El escritor entrerriano regresó a esta ciudad para presentar su última novela titulada «Galaxia». Un relato que invita a visibilizar las disidencias, la diversidad sexual y la importancia de un sostén en las infancias.
Por Alejandra Bertolami
La Plaza Mitre era el escenario pautado para compartir la palabra, pero, la lluvia tomó el protagonismo y trasladó al escritor y su público a la librería Eureka. Allí, mediante protocolos de higiene y distancia, se pudieron escuchar los relatos de Juan y también de Cecilia Solá y Natalia Bericat, quienes acompañaron al joven escritor ante un amplio grupo de sedientos por la literatura que te hace pensar.
Galaxia, es la última novela explícita de Juan Solá que cierra las historias de los personajes de sus libros anteriores, «La Chaco« y «Ñeri». El eje de este libro son los amores urgentes, pero, la característica principal que une a los tres tiene que ver con la infancia. “Creo fervientemente que las infancias necesitan su propia revolución. Pero para llevarla adelante, hacen falta adulteces cómplices que dejen de transar con el orden que se nos impone y tirarles a los pibes abajo cualquier forma primeriza de demostración de identidad” expresa el escritor.
Juan Solá, es autor de las novelas Naranjo en flúo (Sudestada), La Chaco y Ñeri (Hojas del Sur), los libros de relatos Microalmas y Épicaurbana. En 2020, editó el libro Invisible (Penguin Random House) y actualmente prologa y codirige la colección Poesía Sudversiva de Editorial Sudestada, donde también participó con Esquelas, su primer libro de poesía.
– ¿Qué se siente volver a compartir públicamente la palabra tras un año de encierro?
– Fue un año complicado justamente para quienes nos gusta mucho más este acto de trasladarnos, movernos, armar eventos y copar las plazas. Entonces, lo recibimos con mucho entusiasmo.
Nos pasó en Rosario, que abrimos la temporada en la Biblioteca Argentina y fue el primer evento después de la pandemia y, aunque parecía tener una carga de volverse demasiado serio la apertura de algo, lo hicimos desde un lugar muy relajado. Después de todo este encierro creo que necesitábamos libertad y la libertad se traduce un poco en eso: en poder hacer las cosas como a vos te gusten. Acá, en la librería Eureka fue eso también. Fue súper libre y pudimos vernos a los ojos y eso ninguna cámara lo puede reemplazar. Esperemos poder seguir haciéndolo así por mucho más tiempo.
Una galaxia con los pies en la tierra
– ¿Sentís que es necesario poner en palabras este tipo de historias, tanto “La Chaco” o “Galaxia”, para que la sociedad sea más empática o menos indiferente?
– Me parece que, como decía en la presentación, un libro como «La Chaco» no tiene nada que ofrecerle a la comunidad trans. Es un libro para meter en la casa, en la familia, para hablar de manera crítica sobre ciertos temas que no están dados de manera acertada desde los medios masivos de comunicación que ya no son medios de comunicación, sino de producción de sentido. Entonces, cuando hablamos de tomar los medios de producción, es apoderarnos de las formas en las cuales se nos venden las historias y qué hacemos con eso. Tener la mirada crítica de analizarlo. Cuando un autor no tiene la capacidad de construir un relato o la intención de que te haga pensar, te está queriendo entretener y lo veo muy cómplice. Corren tiempos difíciles como para estar entreteniendo y adormeciendo gente.
– ¿Qué le dirías a una persona sobre la importancia de leer una novela como “Galaxia”?
– Yo creo que es importante leer Galaxia porque es una novela que se detiene en los amores urgentes. Esos amores que precisan quienes ya nada tienen.
Me parece que es importante también leerla porque tiene protagonistas trans. y necesitamos leer más historias con protagonistas trans, con protagonistas diversos. No todo les sucede a los heterosexuales, como no todos los extraterrestres bajan en Estados Unidos. Además, no es una novela para la identidad trans, sino para ayudar a hacer pensar, a hacer reflexionar sobre una realidad que está y que preferimos muchas veces dar vuelta la cara.
El poder de la palabra
– Tenés cierta facilidad para hablar sobre diversidad sexual, disidencias y desigualdades, ¿Te sentís cómodo en este tipo de relatos?
– Siento que puedo hablar desde ahí por mi experiencia personal, por la experiencia de amigues y demás. Siento que no es un lugar en el que me quiero quedar, que es un lugar de paso como todo lugar en la literatura. Qué es la literatura, sino ventanas que dan al misterio y dan a distintos tipos de misterio. Un recorrido.
Me interesa que, si tengo la posibilidad de que me escuchen, me presten atención y me lean, mi contenido tiene que ser crítico, que invite a pensar.
“Si tengo la posibilidad de que me escuchen, me presten atención y me lean, mi contenido tiene que ser crítico, que invite a pensar”
– ¿Qué te interesa de la literatura y en qué otro terreno de la misma te gustaría incursionar?
– A mí, lo que me interesa es que la poesía sea no excluyente. Que la literatura, no tenga un cordón que deje afuera un montón de gente. La poesía debería ser simple, visceral.
Hoy por hoy, me interesa la posibilidad de escribir otro tipo de relatos. Me gustaría experimentar por el lado del terror o de la novela histórica. Estoy escribiendo cosas, pero siempre me planteo hacerlo desde un lugar accesible. No centrarse en querer asombrar a nadie con el lenguaje, porque el lenguaje ya de por sí es sorprendente.
– ¿Repercute en los escritores tener o no tener seguidores en las redes sociales para la publicación de sus trabajos en las editoriales?
– Yo escribo desde que tengo cinco años y publiqué mi primer libro a los diez años. Que me pongan en mote de escritor de redes y generar contenido constantemente, ver seguidores y subir estadísticas, para mí no es algo que haga al oficio. Y, sin embargo, muchas editoriales ya no eligen apostar a construir la carrera de un autor o autora sino por ahí recuperar personajes de redes no publicados y armar un catálogo bastante ecléctico, prestándole demasiada atención al mundo de los followers sin detenerse demasiado en el contenido. Por mi parte, estoy tratando de evaluar mi trabajo desde el lugar original, como lo viví desde un principio, que es como a mí me gusta.
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