte de las autoridades del centro y las familias beneficiadas, fortaleciendo el vínculo entre el Vaticano y la comunidad.
Celebraciones en honor al Papa en el basural de la ciudad
Una de las muestras más emotivas de cariño hacia el Papa Francisco en Mar del Plata fue la celebración anual de su cumpleaños en el predio del basural. Desde su nombramiento como pontífice, el sacerdote Francisco «Pancho» Vacazur organizó asados solidarios en honor al Santo Padre, reuniendo a trabajadores del predio y a personas en situación de vulnerabilidad. Estas celebraciones no sólo conmemoraban el nacimiento del Papa, sino que también promovía la solidaridad y el reconocimiento de la dignidad de todos los presentes.