Reducir el impacto ambiental, reciclar, usar materiales sustentables y recolectar prendas para darles un nuevo uso, son algunas premisas de una moda que tiene cada vez más adeptos.
Por Alejandra Bertolami
¿Quién hizo mi ropa?, es la primer pregunta que hay que hacer a las marcas de indumentaria, para empezar a conocer el trasfondo de una de los rubros más contaminantes del planeta.
Hoy en día, se desconocen las caras que están detrás de cada prenda, especialmente de las grandes cadenas low cost que tercerizan y precarizan su fabricación.
Pero bueno, no todo son malas noticias: afortunadamente cada vez más se pone en uso la tendencia de la moda circular, que tiene como patas reducir el impacto medioambiental o reciclar prendas para que sus nuevos dueños puedan disfrutarla.
Pequeños cambios con grandes diferencias, desde Bacap mostramos tres emprendimientos que con su granito de conciencia se suman al cambio.
Accesorios con personalidad: Okupa, uso del deshuso
Okupa, nació en el año 2001, en una etapa de experimentación de Sol Disipio, diseñadora de indumentaria: “Siempre me encantó la ropa antigua y sobre todo las enaguas. Muchas cosas que hice para Okupa eran con lana y con lencería antigua, después me empezaron a traer cosas mis tías y mi madre porque vengo de una familia de modistas y me daban retazos de tela. Con esos paños, empezaba a hacer cosas mezclando tejidos, paños tejidos y lencería”, expresa la diseñadora que lleva ese concepto de vida en todo lo que la rodea: “si ves mi casa, incorporamos ese estilo a nivel familia con muebles usados, almohadones hechos con tela reciclada, ese concepto está llevado a toda nuestra vida, pero no desde el lado del fanatismo, es algo que ya está incluido en nuestras elecciones” concluye.
En un principio, Okupa se caracterizaba por una cuestión más teatral, porque eran prendas de pasarela, pero le llevó muchos años de experimentación transformar su producto y llevarlo a la calle y la moda urbana. “Tenía un montón de tela y empecé a cortar las telas, cortar en tiritas, mi mamá me tejía las carteras, porque lo primero que realicé fueron carteras, despues sumaba lana, pedazos de tela, puntillas y empecé a agregarle las flores, luego pensé en usar cosas aparte y se transformaron en broches, y así fue como una cosa fue llevando a la otra” explica la diseñadora.
“Cuando yo empecé, a la gente le daba muchísimo rechazo lo que hacía, porque se preguntaba de dónde salían los materiales, hoy hay otra cabeza y ya desde los chicos, vienen con otra mentalidad”. Sol Disipio
Divinos tesoros
Trabajar con materiales muy valiosos es una premisa en el mundo vintage: “puntillas de 100 años de antiguedad, collares de perlas, cristal de murano, hoy lo miro y agradezco que mi ojo se dio cuenta a tiempo que habia cosas que, en ese momento, no podia usar porque no iban a ser valoradas” recuerda Sol.
En Okupa se puede encontrar moños hechos con corbata y broches con usos múltiples; “el uso es muy versátil, podes usarlo con una campera de jean, te lo podes poner con un tapado o un vestido. Cada uno le da el uso que quiere, porque sirve hasta para atar una cortina y te decora tu casa. No veo el producto como un accesorio, sino como una pieza artisticaa, que se usa como uno quiere”, concluye.
“Pienso que, a pesar de que hay una movida muy grande, hay gente que todavía no comprende que es una necesidad urgente” Sol Disipio
El mundo con un Grito Sagrado
Un emprendimiento totalmente hecho con manos marplatenses es Grito Sagrado, que tiene como premiza la reutilización de prendas como forma de conciencia en el consumo. Darle, por ejemplo, un nuevo uso a un pañuelo con mucha creatividad “Creo fervientemente en el reciclaje textil para implementarlo en la cotidianeidad y sobretodo hacer hincapieaa la hora del consumo y ver qué consumimos y quién está detras de ese diseño, como está confeccionado, son alguna de las preguntas que creo que está buenisimo hacerse, expresa Florencia Salord, fundadora de a marca.
Desde la cuna
El diseño siempre fue siempre parte su mi vida: “es algo que lo tenia en mente y luego con el correr del tiempo y la elección de la carrera que en primer parte fue dirección de arte , como diseñar escenografias y la estetica de ese mundo audiovisual ahi descubreí que realmente me gustaba el diseño, me gustaba la moda y plasmar tendencias pero sobre todo me gustaba el hecho de tener conciencia en que vestimos, como lo hacemos, que representamos a la hora de vestirnos” detalla Flor quien además, junto con la marca sustentable Sol Dorada eco poder cuenta con Late Eco Fashion, el primer desfile sustentable en Mar del Plata.
“Creo fundamental en apoyar y concientizar acerca de emprendedores y diseñadores emergentes que apuestan por el cambio y sobretodo que generan conciencia al saber quién está detrás de lo que se fabrica, con qué materiales o cuál es el cuidado” . Flor Salord
Embellecer el interior de manera consciente: SolDorada eco poder
Soldorada nació en el año 2020. “Si bien previamente tenía otra marca sostenible. Como mutó un montón y yo también, decidí transformar su nombre.
A raíz de la pandemia empecé a producir en mi casa y me permití buscar en el oficio artesanal respuestas que la producción seriada tradicional no me había podido dar. Tuve que transformar toda mi cabeza formateada de Diseñadora industrial” expresa Martina Soldorada, creadora de la marca.
Así llegué a formas de producir súper limpias que la enorgullecen y me dejan dormir tranquila: “El camino de la sostenibilidad es el de la no perfección. Estamos en transición y a veces no se puede lo «sustentable perfecto», sino lo posible. Y ese es un aprendizaje también, y aceptar que es un proceso que va evolucionando”, Martina creadora de Soldorada.
Para el la moda circular: “es aquella que no genera desperdicio. Que puede compostarse o bien reciclarse su materia prima al finalizar el ciclo de uso de la prenda. La moda circular supone un cambio radical en la forma en la que consumimos, priorizando calidad sobre cantidad y proponiendo prendas atemporales en contraposición con las tendencias pasajeras”. Concluye.
“El camino de la sostenibilidad es el de la no perfección”. Martina Soldorada