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Mar del Plata, refugio de un tesoro nazi robado

El retrato perdido de la Segunda Guerra Mundial, ¿un tesoro nazi en Mar del Plata?

Un valioso cuadro robado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, el «Retrato de una dama» del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, reapareció en una casa de Mar del Plata. La obra, perteneciente a la prestigiosa colección de un galerista judío, fue encontrada en una vivienda que era propiedad de los descendientes de un alto funcionario del Tercer Reich.

La investigación, revelada por el diario neerlandés Algemeen Dagblad (AD), desenterró un rastro de más de ochenta años que conecta los horrores del Holocausto con la costa atlántica argentina.

La conexión marplatense

La historia comienza con la fuga de un alto mando nazi. El funcionario de las SS, Friedrich Kadgien, un estrecho colaborador del mariscal Hermann Göring, huyó de Europa después de la guerra y se estableció en Argentina. Documentos de la época indican que Kadgien, quien falleció en Buenos Aires en 1978, acumuló diamantes y obras de arte obtenidas a través de extorsiones en Ámsterdam.

Décadas más tarde, la búsqueda de la obra culminó cuando una de las hijas de Kadgien puso en venta una casa en Mar del Plata. En las fotografías de la propiedad, publicadas por una inmobiliaria, los periodistas observaron el cuadro colgado en el salón.

La investigación corroboró la ubicación de la vivienda en el barrio de Parque Luro y confirmó que la propiedad estaba en venta. La reaparición de esta pieza no solo resuelve un misterio histórico, sino que también reabre un capítulo sobre el destino de los tesoros artísticos robados por los nazis que se dispersaron por el mundo.

Una obra con un pasado trágico

El «Retrato de una dama», pintado por Giuseppe Ghislandi (1655-1743), formaba parte de la colección del galerista judío Jacques Goudstikker, quien murió en 1940 mientras escapaba de la invasión nazi. Su galería en Ámsterdam fue saqueada, y más de 1.100 piezas, incluyendo obras de maestros como Rembrandt y Vermeer, fueron confiscadas. Entre ellas se encontraba el cuadro de Ghislandi, que terminó en manos de Kadgien.

Los expertos de la Agencia de Patrimonio Cultural de los Países Bajos (RCE) han examinado las fotografías y afirman que «no hay razón para pensar que sea una copia». La coincidencia en las medidas y los detalles de la obra sugieren que se trata de la pieza original. Sin embargo, para una confirmación definitiva, se necesitaría un análisis del reverso de la pintura en busca de marcas o etiquetas originales.

Reclamación y futuro legal

Los herederos de Jacques Goudstikker han anunciado que iniciarán acciones legales para recuperar la obra. La familia, que en 2006 ya logró la restitución de 202 piezas de su colección tras un largo litigio con el Estado neerlandés, se ha propuesto como objetivo «recuperar cada pieza robada».

Marei von Saher, nuera de Goudstikker, afirmó que su «búsqueda de las obras de mi suegro no ha cesado hasta hoy. El objetivo de mi familia es restaurar su legado». El caso podría derivar en un proceso legal prolongado si las actuales propietarias se niegan a entregar la pintura.

Además de la pieza de Ghislandi, los investigadores del RCE han localizado otra pintura desaparecida en las redes sociales de las hijas de Kadgien: un bodegón floral del artista neerlandés Abraham Mignon. Este nuevo hallazgo sugiere que el caso de Mar del Plata podría ser solo la punta del iceberg en la búsqueda de los tesoros artísticos perdidos.

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