El enólogo francés, un hombre clave para el posicionamiento del Malbec argentino en el mundo, pasó por Mar del Plata y habló sobre su llegada al país y la actualidad del vino.
por Hugo Palavecino
Michel Rolland nació en la región francesa de Pomerol, la cuna del Merlot, dentro de la ruta de viñedos de Burdeos. Tiene 73 años, de los cuales los últimos 33 están íntimamente ligados a Argentina. Llegó al país en 1988 convocado por Arnaldo Etchart para darle un salto de calidad a los vinos que producía el bodeguero salteño en Cafayate. Diez años más tarde, descubrió un terreno de más de 800 hectáreas en Valle de Uco, Mendoza, donde junto a varios socios franceses le dieron vida al proyecto Clos de los Siete. Al día de hoy es la cara visible de Bodega Rolland y grandes etiquetas como Mariflor, Val de Flores y Yacochuya.
El fly winemaker más famoso, hace casi 50 años produce vinos y asesora a bodegas en más de 20 países y degusta alrededor de 40 mil vinos al año. Dueño de intensa agenda de trabajo, con los minutos contados, Michel Rolland pasó por Mar del Plata para presentar sus vinos y charló con Bacap en la cava del restaurante Sarasanegro, la escenografía ideal para quien ayudó, y mucho, a la proyección del Malbec argentino en el mundo.
A Michel Rolland se le dibuja una sonrisa en el rostro cuando recuerda su llegada a Argentina y la cena con los hermanos Arnaldo, Sergio y Moro Etchart en el Jockey Club de Buenos Aires, que tuvo como testigo privilegiado al inolvidable Miguel Brascó.
– Cuando llegué había un mercado doméstico pero no un mercado internacional para los vinos argentinos. Nadie fuera de Argentina conocía los vinos argentinos. Los vinos argentinos no eran ni buenos ni malos. Arnaldo me propuso tratar de hacer un vino del gusto internacional. Pero no es tan fácil cambiar todo. El vino, el sistema de trabajo de los agrónomos y los enólogos. Cambiar la mentalidad.
El vino de gusto internacional normalmente tiene cuerpo, tiene fuerza, tiene intensidad. Todos los vinos de alta gama son vinos así. Después hay de diferentes estilos: livianos, afrutados, con poco color… Todo se puede hacer. Hoy hay muy buenos vinos en el país. Argentina entró en el mercado internacional como cuarto, quinto, sexto entre los productores de grandes vinos. Había que cambiar de mentalidad, de comportamiento y se hizo. Y fue un éxito.
– Si bien usted tiene la fórmula para hacer buenos vinos, cuando llegó tuvo un desafìo más, el Malbec. Una cepa no tan conocida en el mundo donde se conocía más del Cabernet Sauvignon, el Merlot, el Pinot Noir o algunos blancos…
– Cuando Arnaldo me invitó a venir a Argentina nunca imaginó que me podría enamorar del Malbec como lo hice. Él tenía plantado mucho Cabernet Sauvignon en Cafayate y lo veía ideal para ganar el mercado internacional. Recuerdo que le dije «no, te estás equivocando porque el Malbec tiene un potencial que no existe hoy porque está con demasiada producción, mal hecho». Entonces, empezamos a hacer Malbec de alta gama, que salían mejor que el Cabernet Sauvignon.
Aunque el Malbec es la variedad insignia de Argentina en la época que Rolland llegó al país. muchas bodegas estaban reemplazando la cepa por Cabernet Sauvignon y Bonarda. Incluso, en algunas de las bodegas más emblemáticas -de esas con grandes puntajes a nivel internacional- tenía más hectáreas de Chardonnay. Y en ese sentido, el enólogo francés ayudó mucho para hacer del Malbec argentino lo que es hoy en el mundo.
Vino de alta gama, con madera
– ¿Cree que el Malbec llegó a su techo o puede seguir creciendo? Esto más allá de los estilos, con madera, sin madera, con más o menos fruta o acidez…
– El techo no está sin madera, el techo va a estar con madera. Sin madera es un vino pero nunca va a llegar a un nivel alto. No hay vino de alta gama sin madera, no existe en el mundo. Se puede hacer vino de fruta, vino de frescura, de acidez, sin barrica pero no va a salir un gran Malbec. La gente no es tonta. Si Burdeos está comprando miles y miles de barricas, si Italia está comprando miles y miles de barricas, si España está comprando miles y miles de barricas no es porque son tontos. Argentina no va a inventar el vino de alta gama sin madera, no hay. Se puede hacer vino, se puede hacer buen vino pero de alta gama olvidate.
El Malbec puede progresar pero más que todo con el viñedo, porque los viñedos viejos que tenemos fueron plantados hace cuarenta o cincuenta años y no había cultura de vitivinicultura en esa época. Todos los viñedos nuevos que fueron plantados con buena densidad, a los veinte o treinta años pueden producir un mejor tipo de Malbec. Y puede mejorar con los suelos porque se plantó Malbec en zonas de diferentes alturas. Los grandes Malbec van a salir de zonas más altas, más frías. Aunque todavía debemos esperar algunos años más. Podremos ver al Malbec subir el nivel y llegar a un punto más interesante.
Michel Rolland, entre el Cabernet Sauvignon y el Merlot
– ¿Por qué cree que el Cabernet Sauvignon, considerado el rey de los vinos, aún no alcanzó el nivel de los producidos en Francia o Estados Unidos?
– Mirá, Francia tiene un gran Cabernet Sauvignon pero dónde, en una zona, Medoc. ¿En Borgoña hay cabernet? No. ¿En Champagne hay cabernet? No. ¿En Languedoc hay un gran Cabernet? No. ¿En Loire hay un gran Cabernet? Tampoco. Estados Unidos tiene un gran Cabernet en una zona, Napa. ¿En otras zonas de Estados Unidos hay grandes cabernet? No. Chile tiene gran cabernet en pocas zonas y es un país chico de producción. ¿España tiene Cabernet? No. ¿Italia tiene Cabernet? Sí, pero dónde, en Bolgheri, una zona chiquita. No se puede hacer todo en todas partes. Es como si yo quisiera hacer salto de altura con un metro setenta y dos y noventa kilos, no va a pasar. Si voy hacer lucha voy andar mejor. Es igual con los vinos. No se puede hacer todo en todas partes. Argentina ahora puede hacer un muy lindo Cabernet. Un Cabernet de alta gama de un volumen bueno compitiendo con los mejores del resto del mundo hoy en día no hay.
– Viniendo de una región donde se producen los mejores Merlot del mundo, ¿intentó replicar ese Merlot en Argentina? Podría ser un buen candidato para acompañar al Malbec en el mercado internacional.
– Creo más en el potencial del Merlot que en el potencial global del Cabernet Sauvignon. Porque con un poco más de altura, 1200, 1300, 1400 metros y frío se puede producir un Merlot mejor. Y no olvide que una viña necesita muchos años, quince, veinte, veinticinco, para producir un buen Merlot.
En Mariflor plantamos Merlot en 1999 y recién lo estamos elaborando hace tres años. Estamos haciendo uno bueno porque no queríamos hacer uno ordinario.
Pienso que Merlot puede tener más futuro que el Cabernet Sauvignon.
Otras zonas productoras
– En base a su experiencia y sacando a las zonas tradicionales más tradicionales del país, ¿en qué otras zonas cree que se pueden hacer vinos de calidad?
– Hoy en día se hacen grandes vinos en el Valle de Uco. Puede ser que haya mejores zonas por encontrar pero hay que hacer ensayos. El otro día me hicieron catar cuarenta vinos de los Valles Calchaquíes y encontré vinos producidos a 2000, 2300 metros realmente muy interesantes. Tiene un clima muy especial.
Aquí (por Mar del Plata) Trapiche ha plantado viñedos. Es otro tipo de clima, otro tipo de suelo. Puede ser una zona interesante. Eso vamos a saberlo en 20 años no de un día a otro. La viticultura es a largo plazo, no viene de un día a otro.